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Café Quijano: "Contamos historias, pero no las protagonizamos"

  • Han presentado el álbum Manhattan, vuelven a los sonidos de La taberna de Buda
  • Han explicado que con "los boleros aprendimos a tocar la guitarra y a cantar"

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Café Quijano
Café Quijano

“Quizás lo que más identifica nuestro sonido sea nuestras voces, nada más que abrimos la boca se nos identifica para bien o para mal”, han explicado los Café Quijano en De pe a pa. Manuel, Óscar y Raúl han presentado el disco Manhattan.

“Rápidamente con unas notas o con unas palabras se sabe que son canciones nuestras. La génesis de todo esto ha sido "La Lola", porque fue el sonido que nos marcó un poco la pauta a seguir. Después de eso fue La taberna del Buda, dos años después. Lo que refrendó el concepto de sonido que queríamos tener y con el que estábamos cómodos y el que nos parecía que era el idóneo para seguir adelante”.

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Con este nuevo trabajo discográfico han querido seguir la senda marcada por La taberna del Buda y que sea una segunda parte cuando se cumplen 20 años de su publicación. “Por mucho que quieras reverdecer aquellos laureles, lo que está claro es que estamos en una época 20 años después. Seguimos sonando pero con un sonido del año 2022”.

Para rememorar este álbum que se publicó en 2002, volvieron a grabar con la misma gente a Los Ángeles “con esa idea de producción que se utilizó en aquel momento para aquel álbum, pero sí que extrapolando o llevado a los tiempos actuales”.

“Una vida de privilegio”

“Contamos historias, pero no las protagonizamos”, explican Café Quijano sobre sus canciones. “Protagonizamos algunas, no tantas porque si así hubiera sido hoy no lo estaríamos contando. Hemos tenido una vida interesante, diferente. Si tuviéramos que resumir de alguna manera, diríamos que hemos tenido en general 'una vida de privilegio', porque la mitad de nuestra vida ya la llevamos dedicada a la música. Por lo tanto, qué bonita historia la nuestra con la vida y con la música. Nos ha hecho vivir experiencias preciosas que son un privilegio en todos los sentidos. Tres hermanos viviendo lo mismo, conociendo el mundo gracias a hacer algo que nos apasiona y que no nos cansamos de hacerlo, es para poner la palabra privilegio en mayúsculas”.

La influencia del padre

Con los boleros aprendimos a tocar la guitarra y a cantar. Desde pequeños en mi casa, nuestro padre, que es profesor de música, es un enamorado del folclore latinoamericano en general y del bolero en particular. Nos martilleaba con los boleros de los grandes tríos mexicanos sobre todo en los viajes que hacíamos en coche, en casa o en cualquier momento”. Siempre que pueden en cualquier disco, aunque tenga una vertiente más rock, “dejamos un bolero”.

“Un vehículo para decir”

“Las canciones en muchos casos son, como en este disco, un desahogo. Uno no va contando ciertas cosas porque hay ciertas cosas que salen pocas veces en conversaciones porque son cosas o bien más íntimas o que no hay manera de contarlas casi en una conversación habitual. La canción muchas veces es un vehículo para decir cosas que normalmente no dices de otra forma, en otros momentos o no es habitual que lo cuentes así. También en muchos casos las canciones son reprimendas o un decir 'no me gustó'. Esto es como una llamada de atención”.