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Belén Aguilera publica 'Anela', onirismo en estado puro: "Mi carta astral me reveló que me iba a dedicar a la música"

  • La artista catalana regresa con 13 nuevos temas con ritmos electrónicos y enérgicos
  • El próximo 12 de octubre Aguilera presenta esta nueva era en un concierto en el Movistar Arena de Madrid
Belén Aguilera publica 'Anela'
Belén Aguilera posa sobre en un columpio para promocionar 'Anela', su nuevo álbum SONY MUSIC

La primera canción del nuevo lanzamiento de Belén Aguilera (Barcelona, 1995), Nacer para morir, dice así: "Igual tengo que ir. Nacer para morir". Para la cantante, este es su verso favorito de los 13 temas, entre los que se encuentra un amplio abanico de ritmos: desde letras más lentas hasta melodías enérgicas y electrónicas. Dos años después de su último disco, Aguilera regresa con Anela, una propuesta sustentada en el misticismo y el onirismo que brotó de un sueño. El título del disco es el acrónimo de uno de los versos que lo componen: "Aunque no exista la Arcadia".

Como si de una deidad se tratara, nos recibe ataviada con un vestido fino y pulcro. La artista catalana explica esta nueva era musical, con guiños al arte barroco y surrealista, en una conversación que gira en torno a la reinvención y al misticismo.

PREGUNTA: Anela es romper con lo ya publicado en tu carrera musical. ¿Por qué decides tomar esta decisión?

RESPUESTA: Siento que nunca decido las cosas premeditadamente; las cosas se dan y al final acaban siendo. Así ha sido Anela. Aunque parezca un cambio mucho más grande, tengo la sensación de que cada proyecto ha sido como un intento de ruptura con lo anterior y de evolución. Es verdad que el cambio con este disco se percibe como mucho más grande porque el registro se respira diferente. Me gustaría saber cómo lo sientes tú.

P.: Cuando lo escuché, me mostré un poco reacio. Pensé: "Uy, qué cambio".

R.: Pero eso está bien. Al final yo también soy muy reacia a los cambios. Me pasa con artistas que consumo: no encajo bien cuando tienen cambios en sus etapas musicales. Me ocurrió con Charlie XCX antes de lanzar BRAT, los singles no me convencían y no me acabó de encajar hasta que no sacó el disco.

Entonces creo que ahí está la magia de la fe en el proceso creativo. Al final siento que te lleva hacia un lugar que muchas veces como artista no sabes cuál es. A mí me pasó con Anela. Cuando estaba en el proceso creativo, me gustaba, pero me preguntaba cómo iba a encajarlo con todo lo anterior porque no tiene nada que ver. Me entraban los miedos de qué le iba a parecer a la gente, pero al final no puedo estar repitiendo fórmula porque es lo que ya me haya funcionado. Por eso la evolución es lo único que existe permanentemente y negarse al cambio es estancarse y quedarse atrás.

"Negarse al cambio es estancarse y quedarse atrás"

P.: Comentabas que cada disco es como romper con todo lo anterior. ¿Crees que con este disco has roto con esa chica que al principio se dio a conocer con covers o todavía queda algo de ella?

R.: Considero que en todas las etapas siempre se es uno mismo y hay que abrazarlo, pero para evolucionar es necesario el rechazo. Aunque me siento supervinculada a todas mis etapas, en un proyecto sí se puede romper con lo anterior y experimentar. Y la parte de cohesión funciona muy bien en el directo y en cómo se escenifican todas esas partes de ti.

Un disco proveniente del subconsciente

P.: ¿Cómo definirías Anela?

R.: Yo lo definiría como onírico, mágico y místico. Es un disco que viene dado por el subconsciente, porque al final siento que ha hablado una parte de mí, que no es la que dirige.

Tengo dos opuestos conviviendo en mí. Soy una persona muy emocional y, a la vez, muy mental. Intento racionalizar todas mis emociones. Mi psicóloga me dice: "No racionalices lo que sientes. Lo que sientes es eso y punto". Y me sucede que, por ejemplo, mis sueños me revelan muchas cosas. Cuando me levanto, pienso: "Qué fuerte. ¿Qué significa esto con lo que he soñado?". Muchas veces pienso una cosa y me aparecen sueños que me muestran cosas de mí.

Soy una persona muy emocional y, a la vez, muy mental

P.: Me llama la atención que tus sueños te hablen. En tu canción Inteligencia emocional, mencionas por ejemplo el horóscopo.

R.: Cuando hemos hablado de los opuestos, he de añadir que soy Virgo ascendente Piscis. No sé si lo sabes, pero estos signos son opuestos en el horóscopo.

Y creo en el horóscopo, no el de las revistas, sino en la astrología. Lo hago porque en mi camino he tenido muchos encuentros con este mundo y me han revelado bastantes cosas sobre mí. Tengo bastante fe.

P.: ¿Y esas revelaciones siempre te han hablado de la música?

R.: Sí. Cuando tenía 16 años, quería ser cantante, pero nadie en mi familia ni del entorno se dedicaba a algo parecido para que me pudiera echar un cable. Estaba perdida y tuve un momento de crisis. Pensé en renunciar a mis sueños y optar por estudiar o dedicarme a algo que me diera de comer porque no podía soñar con ser cantante toda la vida.

En ese momento de crisis, mi madre me llevó a una astróloga. Sin conocerme absolutamente de nada, me dijo que en mi carta astral estaba claro que tenía que hacer algo relacionado con el arte, especialmente con la música, o ayudar a la gente. Y esa señora no me conocía de nada.

P.: Me parece muy revelador.

R.: Ese fue mi primer encuentro con la astrología. Pero no solo me dijo eso, también aspectos a nivel familiar en un momento de la adolescencia en el que quería rebelarme y hacer todo lo contrario. Y en 2023, que estaba muy mal antes de sacar Metanoia, volví a hacerme una carta astral con ella. Y de nuevo me adelantó cosas que fueron sucediendo durante el año. Por eso contemplo así la vida y tengo fe en que hay algo más allá.

Belén Aguilera

Belén Aguilera promociona 'Anela', su nuevo álbum de estudio. SONY MUSIC

"Vivimos en un mundo muy enfermo"

P.: Con Anela creas un mundo onírico en el que refugiarse. ¿Por qué escapar de esta realidad en la que vivimos?

R.: Los artistas siempre estamos buscando maneras de escapar. Y considero que el arte es un gran canalizador del dolor y de la felicidad. En lo personal, a mí me cuesta mucho entenderme y saber lo que siento y cómo canalizarlo. Pero luego me llega la música como poder divino y me hace soltar todo lo que llevo dentro.

P.: ¿Pero te gusta el mundo en el que vivimos?

R.: No, lo odio. Está todo fatal. Vivimos en un mundo muy, muy enfermo. De hecho, hay veces que me cuestiono a mí misma. Estamos en un momento de salud mental bastante crítica y siento que realmente el problema no es del individuo, sino que vivimos en un mundo que está enfermo de por sí, tanto por los sistemas establecidos como por los roles.

P.: En relación con este mundo, en Laberinto señalas que "este mundo es peligroso, pero más soy yo". Como artista, ¿de qué modo combates este mundo al que calificas de peligroso?

R.: En mis letras, siempre he hablado de mis problemas desde una posición bastante victimista. No como algo malo, sino como "me ha pasado esto". Con Laberinto es la primera vez que hablo del mundo tan enrevesado y loco en el que habitamos. Y no me comporto como una mártir, sino como una persona que tiene unos objetivos, unas intenciones y unos deseos; una persona que tiene sus bienes y sus males y que forma parte de ese mundo.

P.: Quería preguntarte sobre las mentiras. En Nacer para morir, dices: "La nariz me crece cuando miento". Pero percibo que en tus letras no engañas, sino que es todo sentimiento verdadero.

R.: En ningún otro lado soy más sincera que en mis letras. En todas las que están fuera he derramado lágrimas al hacerlas porque he puesto palabras y sentimientos que no había sabido identificar hasta que no los escribí. Por eso Anela es muy honesto en ese sentido.

P.: En el álbum no hay ninguna colaboración, algo que llama la atención.

R.: Me encanta el mundo de las colaboraciones, pero solo si tienen sentido. Y ahora estamos en un momento en el que juntarse con otro artista es muy estrategia de marketing. Para este disco quería colaborar con una artista de Los Ángeles, pero al final no se dio porque igual no tenía que darse. Quizá este disco tenía que ser puramente Belén Aguilera.

Además, es un sonido tan personal que ni siquiera planteé ninguna colaboración porque cuando pensaba en a quién añadir, no encontraba a nadie. Ahora sí que vería coherentes algunos temas con otros artistas. Pero primero tenía que establecer el sonido para que fuese puramente mío antes de juntarme con cualquier otro músico.

Una nueva era impregnada de misticismo

P.: Anela es tu nueva era. Últimamente vemos a otras artistas que presentan sus nuevos álbumes como etapas distintas a las anteriores, pero no suele ser el caso en los hombres. ¿Crees que la sociedad os exige a las mujeres artistas reinventaros en cada disco para seguir así siendo escuchadas?

R.: No diría que solo sucede en el mundo de la música. A las mujeres se nos exige mucho más. Ya no hace falta que te vayas a las cantantes, vete a la panadería. El otro día me salió un TikTok que decía: "¿No os habéis dado cuenta de que un hombre increíble es como una mujer normal?". Hay una gran exigencia, pero es por el patriarcado. En la sociedad en la que vivimos, la mujer es un producto y se le exige muchísimo más.

En una charla en la que estuve hace años sobre las mujeres en la música, me frustré muchísimo. Decía que habíamos pasado de ocupar un 1% a un 5%, y se aplaudía. Eran datos escalofriantes y se pintaba con un optimismo aterrador.

Belén Aguilera

Belén Aguilera en una actuación en el festival Arenal Sound, en Castellón EFE/ Domenech Castelló

Tampoco siento que el odio hacia los hombres sea la respuesta correcta. Las cosas deberían simplemente replantearse y cambiar porque está visto que con el odio no se llega a ningún lado. Ojalá entre todos algún día poder reconsiderar cómo poder hacer todo un poco más equilibrado, acogedor y cálido.

Te diré también que gracias a Dios que soy mujer. No hay nada más bonito que esforzarme en mi proyecto porque pienso que quizás si hubiese nacido hombre no le tendría tanto respeto a lo que hago porque no se me hubiese inculcado.

P.: ¿Cómo preparas el concierto previsto para el 12 de octubre en el Movistar Arena?

R.: Está siendo precioso. Llevamos un año preparándolo y decidiendo qué se hace y qué no. Se siente como hacer una escultura. Ahora que estamos empezando a materializar todo, veo que es gratificante. Llevamos lo subconsciente y lo onírico hacia un lugar nada obvio. Creo que la gente no se lo espera y va a ser mucho más bello de lo que pensamos.