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35 AÑOS DE INJUVE 'Un momento atemporal'

Emisión 21 de diciembre 2020 · La 2

Metrópolis - 35 años de INJUVE.'Un momento atemporal'
Metrópolis

Metrópolis dedica un capítulo a la exposición 'Un momento atemporal': 35 años de INJUVE, comisariada por David Armengol. Con esta muestra, que recoge la obra de más 60 artistas participantes en las diferentes ediciones, el Instituto de la Juventud celebra 35 años de promoción, difusión y apoyo al arte emergente.

Desplegada en la Sala principal de Tabacalera, la exposición se aleja de los criterios cronológicos y opta por una suerte de presente expandido que empezó en 1984 y, en esencia, se mantiene igual en 2020.

El programa ha realizado una amplia entrevista al comisario que va dibujando un posible itinerario entre las obras.

Dada la gran cantidad de trabajos expuestos, Metrópolis ha realizado una selección de obras que nos permite acercarnos a una pluralidad de líneas de creación.

El jardín de esculturas

Ya que se renuncia a un recorrido cronológico, el tono de la exposición lo marcan el conjunto de esculturas en el patio, marcando un ritmo de atemporalidad. Esta selección de obras permite pensar en la evolución de la escultura y el objeto a lo largo de los años. En este apartado veremos obras como: Sin Título (1997) de Ibon Aramberri, Molde para la oscuridad (1987) de Juan Luis Moraza, Sin título (1986) de Pello Irazu, Canon (2017) de Xare Álvarez, Sin título (1994) de Mateo Maté o Devaluando una imagen (2011) de Marco Godoy. Domina el acero, el hierro, la geometría, el minimalismo, el objeto cotidiano, el bronce y lo orgánico, en diálogo con una gran proyección (Ten in a Line, 2009) de Tamara Kuselman, que rompe la temática y se impone en el espacio bajo un doble objetivo: interviene en lo escultórico a través de un dibujo videográfico y se convierte casi en un prólogo, avanzando simbólicamente el sinfín de relaciones entre piezas.

Un largo pasillo

La primera sala nos invita a seguir avanzando, con el pie desmedido de Acción de caminar (2000) de Cristina Lucas, en un amplio pasillo de más de cincuenta metros de largo que empieza en la fotografía de Cristina y acaba en la fotografía At the Same Time (1997) de Jon Mikel Euba, donde dos tipos a caballo se alejan en un bosque.

Representativas de las ediciones iniciales de INJUVE centradas en fotografía son las obras de José Carlos Fernández Nistal, Isabel Codina de Pedro y Miguel Ángel Mayo.

Dichas fotografías dialogan con A Mexona (1985), una pintura de grandes dimensiones de Antón Patiño, siendo la pintura y la escultura las disciplinas dominantes durante los primeros años de Injuve.

35 AÑOS DE INJUVE 'Un momento atemporal'

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La Instalación

Poco a poco, toma peso la instalación y podemos ver obras como: Metro cúbico de infinito de Asier Pérez-González (1995) y Dibujos de un hermafrodita (1999) y Couchgrass-Gramma (2000) de Fernando Renes, donde el dibujo se relaciona con el video. En ambos, el texto juega un papel importante como narración o como apoyo de la imagen.

Cuerpo y performatividad

El cuerpo, abordado desde distintos ámbitos (social, político, antropológico…) es otra de las constantes de las diferentes ediciones. Jugando con disciplinas y lenguajes diversos, podremos ver en este apartado piezas tan emblemáticas como: Tetsuo Bound to Fail (1997) de Sergio Prego, Esquina (1991) de Eulàlia Valldosera (sobre la identidad de género y biográfico) o Encore je suis un enfant (1990) de Francisco Ruiz de Infante, una suerte de poema visual donde la infancia juega un papel para la construcción identidad.

Con una incesante búsqueda de la memoria histórica: Sin título1939-1989 de Marcelo Expósito.

Otros trabajos con perfomatividad latente, documentan acciones en vivo o crean situaciones sensibles a la acción: Contando nubes (1996) de Marta de Gonzalo y Publio Pérez Prieto, Recareinstein (1996) de Tere Recarens o Acción Católica (1996) de Javier Longobardo.

En la serie de fotografías: Poso (1999) de Julia Montilla, cuerpo y naturaleza establecen una relación de extrañeza.

Ensayos visuales

Son muchas las piezas videográficas que se acercan a “lo documental” y las nuevas narrativas. En Terramollada (2014) de Eloy Domínguez Serén, la lluvia aparece como temática y personaje.

En Aguaviva, una historia en femenino (1995) del colectivo Grupo EVHIM, nos acercamos a las mujeres de este pueblo de Teruel durante la Republica la Guerra Civil; y a la investigación de las historiadoras Ana Aguilera, Inma Blasco, Ana Esther Gil y María Orgilés, que denuncian la omisión de la voz femenina en la construcción del relato histórico.

Las últimas salas

El recorrido es cíclico y permite crear relaciones propias entre las obras. Algunas de las piezas apuestan por un arte de compromiso social y otras ofrecen una síntesis de la exposición para ofrecer un final con diferentes temáticas de la muestra. Por ejemplo, en Máquinas y maquinaciones (2008) de Ana García- Pineda, la tragicomedia y el absurdo conviven bajo el intento de comprender el mundo que nos rodea y probar, aunque sea por un instante, si es posible cambiarlo.

En definitiva, un acercamiento plural y abierto a la creación joven. En palabras del comisario: “la intención no es señalar triunfos, sino dejarse llevar por la riqueza y la diversidad de los contenidos, reivindicando una lectura autónoma y pasional del arte joven”.