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Refrescarse con salud

  • En verano apetece refrescarse a base de bien
  • Pero las opciones que elegimos normalmente no son las más saludables
  • Descubre con Saber Vivir esta una receta de polos caseros de mango y frambuesa
Refrescarse con salud
Saber Vivir TVE

El verano ya está aquí: empiezan a alargarse los días, llega el calor de verdad y lo que nos apetece es refrescarnos a base de bien. El problema es que normalmente las opciones que escogemos para hacerlo no son las más saludables. Helados y refrescos no forman parte precisamente de una dieta saludable, mejor apúntate las propuestas que os vamos a dar en Saber Vivir.

Ante todo recuerda mantenerte hidratado

Es un hecho, nuestras necesidades hídricas se disparan en verano por la sudoración. Si sudamos más necesitamos reponer ese líquido que hemos perdido pero claro, no siempre ponemos el agua como la primera opción para hacerlo. Es muy fácil caer en la tentación en esta época del año con toda esa variedad de polos, helados, granizados, horchata o refrescos que normalmente tenemos a mano.

En ese caso, los cubitos de hielo, esos que precisamente solemos poner en los refrescos o bebidas alcohólicas, son grandes aliados. Puede sonar un poco obvio pero, ¿has pensado en utilizarlos en un café o una infusión? Nos servirán para tomar un “refresco” verdaderamente saludable. Una gran opción para refrescarse con salud.

Y puede que alguna vez hayas oído que precisamente el hielo o las bebidas y comidas frías nos pueden servir para acelerar el metabolismo. Quizá incluso recomendado dentro de algunas dietas que aseguran que nos hace adelgazar. El concepto se basa en que el cuerpo necesita calentar un poco esas comidas o bebidas y en el proceso gasta calorías. Aunque técnicamente es cierto, no es verdad que llegue a adelgazar.

Los helados más saludables

Como siempre recomendamos en el programa es mucho mejor que los prepares en casa, (utilizando ingredientes saludables, claro), que no que elijas opciones industriales. E incluso en ese caso depende de cuáles escojamos. Por ejemplo los polos, que muchas veces nos venden con el reclamo de que no incluyen grasas, no son más que agua con sabores y azúcar. Por otra parte, los que tienen una base láctea, que no solo tienen ese azúcar sino que incluyen grasa de origen animal, nata, o vegetal, normalmente de palma.

¿Y qué hay de las opciones light o bajos en calorías? Los helados edulcorados tienen ese sabor dulce sin contener azúcar, aunque sí que mantienen una parte considerable de las calorías, nos acostumbran a sabores irreales y no son muy buenos para nuestra microbiota intestinal. No es una gran opción para el postre.

Mejor, para refrescarte con salud, tómate un helado de fruta “exprés”. ¿No te pasa que en verano se pone mala enseguida? Pues prueba a congelarla antes de que se estropee y el día siguiente la puedes triturar. Y luego si te apetece, échale imaginación. Un poco de cacao en polvo o de coco rallado harán que te quede un helado casero de diez.