Mad Cool 2025: Iggy Pop y Gracie Abrams evitan la catástrofe tras los constantes apagones eléctricos
- Algunos artistas han visto como sus conciertos eran interrumpidos a raíz de unos fallos técnicos
- El Mad Cool todavía tiene tres jornadas más por delante (11, 12 y 13 de julio)
Los artistas invitados al Mad Cool 2025 han salvado al festival tras los continuos apagones eléctricos que han dejado a medias varios de los conciertos.
La artista de pop Gracie Abrams, quien ha sido la primera en sufrir este percance, ha tenido que estar casi 30 minutos sin electricidad. Abrams ha cantado con su público a capella y eso ha provocado un momento de fidelidad entre artista y fans. Ese amor fue distinto a la ira de Iggy Pop. La leyenda del rock murmuró sus opiniones y alzó el dedo corazón cuando su micrófono e instrumentos no conseguían emitir ningún tipo de sonido ni siquiera en la primera canción.
Una niña, sujetada a hombros, observa cómo Gracie Abrams se ausenta, momentáneamente, del escenario por fallos técnicos. Álvaro Meana / RTVE.es
Al mal tiempo, buena cara: Gracie Abrams y sus fans cantan a capella
Gafas de sol redondas y guitarra acústica. Esa es la coraza y la espada que ha portado la cantante Gracie Abrams ante las miles de personas que han acudido al Mad Cool. Cualquiera habría sentido la presión, pero la buena de Gracie tenía un as bajo la manga: ha puesto en pie al personal en la primera canción gracias a su éxito de 77 millones de visualizaciones en YouTube: That's so true.
El corazón ha comenzado a arrugarse y la lágrima a asomar cuando ha cantado I love you, Im sorry. Un tema estrenado el año pasado que trata sobre una ruptura amorosa con la que todo el público ha empatizado, tanto, que los participantes en esta reunión de despachados han sanado al son de Gracie.
La estadounidense Gracie Abrams cantando este jueves, a pleno sol, en el Mad Cool 2025.
Abrams ha querido rememorar cómo fue actuar por primera vez en nuestro país en 2024: "Nos vimos el año pasado, pero os he echado de menos, más de lo que puedo expresar. Hoy quería tocar una canción cuyo título es apropiado si estás en alguna relación de cualquier tipo. Si nunca te has enfadado por nada, te recomiendo escucharla", ha aconsejado. A continuación, ha procedido a cantar Cool, dejando de lado la guitarra para que el piano fuese el protagonista. Un talento que se atrevía a continuar la canción con una mano mientras con la otra saludaba a alguno de sus fans.
La cantante ya tenía a la audiencia en el bolsillo mientras iba enlazando estrofas con su poderosa voz. Además de que ha tenido que actuar a las 20:15 de la tarde frente al sol implacable de Madrid. La artista Janelle Monáe ya vivió la misma suerte el año pasado en el mismo escenario cuando, chorreando sudor, lo dio todo por el público español. En esta edición, la personalidad imbatible de Gracie Abrams ha hecho oídos sordos al sol y ha encontrado en sus fans la sombra perfecta en la que resguardarse.
De repente, el momento que nadie estaba esperando: Abrams sufre un apagón eléctrico total que apaga las luces, las pantallas, los instrumentos e incluso los micrófonos. El contador energético, a cero. Sin embargo, la única que no ha perdido la energía ha sido Gracie. La cantante se ha mantenido sobre la tarima, animando a su público con los brazos, agarrando su guitarra acústica y cantando, al unísono, varios de sus temas. Una simbiosis entre público y artista digna de admirar.
A las 21:10, 20 minutos después del apagón, se han encendido las luces del escenario, dando algo de esperanzas a su público. Finalmente, a pesar de que las pantallas continuaban K.O, la cantante ha agarrado el único micrófono que funcionaba para darle una última canción a sus fans en esa tarde de sorpresas agridulces. "Gracias por quedaros a bailar esta noche", ha dicho cuando ha cantado Close to you ante el frenesí del público por escuchar a su artista una última vez.
Sin pantallas, pero con micrófono. Lo único que ha necesitado Gracie para conectar de nuevo con un público fiel que se ha quedado durante todo el apagón cantando a capella con ella. Lo mejor que le puede pasar a un artista tras un contratiempo: que sus fans la agarren de la mano y aguanten viento y marea juntos.
Iggy Pop suda hasta la última gota y salva al festival
Han sonado ladridos de perro, se ha escuchado un grito y ha aparecido una leyenda de 78 años que se ha quitado el chaleco y ha empezado a cantar a pecho descubierto durante todo el concierto. Sí, era Iggy Pop.
Iggy Pop, enfadado por los fallos técnicos que han impedido que su concierto comenzase con normalidad. Ricardo Rubio / Europa Press
La banda comenzó a tocar, la guitarra rugía, la batería vibraba y... ¡Pum! Las pantallas se han ido a negro. Segundo apagón eléctrico del día. Momentos de tensión, silbidos y el propio cantante se atreve con el español: "¡Listo!", grita Iggy Pop, dando a entender que el problema ya se ha solucionado.
Empezamos de cero: la banda comenzó a tocar, la guitarra rugía, la batería vibraba y... ¡Pum! Sin sonido, otra vez. Iggy Pop, preso de la furia, comienza a hacer aspavientos y a sacar el dedo corazón apuntando al cielo mientras recitaba los diez mandamientos del odio por su boca.
Pasan los minutos... Y la banda vuelve al escenario, por tercer intento. Allá vamos otra vez: la banda comenzó a tocar, la guitarra rugía, la batería vibraba y... Iggy Pop ha cantado. Ha comenzado al más puro rock con Tell me a story. Ahora sí, Iggy ha vuelto y no le ha gustado que le retrasasen los conciertos.
La leyenda del rock Iggy Pop lo ha dado todo en su concierto celebrado este jueves en Madrid. Álvaro Meana / RTVE.es
El estadounidense ha decidido comenzar su nueva gira internacional en Madrid y ha querido que el Mad Cool sea el festival que inaugure el tour de un icono con más de 50 años de carrera. Con la friolera de 20 álbumes publicados en solitario y cinco previamente cuando era el líder de la banda The Stooges, Iggy sigue encontrando su adrenalina en los escenarios.
Iggy Pop se ha desenvuelto con el español con un "hola", y ha enloquecido al público con una pregunta:"Ey, ¿me pasarías a buscar?" A continuación, el recinto ha cantado The Passenger, uno de los mayores éxitos del cantante, que tiene un ritmo similiar a The Wanderer de Dion. El estribillo puede considerarse unos de los más conocidos del rock. De hecho, tal vez Masiel se inspiró en esta canción. Además, podría verse como una metáfora de lo que ha ocurrido este jueves: cuando falla la luz, las pantallas e incluso el micrófono, solo alza los brazos y canta: "la, la, la".
El cantante Iggy Pop ha interpretado sus éxitos, como 'The Passenger' o 'I wanna be your dog'. Ricardo Rubio / Europa Press
Iggy ha continuado con sus sorpresas y mientras interpretaba el tema I wanna be your dog ha dicho que "quería ir abajo". No se hable más. Un segurata lo ha cogido en brazos y lo ha bajado para que pudiese cantar y abrazar a su público. Un artista alegre y feliz de cantar con su gente, e incluso, de ver a personas jóvenes entre la audiencia. La cantidad de fans era la suficiente como para que se tratase de una estrella del rock, pero tampoco era un espectáculo masificado, lo que ha hecho que haya sido un encuentro más íntimo de lo normal dentro de lo que es Iggy Pop, es decir, arrastrándose por el suelo, saltando y echándose agua por la cabeza. Ese tipo de intimidad, única en él.
Su última canción fue I gotta go now y, saludando a un público que ha venido desde todas partes del planeta, este ha movido la mano para despedirse de una de las grandes leyendas del rock que acaba de salvar a un festival de la debacle.
Un océano de personas para ver a Muse
Iggy Pop ha allanado el camino para que la banda de rock Muse cerrase la noche. Ha sido el concierto más esperado y se ha notado en las miles de personas que rodeaban el escenario donde los tres miembros principales: Matthew Bellamy (vocalistay guitarrista), Christopher Wolstenholme (bajo) y Dominic Howard (batería) han traído sus grandes éxitos. Por suerte para el grupo, no han tenido ningún tipo de inconveniente técnico durante su actuación.
Matthew Bellamy, vocalista y guitarrista de Muse, interpreta uno de los éxitos de la banda en el Mad Cool 2025. Fernando Villar / EFE
De forma poética, Muse ha tenido la luna llena al fondo del escenario como si de una manada de hombres lobo acabasen de conquistar el evento. Ha sido el espectáculo con más iluminación interactiva del día. Además, han utilizado llamaradas de fuego, siendo uno de los elementos mejor elegidos para acompañar el fuego rockero que llevan dentro.
Mientras tanto, Bellamy hacía lo que quería con la audiencia con temazos como Starlight o Madness, que casi alcanzan, entre los dos, los 400 millones de visualizaciones en YouTube. Cifras mareantes que reflejan que el público sigue interesado en esta banda que lleva ya 31 años de carrera musical, desde su nacimiento en 1994.
El océano de personas ha dado el do de pecho cuando el grupo ha liberado lo que todo el mundo estaba esperando. La melodía que se palpaba en el ambiente y ya empezaban a tararear algunos impacientes. Tal y como dice el título de la canción, Uprising (levantamiento, en español), hizo que, por uunosinstantes, los fans levitasen del suelo y estuviesen en sintonía con la banda. Probablemente, el tema más popular del grupo, con el que se han coronado como los más laureados de la noche.
Los integrantes de Muse, Matthew Bellamy (vocalista y guitarrista), Christopher Wolstenholme (bajo) y Dominic Howard (batería), en su concierto en Madrid. Ricardo Rubio / Europa Press
Pop, rock, heavy, metal, electrónica... El público ha podido disfrutar de todo tipo de géneros musicales en la primera jornada del Mad Cool 2025. Una inauguración donde también han sonado abucheos y silbidos contra la organización tras los fallos eléctricos durante los conciertos. No obstante, esperemos que esto solo haya sido "empezar con mal pie", como indica el dicho, y el festival se desarrolle con normalidad durante las próximas tres jornadas (11, 12 y 13 de julio).
Como moraleja, los artistas han demostrado su profesionalidad y han cantado "a pelo" con sus fans. Una forma muy poética que recuerda a cuando los artistas estaban más cerca de su público y podían estar juntos en una misma sala, sin móviles ni distracciones de por medio. Una situación "de otra época" donde la ausencia de electricidad ha hecho que la energía haya salido de las voces de los artistas y los fans cantando al unísono.