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Literatura

Cría cuervos... y escribirán sobre ti. Literatura de padres e hijos

 Noticia Página Dos 
  • Página Dos entrevista a Rodrigo Fresán, que publica Melvill (Literatura Random House)
  • La novela habla del vínculo entre el escritor Herman Melville y su padre Alan
  • Shakespeare, Kafka, Amis, Halfon o Giralt Torrente han tratado la relación entre padres e hijos
Libros que hablan de la relación entre padres e hijos
Marta Dominguez | Página Dos

Imaginen el pudor que supone saber que una de las personas que más te conoce (el propio hijo) ha decidido escribir un libro sobre ti, su progenitor. Quizá ha esperado a que ya no estuvieras, o quizá precisamente lo que quería es que pudieses leerlo. Las preguntas se apelotonan: ¿Realmente sucedió de esta manera? ¿No fue al revés? ¿Es de ese modo cómo lo recuerda? Y, sobre todo: ¿por qué nunca me dijo que se sentía así?

La literatura de padres e hijos es tan extensa como diferentes son las relaciones familiares. Art Spiegelman no solo la narró, sino que la dibujó, y se llevó el Pulitzer en 1992 por Maus, la novela gráfica que evoca las memorias de su padre Vladek, superviviente del Holocausto. Murió antes de ver la novela finalizada, y nunca llegó a saber que el cómic de su hijo marcó un antes y un después en el respeto que el género obtuvo a partir de entonces.

Hace pocas semanas nos despedimos de Miguel Gallardo, que en María y yo y María cumple 20 años (ambos publicados por Astiberri) narra la vida cotidiana con su hija, que tiene un trastorno del espectro autista. La sencillez y la honestidad del relato convirtieron a ambos álbumes (luego se rodó también un documental) en un alegato a favor de normalizar la convivencia entre personas con capacidades diferentes.

Hijos que escriben sobre sus padres

Franz Kafka, Michael Chabon, Harper Lee, Alison Bechdelo Daniel Mendelsohn son otros autores que se sirvieron de la literatura para intentar entender mejor a su progenitor. El gran libro de la paternidad fallida es quizá El rey Lear, de William Shakespeare, que habla de la ingratitud, la vejez y la traición.

¿Hay algo peor que un hijo dispuesto a ajustar cuentas y a dejar por escrito sus reproches? Sí: un hijo que también se haga novelista y pueda llegar a superar al padre. Joe Hill nunca escribirá tantos superventas como su padre Stephen King, pero se ha ganado su propio lugar dentro de la literatura de terror. La saga Waugh: Arthur, sus hijos Evelyn y Alec, el nieto Auberon (quizá el más talentoso después de Evelyn) y el bisnieto Alexander. El humor negro de Kingsley y Martin Amis. Alejandro Dumas padre e hijo. William F. Buckley y Christopher Buckley. John Updike y David Updike. John Cheever y Benjamin Cheever.

Entrevistamos a Rodrigo Fresán sobre su nueva novela, Melvill (Literatura Random House). «Es una investigación sobre el estigma del fracaso como algo que se hereda. Se articula en torno a una noche específica: el padre huye de los deudores y huye de Nueva York a Albany. El río Hudson está congelado, pero lo cruza a pie. Enferma gravemente, y le sobreviene una agonía y un delirio de unas semanas.» El pequeño Herman, de doce años, es el espectador impotente de esa situación.

«El padre pervivió en la memoria del hijo no como un comerciante norteamericano o un empleado a sueldo. (...) Para Herman, su padre había sido uno de los grandes viajeros del mundo. Con sus asombrosas historias de aventuras por mar y en tierra, se había convertido a sus ojos en un ser heroico. Cuando algún francés entraba en su tienda, Allan Melvill se transformaba a sí mismo en un hombre profundamente misterioso; de pronto se expresaba en una lengua tan incomprensible para su hijo como el idioma en el que hablaba Dios.».