Mario Casas y Alberto San Juan satirizan el franquismo en 'La cena': "Creemos que es lejano, pero lo seguimos arrastrando"
- Los dos actores protagonizan la comedia de Manuel Gómez Pereira sobre la organización de un banquete del dictador
- Con la participación de RTVE en la producción, se estrena el 17 de octubre en cines
Un teniente acostumbrado cumplir órdenes (Mario Casas), un maître conservador y conformista (Alberto San Juan), un fascista de odio ciego (Asier Etxeandia) y una anarquista militante presa (Elvira Mínguez). El Hotel Palace de Madrid sirve como parábola de España al terminar la Guerra Civil en La cena, sátira en la que Manuel Gómez Pereira adapta la obra teatral de José Luis Alonso de Santos con una original premisa ficticia: Franco quiere celebrar con un banquete su victoria y los personajes citados deben organizarlo en tiempo récord, con el inconveniente de que los mejores cocineros de Madrid son republicanos a punto de ser ejecutados.
Casas y San Juan interpretan a dos personajes que jamás se han cuestionado desafiar el orden establecido, pero a los que la trama pondrá en una situación de compromiso en un guion de comedia sólida y disparatada que su director emparenta con el espíritu de clásicos como Ser o no ser o El gran dictador.
La sátira política convive con la intriga (con un plan de fuga de los presos liberados unas horas para elaborar el menú) en una comedia que, según Casas, tiene “algo ácido e irónico que te hace pensar si debes reírte o no”. A su lado, San Juan defiende el humor para contar cualquier drama: “Reírse, para empezar, relaja. Y sin tensión a lo mejor es más fácil escuchar y entender, así que es vehículo fantástico y cuánto más complejo y trágico es lo que cuenta más útil es”.
Casas no cree en ese viejo adagio, que los datos contradicen, de que el cine español revisita demasiado la Guerra Civil. “Hay momentos históricos, en el cine de cualquier lugar, que son importantísimos. Creemos que es lejano, pero no hace tanto: es parte de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nosotros mismos que lo seguimos arrastrando. Es lógico que se cuenten y se seguirán contando.
San Juan toma el relevo para destacar la vigencia de la memoria histórica en un momento en el que un revisionismo franquista está al alza entre cierta juventud. “A veces me llegan noticias de gente, o del instituto de mis hijos, donde hay una cosa como de frivolizar con la dictadura franquista por parte de los adolescentes de ahora, casi como una moda, un meme”, describe. “Me parece muy oportuna una comedia divertida que pueden disfrutar los adolescentes”.
Mario Casas tiene claro su zona de confort en una carrera principalmente dramática, pero que a la que no le falta comedia de muchos grados de disparate (Fuga de cerebros, Las brujas de Zugarramurdi o Mi gran noche). “Donde más cómodo me siento, de verdad, es en la comedia porque es donde más me río de mí mismo. Como hombre soy muy rígido y mi personaje también lo es, así que hay algo de reírse de uno. Pero desde que era pequeño lo que hacía eran sketches de Los Morancos o Cruz y Raya”.
Alberto San Juan, Asier Etxeandia, el director Manuel Gómez Pereira, Mario Casas y Elvira Mínguez, durante la presentación de 'La Cena'. EFE/Fernando Villar
Gómez Pereira cierra un ciclo con la película. En 1987 era ayudante de dirección en Bajarse al moro, la película de Fernando Colomo que adataba la obra de José Luis Alonso de Santos, con guion de Joaquín Oristrell. Tras una larga carrera en cuyos picos siempre ha despuntado la comedia (El amor perjudica seriamente la salud, Boca a Boca) cuenta con Oristrell para adaptar otra obra de Alonso de Santos.
“Fue Sancho Gracia, que protagonizó y produjo la obra (en 2008), el que me pasó el texto. Conecto mucho con el humor de Alonso de Santos”, explica. “Es una mirada de contar a través del humor, la comedia como arma de ataque y defensa. Contar algo brutal que sucedió y sus consecuencias es necesario porque hay elementos de ultraderecha que están provocando la posibilidad de cometer errores que propiciaron la II Guerra Mundial. Y eso es muy peligroso”, concluye.