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PROYECTOR 2019

Emisión 21 de octubre de 2019 · La 2

Por
Metrópolis - PROYECTOR 2019

Cuerpo, memoria, política, materia o construcción del espacio, son algunos de los temas de la última edición de PROYECTOR, punto de encuentro, referencia y debate en torno al videoarte que se celebró en Madrid el pasado mes de septiembre. Su amplia programación incluye proyecciones, encuentros profesionales, talleres y exposiciones que este año se han desplegado a lo largo de catorce espacios diferentes. En el programa de esta noche recorremos algunos de los espacios más destacados.

Las piezas que conforman esta edición, redefinen los límites del videoarte tradicional y evidencian la diversidad de formatos, lenguajes y temáticas que caracterizan la práctica videoartística actual.

EL INSTANTE FUNDACIÓN. El fobos como elemento subversor de la realidad

Comenzamos nuestro recorrido por PROYECTOR 2019 en El Instante Fundación, espacio donde se concentra una serie de piezas en torno al miedo, la angustia o el desasosiego que viene generado por diferentes situaciones.

Destacamos en esta sala la pieza de Renata Poljak (Croacia) que utiliza la figura del barco VIS, buque insignia de la marina yugoslava durante la Guerra Fría, hundido intencionadamente en 2016 para convertirlo en atracción turista submarina, para reflexionar sobre el paso del tiempo y la configuración de la actual Croacia y su economía en torno al turismo.

En este mismo espacio, tuvo lugar la interesante performance del colectivo francés LABO K (Simon Guiochet y Frank Lawrence) en la que, jugando con elementos analógicos, proyectores de 16mm y herramientas digitales, crearon una atmosfera envolvente de imagen y sonido en directo.

ESPACIO CRUCE. Memoria y trauma

En el Espacio Cruce encontramos piezas que reflexionan sobre las conexiones entre memoria y trauma, como es el caso de Monumentos (2019) de Javier Olivera (Argentina), una propuesta vinculada al cine, el documental expandido, la intervención espacial y el trabajo con archivos de la historia personal del artista. La imagen del monumento se utiliza aquí como alegoría de la figura del padre en contraste con la imagen pequeña e inocente del niño. El abordaje instalativo refuerza la operación de desmontaje del material fílmico y gráfico, redimensionando su valor original para así explorar su valor estético y documental.

CENTRO CULTURAL CONDE DUQUE. Luces, polvo, materiales: la construcción del espacio

Las piezas incluidas en Conde Duque giran en torno a la materia como elemento clave para entender la realidad. Como ejemplo, Bárbara Fluxá (España) presenta El capítulo de los áridos (CaCO3), un trabajo que forma parte de la serie Capital natural, una reflexión sobre las problemáticas existentes en las relaciones entre humanidad, tecnología y naturaleza. En este capítulo, pone su foco en la sobreexplotación del territorio y la modificación del paisaje a partir de la intervención humana en las canteras. Mientras, al otro lado de la sala, en los muros de ladrillo, nos sorprende la pieza de Elena Lavellés (España), Expanded Stratgraphy (2019), con sonido de Gastón Horischnik, estableciendo un paralelismo entre la sociedad y la tierra. A través de una instalación envolvente, muestra cómo estratos sociales y geológicos se entrelazan en una realidad transversal a diversos sistemas económicos que modifican el tejido medioambiental y cultural de formas similares.

Destacamos también en este espacio la pieza de Chia-Yun Wu (Taiwán) que, bajo el título darkness within darkness (2019), estudia la esencia de la imagen en movimiento y explora el espacio existente entre lo digital y lo material, a través de un vídeo realizado con papel.

Proyector 2019

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  • El capítulo de los áridos (CaCO3), de Bárbara Fluxá (España) en Centro Cultural Conde Duque

  • Reclamar el eco (2012), de Marco Godoy (España) en ¡Esta es una plaza!

¡ESTA ES UNA PLAZA! Político y social

A través de este espacio, el videoarte sale a la calle. En una plaza pública situada en la calle Fourquet de Madrid, el público pudo disfrutar de una compilación de trabajos que exploran desde el video, aspectos relevantes de la esfera política y social. Reclamar el eco (2012), de Marco Godoy (España) nos presenta a la Solfónica, coro asambleario de Madrid, entonando consignas recurrentes en manifestaciones adaptadas a una pieza musical que utiliza las partituras del compositor Henry Purcell como referencia. “Lo llaman Democracia y no lo es”, “No tenemos miedo”, “Que no nos representan” o “Estas son nuestras armas” son algunas de estas consignas.

Por su parte, Catherine Radosa (Francia) trae a las calles de Madrid su performance Rues de l’Égalité (2013). La pieza original forma parte de un tríptico potencial de trabajos relacionados con el conocido lema oficial de Francia: Libertad, Igualdad y Fraternidad. En esta entrega, la artista pasea por la ciudad en bicicleta ondeando una bandera con la fotografía de una de las placas de las calles parisinas en la que se lee “Rue de l’Égalité”. La acción se repitió en Madrid el 12 de septiembre.

SECUENCIA DE INÚTILES. Los cuerpos

Este pequeño local situado en la Ronda de Segovia, incluye cuatro interesantes piezas que exploran el cuerpo en movimiento. Al entrar, la pieza de Elke Andreas (Bélgica), La Gargouille (2015) nos envuelve en una suerte de coreogafía bilateral en la que la protagonista recorre un pasillo y arroja agua sobre el espectador que observa perplejo, pero a la vez, es esa misma protagonista la que recibe el agua en la siguiente pantalla.

En la video-acción de Anna Gimein (EEUU), La Foto (2012), la artista trata de recrear una fotografía que su madre le describió hace tiempo y que fue tomada por su abuelo, fotocorresponsal durante la II Guerra Mundial. La acción es un estudio de un único movimiento del cuerpo de una mujer y una exploración interior de sus motivaciones, tal como se hace en los ejercicios de exploración de gestos en el arte dramático. Junto a la imagen tomada en los territorios liberados del Sáhara Occidental (motivo por el que esta pieza no puede mostrarse en Marruecos), un relato narra la historia de esa búsqueda y sus posibles significados, tanto en el plano personal como en el universal.

En la misma sala, Tractatus. Der Tatsachen Und Dingen (2018), de Ángel García Roldán (España), supone una reflexión en torno al tiempo y la capacidad de revertirlo partiendo de la idea de que “si los hechos pueden ser contados desde distintas perspectivas, entonces el tiempo habrá de ser una cuestión real en cada uno de los relatos que conforma la historia”.

En This Dance has no end (2018), la manifestación híbrida de la artista Fenia Kotsopoulou (Grecia) interpreta un baile griego tradicionalmente bailado por hombres. Esta pieza está dedicada a la artista, drag king y activista Diane Torr, que falleció en 2017. “Exactamente un año después, bailo en una habitación negra: una sola toma que fusiona lo femenino y lo masculino como oda a la vida y la muerte.”

SALA EL ÁGUILA. Hacia una breve historia de la música

La música y la dimensión sonora del espacio, es el punto en común de las propuestas presentes en la Sala El Águila. Destacamos en este espacio los trabajos de Gonzalo Puch (España) y la animación de Març Rabal (España). En el primer caso, Cosas que sucedieron (Gonzalo Puch, 2019) es un trabajo donde el reto es la improvisación. Partiendo de dos únicos elementos: una intérprete de contrabajo y un balón de baloncesto, se organiza una historia donde la música viaja de un lugar a otro. El relato se interrumpe con fotos, dibujos y otros elementos desbordando los límites del género.

Por su parte la animación Les eines i els diez (Març Rabal, 2017), nos presenta una suerte de coreografía sonora y visual que pone en movimiento los inanimados objetos habituales en la práctica artística. Tijeras, lápices o pinceles que cobran vida captados únicamente con un escáner doméstico. Sobre la base gris y fría de la máquina digitalizadora gana la apariencia cálida de los de esos objetos desgastados por el uso a lo largo del tiempo y el baile de sus movimientos.

LA QUINTA DEL SORDO. Arquetipos colectivos. Sociedades interconectadas

Las redes sociales y los cambios sociales en torno a lo digital es el leit motif de las piezas incluidas en este particular espacio. Destacamos la pieza de Maria Alcaide (España), My terrorist lover (2018), un relato de ficción autobiográfico a partir de una relación amorosa con un chico argelino. El proyecto explora ciertas tensiones culturales de la actualidad como la islamofobia o la tendencia a la radicalización y estetización de la identidad territorial utilizando un lenguaje procedente del mundo digital y youtuber.

Terminamos nuestro recorrido por la última edición de PROYECTOR con la pieza de Claudia Valente y Nic Motta (Argentina), Geometrías en danza y colisión (2018), un trabajo que revela, mediante el trackeado de imagen, la conexión en las geometrías y sonidos que subyacen a los comportamientos de diferentes comunidades. Tierra, humanos, animales y vegetación enlazados en un sistema único.

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Próxima cita Proyector:Tabacalera Promoción del Arte (Madrid)Del 21 de noviembre de 2019 al 31 de enero de 2020