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10 cosas que hemos aprendido de la primera gala de Prodigios 2

  • Jesús Gabriel, Ana Molina y Adriana Puértolas son los primeros semifinalistas
  • Vuelve a ver el primer programa aquí
  • El sábado a las 22:05h en la 1

Por
Andrés Salado dirige la orquesta al ritmo de "El planeta de los simios"

La primera gala de Prodigios demostró el altísimo nivel de los jóvenes artistas de nuestro país que consiguieron emocionar tanto al público como al jurado. Más allá de las increíbles actuaciones de los pequeños talentos, y de Miguel Ríos, invitado especial para la ocasión, nos quedamos con diez aspectos destacables que hemos aprendido en el estreno de la segunda edición de Prodigios.

1. La importancia de seguir los pasos de los abuelos

Si hay unos seguidores incondicionales de los jóvenes talentos de Prodigios, estos son sin duda sus familiares, sobre todo los más mayores. Con los sentimientos a flor de piel, se emocionan cuando ven las interpretaciones de sus pequeños. Muchos de ellos, les han inculcado el amor al arte desde que nacieron y los jóvenes artistas siguen sus pasos y sus sueños desde el escenario de Prodigios. Así comprobamos la importancia de compartir y trasladar las pasiones de unos y otros de generación en generación. Para que los más mayores se sientan orgullosos de lo que han logrado transmitir y se vean identificados varios años después.

2. El valor estético de cualquier actuación

Ainhoa Arteta quiso reivindicar la importancia de vestirse en consonancia al momento que se va a interpretar. ¿Qué quiere decir con esto? Que, al personalizar cada actuación, se le da un toque singular, especial y característico con el que luego será mucho más fácil de recordar. En este caso, la joven violinista Ana Molina le dio mucha importancia a su vestuario y a la puesta en escena para meterse de lleno en su actuación y en el papel que le tocaba interpretar.

Ana conquista a Andrés Salado con su violín

3. En la danza tiene que destacar el lado artístico sobre el atlético

Nacho Duato describe la danza de esta manera: “Es verdad que para bailar se necesita la fuerza de un atleta, pero para ser bailarín se necesita ser un artista”. De esta forma, nuestro miembro del jurado quiere decir que, al bailar, uno esta transmitiendo un mensaje, una historia, y el personaje que se representa debe de transmitir algo. Por lo tanto, a pesar de que en la danza hay muchos movimientos atléticos que requieren fuerza, hay que buscar la belleza de cada paso para destacar y anteponer el lado artístico.

4. La respiración en el canto

De la disciplina de canto, nos quedamos con que lo más importante es la respiración. Ainhoa Arteta lo ilustraba de manera muy clara en la valoración de la actuación de Mireia Lallart. Para cantar, se necesita usar todo el aire que hay entre el diafragma y la nariz. La entonación tiene mucho que ver con la respiración y de esta forma, se consigue mantener una afinación lineal. Esta es la capacidad de fiato, es decir, la posibilidad de dosificar adecuadamente el aire mientras se canta.

Mireia canta a capella "Amazing Grace" de John Newton

5. La serenidad con los instrumentos

En la disciplina instrumental, quizás un poco más sosegada que las demás, es importante transmitir serenidad, tranquilidad y paciencia. Porque no hay mejor manera de tocar un instrumento complejo y proyectarlo hacia el público que desde el sosiego y la entereza. Y en eso coinciden las actuaciones de Mario Pino con la guitarra y de Jon Mestre con el piano. Se han plantado en el escenario con la tranquilidad y seguridad de saber que dominan sus respectivos instrumentos y por ello, han conmocionado al jurado.

6. El apoyo de las madres

Con las lágrimas a flor de piel, Ainhoa Arteta decía: “En estas carreras, reivindico tanto la ayuda de la familia, en especial la ayuda de las madres porque no podríamos ser lo que somos sin ellas”. Se emocionó al ver a Lola Egea, madre de Andrés Salado, apoyando a su hijo mientras dirigía la orquesta. Quiso aprovechar este tierno momento para agradecer a las madres su paciencia infinita y el amor incondicional por sus hijos. Y quiso destacar el sacrificio que hacen por ellos, para que luchen y sigan sus sueños.

7. El trabajo y la perseverancia son indispensables para cualquier artista

Cualquiera de las 3 disciplinas de Prodigios requiere un duro trabajo previo, y una constancia y exigencia muy altas para actuar en un escenario. En apenas unos minutos de actuación, el artista debe condensar el trabajo de los años anteriores con la técnica, destreza y habilidad adecuadas. Y visto el altísimo nivel de la primera gala de esta segunda edición, queda claro que los concursantes que han actuado en Prodigios han sido premiados por su trabajo y perseverancia durante estos últimos años.

Miguel Ríos, invitado especial en la gala de Prodigios

8. El compañerismo es fundamental en cualquier competición

Si algo es evidente, y además un ejemplo a seguir para todo el mundo es el compañerismo y respeto que hemos vivido entre los concursantes. Niños y niñas entre 7 y 17 años han demostrado que más allá del concurso y del premio final, es fundamental respetar por igual a todos los concursantes y apoyar cada una de las actuaciones. Muchos de los participantes incluso han entablado amistad, y más allá de ganar o de perder, al final lo que importa es el compañerismo y el respeto por el trabajo ajeno. Y como dijo Miguel Ríos en su intervención: “Para llegar a ser prodigios, hay que ser seres humanos".

9. Siempre hay algo más que aprender

Dice el refranero español: “no te acostarás sin saber una cosa más”. Y lo podemos comprobar en Prodigios al ver a los jóvenes artistas ilusionados y motivados con los consejos del jurado, pendientes de cualquier recomendación y pensando en trabajarla y aplicarla de cara al futuro. Pero incluso los jueces aprenden de cada actuación, porque cada artista es diferente, único, y la música es infinita y se trata de un aprendizaje constante.

10. La importancia de tener a grandes artistas como referentes

Hemos comprobado en las presentaciones de los jóvenes talentos que muchos de ellos tienen de referentes a grandes estrellas de la música como Montserrat Caballé, Freddie Mercury, Ara Malikian o Luciano Pavarotti. En estas carreras, es necesario admirar y fijarse en los grandes artistas que han triunfado. Conocer su historia para saber cómo han llegado al éxito y, si es posible, emular y seguir sus pasos. En la vida en general, es importante tener un referente que te ayude a crecer y a seguir tus sueños.