Velintonia, la casa de Vicente Aleixandre, se enciende de nuevo
- 200 personas han podido acceder a las estancias principales de la residencia del poeta, escenario de su vida y de su obra
- La casa, de un valor único, fue lugar de encuentro de diferentes generaciones poéticas, desde el 27 a los Novísimos
"Cuerpo feliz que fluye entre mis manos, / rostro amado donde contemplo el mundo, / donde graciosos pájaros se copian fugitivos, / volando a la región donde nada se olvida". Escuchar recitar a Vicente Aleixandre en su propia casa debe ser un asombro. Las miradas de escucha, atentas, de los visitantes, al menos lo son.
En grupos pequeños, de 20 personas, han podido recorrer cada media hora las distintas estancias de Velintonia, la casa en la que vivió el premio Nobel. La vivienda, todavía en bruto tal y como la dejó el poeta tras su muerte en 1984, soporta aún las huellas del paso del tiempo: la marca de la cama donde Aleixandre escribía, el vacío de muebles que no la hacen perder su sentido o las grietas del abandono que permanecen como una herida.
"Que se haya llegado a este extremo me parece triste", dice Raúl, uno de los visitantes. "Ver la humildad con la que vivía [Aleixandre]; ese cuarto de baño tan pequeño... Me ha llamado la atención", asegura Isidoro, emocionado. "Esta casa me parece imprescindible. Vicente Aleixandre es uno de los poetas maravillosos del 27", cuenta Ruth, mirando el cedro libanés, casi centenario, del jardín que el poeta plantó con sus propias manos y cuyas ramas sobrevuelan ahora el tejado del inmueble.
En una cajita, se guarda una foto de Vicente Aleixandre, uno de sus poemas y las llaves de Velintonia Alberto Ortega
200 personas han podido participar hoy en esta jornada de puertas abiertas. Las entradas, gratuitas, se agotaron hace semanas minutos después de anunciarse. Aún hay opciones para los curiosos: la siguiente visita, el lunes 14 de julio. Es la primera vez desde que Velintonia es de titularidad pública -la Comunidad de Madrid la adquirió por 3'1 millones en el mes de abril- que se permiten estas visitas. Aunque en los últimos años la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre ya consiguió acoger público: esas veladas -en 2017, 2018, antes incluso- dedicadas a los poetas que una vez llenaron la casa (Federico García Lorca, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Carmen Conde, José Hierro, Antonio Colinas...).
En 2027 Velintonia, ya como casa-museo y Casa de la Poesía, volverá a acoger a numerosos artistas. "Queremos que sea un lugar de reunión, con un pequeño auditorio donde se pueda leer poesía, disfrutar de los libros", dice Mariano de Paco, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid sobre el proyecto que tienen para la casa. Además, el gobierno regional ha iniciado ya el expediente para declarar el inmueble como Bien de Interés Cultural, y otorgarle así su máxima protección.
Hay una placa en la entrada de Velintonia que recuerda la obtención del Nobel; quizá no sepa que Aleixandre no pudo ir a Suecia a recoger el premio debido a una enfermedad que acarreaba desde joven. El Nobel fue un reconocimiento, decía el poeta, pero también una carga. "Vicente vivía en un exilio interior, en una equilibrada placidez. Recibir en 1977 a tanta prensa nacional, internacional, gente que quería saludarlo, le desestabilizó emocionalmente. El Nobel fue su premio y carga", afirma Alejandro Sanz, presidente de la Asociación de Amigos del poeta.
"Por fin, en Velintonia", le escribió Federico García Lorca en una dedicatoria a su amigo Aleixandre. Mientras los curiosos siguen recorriendo las estancias de la casa, un viejo timbre, en una agrietada puerta verde, vuelve a sonar anunciando a todo aquel que quiera acercarse a conocer la historia de estas cuatro paredes.