La Ría de Arousa pierde músculo: el mejillón gallego en jaque por el cambio climático
- En Galicia se produce el 95% del mejillón que se consume en España: una buena parte sale de la Ria de Arousa
- En los últimos años ha ido descendiendo la producción y también el tamaño de los ejemplares que se crían
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En Galicia se produce el 95% del mejillón que se consume en España. Una buena parte sale de la Ria de Arousa. Con 33 kilómetros de largo es la más grande de todas las rías de la costa gallega. Aquí han visto cómo en los últimos años ha ido descendiendo la producción y también el tamaño de los ejemplares que se crían.
Venceslao Suárez y sus hermanos tienen 5 bateas en la ría. Las han ido heredando de generación en generación. Su abuelo fue uno de los pioneros en el negocio de la cría de mejillones aquí. Un método de cría que se remonta a mediados del siglo pasado. Ahora, unas 2.000 bateas inundan la ría. Casi un año tardan en crecer las mejillas, la cría de mejillón, desde que apenas tiene unos milímetros hasta conseguir el tamaño idóneo para su comercialización y consumo. Pero desde hace unos años algo está cambiando en la ría. "Hacemos las mismas cosas que hemos hecho siempre, nos dice, pero el resultado es que el mejillón es cada vez más pequeño y hay menos cantidad", nos explica también que el mejillón tampoco tiene fuerza para agarrarse a las cuerdas y se acaba desprendiendo. El resultado, a lo largo de la ría, es una bajada en la producción que calculan, acumula un descenso de un 30% en los últimos años.
En la Ría de Arousa hay unas 2.000 bateas Sara Boldú
"En los últimos 4 años la caída ha sido enorme", se lamenta Lino Suárez que es Director del Operaciones de Opmega, una productora que agrupa a propietarios de 500 bateas. "Hemos tenido caídas de más del 20 % en dos años", detalla Suárez. En Galicia, nos dice, hemos pasado de producir 250.000 toneladas de mejillones a 180.000 toneladas al año. Y es por eso que los criadores de moluscos y mariscadores temen que los proyectos industriales en la cabecera del río Ulla perjudiquen su medio de vida.
Minifundio en el mar
Son muchas las familias afectadas por esta situación, porque aquí no hay grandes empresas, sino pequeños propietarios de una o dos bateas de las que viven toda la familia. "Es un concepto minifundista", nos dice Marta Juncal que hace unos 10 años decidió dejar la oficina para llevar las bateas que su padre, Antonio, a punto de jubilarse, había heredado de su abuelo. "Ahora mi oficina es este mar inmenso", nos dice Marta.
“"Algo le pasa al mar"“
Otros sectores que viven de los frutos de mar también se han visto afectados por la falta de capturas. Hace más de un año que las mariscadoras de la Illa de Arousa, una isla en medio de la Ría del mismo nombre, no recorrían las playas en busca de marisco. Ellas mismas se habían impuesto una veda en vista de las bajas capturas. Durante la parada se han encargado de limpiar la arena, de sembrar también algunas almejas minúsculas para que crezcan y de vigilar a los furtivos. Ahora han vuelto al trabajo después de un año. De nuevo en la orilla, con su azada y su cubo, escarban en busca del marisco. A pesar de la veda, los resultados no son muy esperanzadores.
Las mariscadoras de la Illa de Arousa volvieron a mariscar después de más de un año de parada Sara Boldú
“Es un trabajo artesano que es muy bonito, eso va a desaparecer“
En la lonja pesan la colecta y se comprueba que no superen el cupo establecido: Medio kilo para la almeja blanca, dos kilos para la japónica y un kilo de berberecho. "Con las capturas que estamos haciendo ahora son 500 unos euros lo que conseguimos, quitas 300 de seguridad social, te quedan 200 euros ¿Qué haces?", se pregunta Margot mientras marisquea esperando los pocos años que le quedan para jubilarse. "Con el dolor de mi alma, que a mí me encanta que es un trabajo artesano que es muy bonito, eso va a desaparecer".
Río arriba
“Algo le pasa al mar, no sabemos que es, pero algo le pasa"“
Los mayores del lugar recuerdan tiempos pasados. Cuando aquí había más de una decena de fábricas de conserva que se surtían de todo lo que se recolectaba en la ría. Y los jóvenes saben que aquí no tienen futuro. "Yo estoy estudiando para vigilante de seguridad, porque esto ya no nos da para vivir", nos explica uno de los mariscadores que cada día sale con su barco, rastrillo en mano para peinar el fondo de la ría. "Algo le pasa al mar, no sabemos que es, pero algo le pasa", se lamenta otro mariscador sobre su pequeña barca.
“El sector marisquero es el primer indicador que nos está diciendo que algo va mal“
Las asociaciones ecologistas vienen denunciando desde hace tiempo la contaminación de las rías gallegas. A la industria, la agricultura y el turismo, cada vez más numeroso en la zona, se unen el mal funcionamiento de algunos de los colectores y los episodios de vertidos incontrolados que se dan. Además, desde hace unos años un nuevo agente ha entrado en escena. "Si hablas con pescadores y mariscadores te das cuenta de que el cambio climático ya está en su relato", nos lo cuenta Manoel Santos que es coordinador de Greenpeace en Galicia quien cree que "el cambio climático, la contaminación, la sobreexplotación pesquera, la mala gestión de los embalses, son muchos los factores que se unen para generar la crisis que estamos viviendo". "El sector marisquero es el primer indicador que nos está diciendo que algo va mal", sentencia.
Los barcos mejilloneros salieron a protestar contra la instalación de la fábrica de pasta de celulosa en Palas de Rei
“En la ría le tienen pánico a este proyecto“
Pero lo que más preocupa ahora a ecologistas, y también a pescadores y mariscadores de la zona, son los proyectos que hay río arriba. Uno es la mina de Cobre que la empresa Cobre San Rafael quiere reabrir en Touro. El otro, la macrofábrica de pasta de celulosa y lyocell que la portuguesa Altri proyecta construir en Palas do Rei. "La fábrica va a verter 30 millones de litros de agua, una vez pasa por el proceso de triturado, cocción y los químicos que añaden", nos explica Manuel Santos de Greenpeace. En la Ría de Arousa le tienen pánico a este proyecto, añade, porque "amenaza un ecosistema que ya pende de un hilo y cualquier componente contaminante más es un peligro potencial enorme", concluye.
Una vez por semana, los representantes de la mayoría de cofradías de pescadores de la Ría de Arousa se reúnen para compartir novedades de su lucha contra un proyecto que tiene ya presentadas más de 27.000 alegaciones. Alfredo Otero es portavoz de la Plataforma en defensa de la Ría de Arousa. Nos explica cómo la Ría se alimenta de los nutrientes que llegan del mar y también de los aportes que trae el río Ulla en su desembocadura. Alfredo, como muchos aquí, tiene bateas de mejillones y cree que su medio de vida y el de muchos vecinos se va a ver afectado por este proyecto. "De la ría viven aquí más de 15.000 personas", asegura. "Si tú a ese río le echas más de 60 toneladas de productos químicos, claro que le va a afectar a la ría. Eso va a llegar a todos los bancos marisqueros".
Los responsables de Altri aseguran que su obligación es cumplir la normativa medioambiental. Según José Soarez de Pina, Consejero Delegado de Altri hay mucha desinformación en las alegaciones que se han presentado contra la fábrica. Un proyecto, bautizado como Gama, que prevé fabricar más de 250.000 toneladas de pasta de celulosa destinada sobre todo a la industria textil. Desde Altri están a la espera de conseguir la Autorización Ambiental Integrada y una subvención pública de 250 millones de euros, una cuarta parte del total del proyecto.
Un parque en el mar
Diferentes estudios han ido analizando la importancia del río Ulla en el ecosistema de la ría. Uno de estos estudios lo llevó a cabo Ricardo Prego entre 2017 y 2021. Fue financiado por la empresa Cobre San Rafael y en él se analizaba el estado del agua de algunos de los afluentes del río y de los sedimentos en la desembocadura. Uno de los aspectos que trataron hacía referencia a la importancia de la presa de Portodemouros, y la gestión del embalse con la liberación de agua en épocas de lluvia. Un agua dulce que, en exceso, acaba creando muchos problemas a los mariscadores de la zona, como ha sucedido ya algunos años.
Hay zonas de la ría donde el mar está dividido en parcelas en las que se crian las almejas Sara Boldú
“Aquí hay años que pierdes dinero y otros que ganas dinero“
Carril, una población de la ría cercana a la desembocadura del Ulla es famosa por sus almejas. Aquí también se hace crían en los parques. Las balizas sobre el mar marcan el territorio en el que los parquistas arrojan las minúsculas crías. Una granja que no siempre asegura el rendimiento. "Aquí hay años que pierdes dinero y otros que ganas dinero", nos dice Laureano, que tiene un parque de cultivo aquí. "Viene una riada y te mata todo, y luego tienes que comprar semilla, volver a empezar de nuevo y el crecimiento no es de hoy para mañana. Si viene mucha agua dulce y encima abren el embalse, entonces la almeja se cierra y acaba muriendo". A pesar de todo, es un negocio del que se puede vivir.
“Esto no puedes ir a una biblioteca y leer como se hace, tengo la suerte de poder encontrar personas que me enseñen“
Carlos estudió ingeniería industrial y poco después de acabar su carrera decidió dejarlo todo y dedicarse al mar. Tiene una concesión por 50 años para cultivar almejas. Está ilusionado con su nuevo trabajo: "No solo trabajas en un medio tan privilegiado como es este, sino que tus acciones tienen un impacto directo en tus resultados". Laureano, que es ya veterano de la pesca y el marisqueo, le da instrucciones de cómo hacer la siembra de la almeja: "Esto no puedes ir a una biblioteca y leer como se hace, tengo la suerte de poder encontrar personas que me enseñen", dice Carlos, contento de que no se pierda un oficio que pasa de generación en generación y confiado que la ría de Arousa pueda sobrevivir a la crisis.