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La Doctora Creu Casas i Sicart, primera catedrática en botánica de España

  • Creu Casas i Sicartnació, "La Doctora", fue la primera científica del S.XX en investigar musgos y hepáticas de la Península Ibérica
  • En 1980 se convirtió en la primera mujer en llegar a la presidencia de la Institució Catalana d’Història Natural
  • Viernes, 11 de marzo a las 18:40h La 2 y en RTVE PLay

Por
El escarabajo verde - Pioneras de la historia natural, 1: La doctora

El Escarabajo Verde se adentra en la vida de una de las pioneras de la historia natural de nuestro país. La Dra. Creu Casas i Sicart nació en 1913 en el seno de una familia humilde, en Barcelona. Su padre era jardinero y su madre, portera, y ambos trabajaron para el mecenas de la ciencia y cultura catalana, Rafael Patxot. Desde pequeña, Casas observó a su padre trabajar y cuidar plantas y pronto mostró un gran interés por el mundo vegetal, empezando desde muy niña a recolectar flores y a crear su propio herbario.

Gracias al esfuerzo de su familia y a la ayuda económica de la familia Patxot, Creu Casas pudo cursar primaria y secundaria en un momento en que el índice de analfabetismo era de un 50% en la población española, más todavía si se trataba de una mujer.

¿La doctora¿, la primera catedrática en botánica de España

Creu Casas i Sicart nació en Barcelona en 1913 y trabajó hasta los 90 años en la investigación de los briófitos

En 1936 y pleno estallido de la guerra civil española, acabó sus estudios de Farmacia, carrera que estudió por el gran peso que la botánica tiene ella. Mientras trabajó de farmacéutica, nunca dejó de investigar el mundo vegetal y, años más tarde, realizó su tesis en los briófitos del Parque del Montseny. A partir de ahí, dedicó su vida entera a la investigación de los musgos y hepáticas en España, un estudio del que había pocas referencias en la ciencia del país hasta el momento.

En el reportaje, sus compañeras de laboratorio recuerdan que la Dra. Casas mantuvo en activo su carrera académica hasta los 90 años y fue cada día a trabajar a la Universidad Autónoma de Barcelona hasta poco antes de morir. Los últimos años de su vida los dedicó especialmente a conservación, trabajando en la Lista Roja de Briófitos de la Península Ibérica.

El alto saber científico de “la doctora”, como la conocían sus compañeros y compañeras, permitió doblar las especies caracterizadas del país en 30 años y dejó, a su paso, más de 240 publicaciones, entre artículos de revista y libros, una aportación increíble para la ciencia.