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El aumento de los fenómenos climáticos extremos pone al límite la capacidad de adaptación de los Estados

  • El informe de World Weather Attribution destaca que desde el Acuerdo de París la temperatura media ha aumentado 0,3º
  • Los expertos urgen a tomar medidas para reducir las emisiones de CO2 y aumentar las medidas de adaptación
Los fenómenos climáticos extremos, que han aumentado en los últimos años, ponen al límite la capacidad de adaptación
Imagen de dron antes y después de un incendio forestal devastador en Argentona, Barcelona (España) el 17 de julio de 2021. GETTY

En 2025, el cambio climático impulsó fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo, afectando de forma desproporcionada a las comunidades vulnerables y marginadas. A su vez, las temperaturas globales fueron excepcionalmente altas, registrando olas de calor significativamente más intensas que hace una década.

Millones de personas se vieron empujadas al límite de las capacidades humanas de adaptación. Estas son las principales conclusiones del informe de 2025 publicado por la iniciativa World Weather Attribution (WWA). Para los expertos de la organización, "reducir drásticamente las emisiones de combustibles fósiles sigue siendo la política clave para evitar los peores impactos del cambio climático".

El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Rubén del Campo, afirma en declaraciones recogidas por Science Media Centre España, que "el informe es una nueva llamada de atención de la comunidad científica para la acción climática". Señala que "ya ha pasado una década desde la firma del Acuerdo de París", pero "el planeta ha seguido calentándose desde entonces", un 0.3º.

Del Campo asevera que los análisis de la AEMET han detectado que las olas de calor en España se alargan cerca de tres días por década. Esto "coincide con una de las afirmaciones del estudio a escala global", asegura el portavoz.

Eventos climáticos extremos

Por otro lado, la investigadora del Euro-Mediterranean Center on Climate Change (CMCC, Italia), Froila M. Palmeiro, asegura que "este informe recoge los eventos climáticos extremos más significativos ocurridos durante el año 2025 y analiza su posible relación con el cambio climático".

La investigadora afirma que la temperatura media global ha aumentado 0,3º en los últimos 10 años, lo cual, a pesar de parecer un incremento insignificante, se traduce en una media de 11 días adicionales de calor extremo cada año. En este sentido, Palmeiro asevera que cada décima de grado que conseguimos evitar es "un importante logro", ya que no aumenta el promedio de días de calor extremo por año.

También destaca la "vulnerabilidad" de algunas regiones del Sur Global y una de las muchas injusticias de la crisis climática, y es que el informe pone de relieve que "los modelos climáticos están mejor calibrados en el hemisferio norte". Esta situación dificulta la exactitud de los datos y la calidad de las predicciones del hemisferio sur.

La científica del clima asociada a la Universidad de Pensilvania, Anna Cabré, en consonancia con Palmeiro, afirma que "es un excelente resumen de cómo los impactos del cambio climático se sienten con mayor intensidad en el Sur Global". La científica asegura que la situación "es especialmente desafiante allí" debido a la ausencia de datos. Pide, de forma urgente, "intensificar los esfuerzos de mitigación y fortalecer las estrategias de adaptación para prevenir las peores consecuencias del cambio climático".

"Cambiar el clima en apenas unos siglos"

El profesor de ingeniería forestal y cambio global de la Universidad de Lleida, Víctor Resco de Dios, asegura que "la quema de combustibles fósiles ha liberado suficiente CO2 a la atmósfera como para cambiar el clima en apenas un par de siglos". El análisis de WWA cuantifica hasta qué punto el cambio climático ha aumentado la posibilidad de fenómenos extremos. Resco de Dios opina que los "datos son espeluznantes".

Sin embargo, destaca que "el informe otorga demasiado influencia al clima cuando habla de procesos como los incendios o las inundaciones". Señala que hay que "separar los procesos puramente meteorológicos, como las olas de calor, de aquellos que resultan de la interacción entre el clima y las infraestructuras. Pone el ejemplo de los incendios, cuya actividad "no es enteramente atribuible al cambio climático", o las inundaciones, que dependen en gran medida de "las infraestructuras forestales e hidráulicas".

Por su parte, el meteorólogo superior del Estado y presidente de la Asociación Meteorológica Española, Ernesto Rodríguez Camino, afirma que "vivimos ya en un clima profundamente alterado, con unos impactos desiguales, una evidencia científica desigual y unos límites claros a la adaptación". Asegura que es imprescindible reducir las emisiones a la vez que se implementan medidas para "la adaptación, la ciencia y la equidad global".

Rodríguez destaca que en algunas partes del planeta han aumentado diez veces las probabilidades de que se den olas de calor, olas que son un "asesino silencioso" ya que no deja un rastro visible de destrucción como los temporales o los incendios forestales. A nivel global, la mayoría de las muertes causadas por el calor no se han reportado de forma adecuada.

También afirma que los estudios de atribución en tiempo real que realiza WWA "tiene un gran valor" al vincular los fenómenos meteorológicos con el cambio climático y opina que estos son los que más afectan y más nota la población. El experto sentencia que estos "estudios contribuyen grandemente en la comunicación del problema del cambio climático”.