'Los tigres': Antonio de la Torre y Bárbara Lennie triunfan buceando en los cuidados fraternales
- Alberto Rodríguez compite en San Sebastián con un thriller ambientado en el peligroso mundo del buceo profesional
- Con la participación de RTVE en la producción, se estrena en cines el 31 de octubre
Alberto Rodríguez tiene plancha en el Festival de San Sebastián. Compite por la Concha de Oro con Los tigres, donde regresa a su cine social actual con hechuras de thriller (como en 7 vírgenes) y, el próximo viernes, hace doblete con la serie sobre el 23-F Anatomía de un instante, donde continúa su obra de cronista de la Transición y primeros años de la democracia (La isla mínima, Modelo 77).
Los tigres es la primera película española de la competición de 2025 y ha salido con notable aceptación: el sentir es que el cineasta andaluz, y su guionista Rafael Cobos, nunca fallan. Antonio de la Torre y Bárbara Lennie protagonizan una historia de hermanos criados prácticamente con una educación submarina que, "como en una película de los Coen", profundizan en una trama criminal tomando siempre la peor decisión posible.
Él,es una suerte de tritón, infalible en el arriesgado oficio de reparar y revisar el casco de los gigantescos buques petrolíferos. Pero, por encima de la línea de flotación y en tierra, apenas sabe valerse: separado, con ingresos precarios y una salud al límite, peligra la custodia de sus hijos. Ella, con problemas de oído, no puede sumergirse más de 20 metros, y está volcada en los cuidados de su hermano desde que tiene recuerdos, renunciando a su talento emprendedor.
Para Rodríguez, el origen fue su fascinación por el paisaje onubense, donde una naturaleza única comparte espacio con el Polo Químico, instalaciones de la industria petroquímica “dignas de Blade Runner”. Y, tras el paisaje, posó su mirada en las personas. “El mundo del buceo profesional, una actividad tan importante como desconocida, es una mezcla de albañil e astronauta”, define en una entrevista con RTVE.es. “Hacen un montón de trabajo que en realidad son muy peligrosos, que requieren mucha fuerza física. Empezamos a hablar con ellos y creció la película”.
La película, en realidad, la tenían en casa tanto el director como el guionista. “Tanto su pareja como la mía (Manuela Ocón, ganadora del Goya a dirección de producción por Modelo 77) han realizado estudios sobre género y cuidados. Manuela hizo una tesis específica sobre el tiempo y género femenino en el cine”, explica.
De ahí nace el corazón de la película, envuelta luego en un thriller intenso, cuya violencia se desarrolla sutilmente, casi en off. Desesperados por la necesidad económica para no perder la custodia de los hijos de él, se involucran en el robo de cocaína de un buque que oculta frecuentemente cantidades en la bodega.
“Él está en una situación precaria por su mala cabeza, es una especie de estrella del buceo que derrocha una energía que cree ilimitada”, analiza. “Y la precariedad la hemos visto cuando entrevistamos a muchos buzos, aunque hay de todo. Pero lo más precario es su vida: arreglan anclas y hélices, limpian cascos, cortan segmentos enormes de hormigón con lanzas térmicas. O en pantanos que son peligrosísimos y una corriente te puede hacer desaparecer”, enumera. “Un buzo de un sindicato me dijo el otro día que recuerde que sigue muriendo gente todos los meses”.
El director Alberto Rodríguez, en San Sebsatián. ANDER GILLENEA / AFP)
En consonancia, el reto para filmar Los tigres era mayúsculo. “Cada vez que ves un plano de alguien buceando, en el rodaje había seis personas alrededor. Y rodar en mar abierto era igualmente difícil. El mar manda siempre y hemos aprendido mucho. Hemos rodado en la Ciudad de la Luz de Alicante, en el nacimiento del Guadiana, el Algeciras, Huelva. A veces, una secuencia empieza con un plano en Huelva, al sumergirse es Algeciras, luego Alicante y todo eso tiene que encajar”.
Rodríguez todavía tendrá que esperar una semana para la serie basada en el libro de Javier Cercas, un proyecto esperado y querido, aunque su corazón siempre esté con los largometrajes. “Por educación, siempre pienso en películas, Las series me cuestan más, incluso verlas, no soy ni buen espectador”.