Éxitos, horrores y todos los vestidos de la fiesta Vanity Fair de los Oscar 2020
- Hasta los ausentes de la alfombra roja hacen acto de presencia en la after party más importante de Hollywood
- Estilismos más agresivos y divertidos que los de los Premios Oscar, que este año han sido en blanco y negro
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Penélope Cruz ha sido la gran ausente de la fiesta de los Oscar de Vanity Fair. El evento reúne todos los años a los más populares de Hollywood en un mismo lugar: estrellas de cine, músicos, políticos e iconos de la moda se juntan en esta after party donde se pasean aún más celebrities que en la alfombra roja, que este 2020 ha estado especialmente poco poblada. Entregados los Premios y finalizadas las ceremonias, la libertad de elección de los modelitos es mucho mayor... Y mayores son los aciertos y los estropicios de nuestros famosos. Mira cuáles han sido los mejores y los peores vestidos de la feria de las vanidades.
Kim Kardashian no ha querido faltar a la fiesta y lo ha hecho dando la nota con un vestido de transparencias, volantes y tiras sueltas que parece emular un coral recién pescado del mar. Lo acompañado de peinado y maquillaje efecto mojado y de su hermana, Kylie Jenner, que completa este atuendo temático con su propio vestido azul adornado con olas. Con ellas también ha acudido Kanye West, pero el siempre polémico marido de Kim no parece haber querido participar en este disfraz. Ha ido todo vestido de cuero.
También de inspiración marítima es el vestido escogido por Joan Smalls, con dos "conchas" de brillantes cubriéndole el pecho y una falda desigual de volantes azules. El de la modelo puertorriqueña es uno de los 'horrores' más llamativos de la viesta Vanity, pero no pasa nada: lo importante es destacar, y ella lo ha hecho de sobra. A medio camino entre su vestido y el de Kim está el de Ciara, que ha presumido de cuerpo mientras espera su tercer hijo. La modelo Taylor Hill ha arriesgado como ellas con transparencias y colores.
El de Zoey Deutch ha sido uno de los aciertos de la noche. También adornado con olas y de color celeste es el original vestido con el que ha acudido a la fiesta Vanity Fair. No es la primera capa de la noche, pero esta nos gusta más que la de Janelle Monáe. La joven actriz Lili Reinhart ha hecho otra apuesta interesante con un vestido vaporoso de estampado floral.
Pero nadie arriesga como Billy Porter, que no ha querido conformarse con ser el más llamativo de la alfombra roja de los Oscar y ha querido dejarnos pasmados también con el cambio de vestuario. No le falta nada: pamela, plumas, guantes y hasta un mensaje en su bolso que reza "Que os den, pagadme".
El modelo de Jeremy Scott sí que es un statement. Con la "A" de 'anarquía' pintada con spray rojo sobre el pecho y encima de una cara sonriente, este diseñador ha vandalizado un traje al que tampoco le falta ninguno de los elementos más tradicionales: la pajarita y el fajín casan como pueden con los imperdibles y las botas militares. También negociando los códigos de la elegancia ha posado Billie Eillish, que ha cambiado el traje blanco de la gala de los Oscar por una versión más brillante y oscura.
Otras han optado por deslumbrar con vestidos largos y colores claros. Scarlett Johansson ha cambiado de ropa por un vestido igual de brillante pero aún más impresionante que el que llevó para defender su nominación en los Premios Oscar: sin tirantes, luciendo tatuaje y con una raja en la pierna de infarto. Adriana Lima está resplandeciente con un vestido en blanco crudo lleno de cortes, brillos y transparencias. Y como una novia moderna ha posado impresionante la modelo canadiense Winnie Harlow.
Tal vez lo más llamativo de la fiesta sea la diferencia en el riesgo y el desenfado de los asistentes masculinos, que se han atrevido a dar el cante un poco más que en la gala y, en lugar de la omnipresencia de los trajes negros, han lucido modelos divertidos con los que demuestran su propio estilo. ¡Que sigan así!