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Donde mueren las olas

  • El puerto de Barcelona es el primer puerto de cruceros del Mediterráneo
  • Su transformación tiene elementos positivos, pero algunos vecinos creen que sólo se ha pensado en el turismo de lujo
  • Jueves 18 de junio a las 23:35 en La 2. #CRpuerto
Crónicas - Donde mueren las olas
LAURA FOLGUERA

El puerto de Barcelona ha doblado en los últimos años su superficie. Es la infraestructura portuaria que mayor transformación ha sufrido en España. Han sido unas obras necesarias para poder adaptarse a las necesidades del nuevo mercado de la carga: acoger barcos mercantes de mayor calado.

Los marineros de los buques de carga llegan a un puerto cada vez más extenso y en el que las escalas son también más cortas. Las obras de ampliación han mejorado la productividad y la eficacia con la que se cargan y descargan los buques.

El apostolado del mar, Stella Maris, se hace cada vez más necesario. Asisten a los tripulantes que llegan a puerto y les proporcionan acceso a internet para poder comunicarse con sus familias. También transporte directo y gratuito a la ciudad.

Ricardo Rodríguez / Stella Maris

El Puerto de Barcelona tiene además muelles que están a pocos metros del centro de la ciudad, en pleno barrio de la Barceloneta. En ellos también se están haciendo obras de mejora. No se trata de ganar terreno al mar. Los trabajos de mejora están dirigidos aquí a la construcción de una gran marina de lujo capaz de albergar los mayores yates del mundo. El antiguo muelle de pescadores, que linda con la nueva marina de lujo, va a sufrir una gran remodelación. Además, pocos metros más adelante, a los pies de uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, el Vela, también hay proyectada otra marina de lujo que albergará yates de hasta 40 metros de eslora.

Los vecinos de la Barceloneta ven como el frente litoral de este barrio pescador, el más antiguo de Europa, está siendo modificado. Critican que la transformación sea en un único sentido, dirigida al turismo de lujo, porque aseguran que eso influye en su día a día. La llegada de los grandes yates está generando una fuerte presión y un encarecimiento de la vivienda en un barrio de gente humilde.

Javier Moreno, historiador

El puerto de Barcelona es también el primer puerto crucerista del Mediterráneo y el cuarto del mundo. En los diques de la Ciudad Condal pueden desembarcar en temporada alta más de 20.000 turistas en un día. Y el objetivo es que esta cifra vaya en aumento. Se prevé que en los próximos dos años lleguen dos millones más de turistas a través del puerto. Para eso ya existe un proyecto de ampliación del muelle de cruceros que acogerá una nueva terminal.

Para la Autoridad portuaria éste es un mercado estratégico, una oportunidad de negocio que aporta beneficios económicos y de imagen a la ciudad. Pero también sus infraestructuras.

Sixte Cambra. Autoridad Portuaria

El incremento del número de barcos de cruceros al puerto también ha suscitado algunas suspicacias. Hay quien ve en este modelo de turismo más inconvenientes que beneficios. Entre ellos los problemas de contaminación que generan. Cuando estos grandes buques permanecen amarrados a puerto necesitan suministrar electricidad a todas sus instalaciones. Los motores de fuel no dejan de funcionar para mantener en marcha piscinas, restaurantes y todos los servicios de estas pequeñas ciudades. Por eso hay quien afirma que se están convirtiendo en un problema medioambiental. Conscientes de ello, desde la Autoridad Portuaria se está llevando a cabo un proyecto de gasificación del puerto. Se trata de fomentar que los barcos cambien el fuel por el gas licuado, un combustible mucho más limpio.

Claudio Rodríguez. Enagás

El puerto de Barcelona ha tenido que ampliar su superficie para adaptarse a las nuevas necesidades del negocio marítimo y seguir siendo competitivo. Pero las transformaciones siempre implican conflictos. El reto ahora es conseguir el equilibrio entre los beneficios económicos del negocio portuario y el bienestar de los vecinos de la Barceloneta.

Donde mueren las olas

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Equipo:

Guión: Laura Folguera

Realización: Pilar Granero

Producción: Ángel Pérez y Ana Pastor

Imagen: Manuel Urban

Sonido: Marc Forch

Montaje y Postproducción: Antoni Tomàs

Amb. Musical: Gerad Gual y Patricia Carnicero

Sonorización: Fernando Pequeño