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Wilco hace olvidar las adversidades sonoras de Vistalegre en su visita a Madrid

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El músico y compositor Jeff Tweedy, vocalista y guitarra del grupo norteamericano Wilco, durante el concierto que la banda ofreció en Madrid
El músico y compositor Jeff Tweedy, vocalista y guitarra del grupo norteamericano Wilco, durante el concierto que la banda ofreció en Madrid

Siendo Wilco una banda tan virtuosa, y sus fans tan incondicionales, el mayor reto que tenía la banda de Chicago era superar las barreras del recinto que les acogía. Y no precisamente por tratarse de una plaza de toros, sino porque a estas alturas, sonar bien en Vistalegre puede resultar una misión imposible.

El propio Jeff Tweedy, con su eterno sombrero y camisa vaquera, reconocía en el escenario que el palacio madrileño era un lugar un tanto "loco". A pesar del eco desatado allí dentro, Wilco cumplió con la importante responsabilidad de hacer olvidar las adversidades como ellos bien saben, con un repaso por una trayectoria que no deja de impresionar por su corrección y gran valía.

Poco antes de las 10 de la noche, el sexteto salía a escena tras esperar por las miles de personas que aguardaban una kilométrica cola. Finalmente fueron unas 3.000 almas las que, prácticamente hipnotizadas por el encanto y la elegancia del grupo, disfrutaron hasta alcanzar la medianoche. No hubo descanso, y los suspiros y los gritos de emoción hicieron horas extras desde que empezó a sonar la introvertida "Ashes of american flags" (de su disco más aclamado, el Yankee Hotel Foxtrot de 2001), para continuar con la explosiva "Art of Almost" (del más reciente, The Whole Love).

Solventes en cualquier género

Esos vaivenes por sus ocho discos mantienen el pulso durante más de dos horas de directo, en los que Tweedy (vocalista y guitarra), Nels Cline (guitarra, y vaya guitarra), John Stirratt (bajista), Glenn Kotche (batería), Pat Sanson (guitarra y teclista) y Mikael Jorgensen (teclados) parecen funcionar como una máquina perfectamente calibrada, que al unísono se desenvuelve magistralmente en géneros como el rock americano ("Box Full of Letters", "Forget The Flowers" o "I'm The Man Who Loves You" evidencian su tradición cercana al country), el soul (hay que ver cómo se deja el alma Tweedy en "Hate It Here") o el pop más beatleliano ("Hummingbird" o "Capitol City" son grandes ejemplos).

"¿Quién es el toro, vosotros o nosotros? Yo creo que nosotros", comentaba Tweedy entre risas en un momento del concierto. Y a decir verdad, cuando la banda decide correr calle abajo y en estampida, logran algo insólito: armar el único encierro del mundo en el que los asistentes corren directos al animal. Y vaya dulce cornada logran gracias a embestidas guitarreras como las de "Impossible Germany" (Nels nunca deja de sorprender disparando genialidades con la guitarra), la ascendente "Born Alone" o la descocada "Outtasite (Outta Mind)".

Por supuesto, tampoco faltaron dos grandes legados de esta banda al cancionero universal: una "Jesus Etc." interpretada a todo pulmón por el público presente, y la vitalista "Heavy Metal Drummer". Junto a ellas también bailaron otras melodías igual de geniales aunque menos conocidas por los primerizos que ayer visitaban Vistalegre: la psicodélida "A Shot In The Arm", la amabilísima "Dawned on Me", o la juguetona "I Might".

Contoneos, dedicatorias y un gran concierto

Para cuando llegó la medianoche y la banda amagó con marcharse en dos ocasiones, llegó un broche final firmado por ese "Hoodoo Voodoo" escrito por Woody Guthrie y musicalizado por Wilco y Billy Bragg. Un punto y final lleno de rock americano de raíces y toques de soul bien capitalizados por Josh Goldberg, el técnico de guitarra que durante dos minutos sigue un ritual consistente en efusivos contoneos mientras sigue el ritmo con un cencerro en la mano.

Horas antes del concierto, el presentador de Radio 3 Ángel Carmona charlaba con la banda en una entrevista emitida por el programa Hoy empieza todo. Aquel encuentro derivó en una dedicatoria de la banda a "Radio 3, una emisora de radio única, que realmente merece la pena". Fueron las palabras del cantante antes de interpretar "Monday", una oda al lunes utilizada por el programa matinal para iniciar la semana. Y es que así son Wilco, unos tipos complacientes que solo saben hacer bien su trabajo.

Con el grupo siendo tan solvente como siempre, solo queda preguntarnos si Madrid alguna vez tendrá un recinto para más de 2.000 personas con una acústica más agradecida. Porque Vistalegre lucía hermoso en su cita del martes, pero sigue siendo un lugar poco adecuado para acoger a una de las mejores bandas del mundo.

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