Y el museo más antiguo de España es... el de Ciencias Naturales
- El Museo Nacional de Ciencias Naturales vio la luz el 17 de octubre de 1771
- Parte de su colección proviene de la Real Casa de la Geografía, fundada en 1752
El museo más antiguo de España está alineado con el triángulo de oro del arte de Madrid en el que juegan el Prado, el Thyssen y el Reina Sofía, pero se encuentra calle arriba. El visitante debe pasear por el Prado, Recoletos y subir un buen trecho de la Castellana hasta llegar al Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN).
Su sede actual es el Palacio de Exposiciones de la Industria y de las Artes, un hermoso edificio de ladrillo de 1887, que comparte con Escuela de Ingeniería Técnica Industrial, y alberga "ese museo tantas veces desahuciado", en palabras de Santiago Ramón y Cajal.
La primera ubicación del MNCN fue el segundo piso y las buhardillas del Palacio de Goyeneche, que aún acoge la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF). De la calle Alcalá pasó a los sótanos de la Biblioteca Nacional y por el camino se quedó la posibilidad de ocupar el Edificio Villanueva del Museo del Prado, en una colina de las Ciencias, con el Jardín Botánico y el Observatorio astronómico.
Gabinete de curiosidades
Un rey y un indiano fueron decisivos en la fundación del museo el 17 de octubre de 1771. La científica del MNCN, Carolina Martín Albaladejo, explica a RTVE.es que "Carlos III compra al criollo peruano Pedro Franco Dávila su gabinete de curiosidades". Se trataba de "una gran colección en la que se había gastado todo su dinero".
Dávila vivía en París y sufría de apuros financieros, Carlos III adquiere "ese gabinete que tenía de todo: piedras, minerales, medallas, láminas, bibliografías y animales disecados" con la condición de que el coleccionista fuera su director hasta su muerte. Ese museo primigenio además heredó fondos de la Real Casa de la Geografía de 1752.
El MNCN ofrece una exposición permanente sobre el Real Gabinete de Historia Natural, en el que se puede ver "en una vitrina el esqueleto de un elefante y en otra el animal naturalizado. Ese paquidermo llegó desde Filipinas como regalo para Carlos III y debajo de la piel hay una escultura de madera del director de la RABASF de la época".
Entre las joyas del gabinete, el famoso cuadro de una oso hormiguero, que le encantaba al rey, y uno "muy especial, el de la historia natural del Reino del Perú, un cuadro impresionante de grande que es una especie de enciclopedia montada como si fuera un cómic con viñetas, que refleja todas las producciones", fue un regalo al ministro de Hacienda de entonces que lo donó al gabinete.
Cuadro general del Perú MNCN
Como muestra de la diferente sensibilidad de la Ilustración, Carlos III donó el Tesoro del Delfín (ahora en el Museo del Prado) al museo de Ciencias porque consideraba más interesante el estudio científico de sus materiales (plata, marfil y piedras preciosas) que su valor como piezas artísticas de orfebrería. Este tesoro fue expoliado por los franceses en la guerra de la Independencia, pero se recuperó en 1839.
Martín Albaladejo también indica que se puede ver un bezoar, una curiosa piedra montada en plata, proveniente de un cálculo formado en el estómago de un camélido a la que en el siglo XVIII se atribuían "propiedades antiveneno. Se ponían encima de la mesa de los aristócratas o tocaban algún alimento y supuestamente te avisaban si la comida era o no venenosa".
Fiel reflejo de la Historia, el Museo conserva hallazgos de la expedición Malaespina y los resultados de otra misión de exploración menos conocida, pero más interesante desde el punto de vista académico, la Comisión Científica del Pacífico, la primera que contó con un fotógrafo en sus filas en 1862, cuyos miles de negativos están digitalizados.
El robo de la colección van Berkhey
Entre los fondos históricos, brilla la colección van Berkhey, un holandés cuya ambición fue reunir todas las especies del mundo: "Empieza a coleccionar grabados, acuarelas, dibujos y las organiza de forma taxonómica. O sea, los mamíferos aquí, las aves, allá, los insectos acullá. Floridablanca convence a Carlos III de la compra y se la trae en cajones", relata la bióloga del CSIC.
La colección van Berkhey cuenta con miles de láminas, el MNCN conserva toda la zoología, la botánica está en el Real Jardín Botánico y la parte de Antropología en la Biblioteca Nacional, pero en los años 80 hubo un robo. Martín Albaladejo cuenta que "un montón de láminas fueron sustraídas del museo por un inglés en connivencia con un bedel", aunque luego se recuperó una parte en los años 90 y otra ya en los 2000.
Aparte de su carácter errante, uno de los males endémicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales es "su falta de espacio que no le permite desarrollar más la investigación, las colecciones y los programas públicos". Además de compartir edificio con la Escuela de Ingenieros, en su día albergó un cuartel de la Guardia Civil, parte del Museo del Traje o laboratorios de Física.
Una noche en el museo
Su pieza más grande es la réplica de 24 metros del esqueleto del Diplodocus carnegii, instalada en el vestíbulo central. Un millonario se lo regaló a Alfonso XIII que lo donó. Andrew Carnegie también envió copias a Londres, París o Viena. Alrededor de esta osamenta duermen los niños que tienen la suerte de pasar una noche en el museo.
El MNCN atesora 2.200 calcos de pinturas rupestres de toda España, un proyecto de la Junta para la Ampliación de Estudios, que envió a "calcar todos esos dibujos de abrigos, de cuevas. Lo más emocionante es que hay dibujos que se han perdido por la acción humana o bien por el tiempo, pero su impronta se conserva aquí".
Un megaterio del Museo Nacional de Ciencias Naturales. MNCN
Los calcos estuvieron mucho tiempo en el Museo de Antropología, pero se recuperaron y fueron protagonistas de una exposición en la que se recreó una cueva paleolítica.
Investigación y divulgación
El MNCN sigue muy vivo, con departamentos de investigación en biodiversidad, biogeografía, biogeoquímica, ecología evolutiva, geología y paleobiología, y ha participado en proyectos conservacionistas tan exitosos como la reintroducción del lince ibérico.
En el Museo Nacional de Ciencias Naturales se exhiben dos muestras temporales de fotografía, dos sobre aves, el mural de la evolución, la vida secreta de la fauna urbana o la pieza del mes, además de las exposiciones permanentes.
Esta bióloga invita a visitar el MNCN porque "las naturalizaciones de los hermanos Benedito, unos escultores taxidermistas, son de las mejores de todo el mundo. Vas a encontrar información sobre temas actuales como biodiversidad o cómo se forman las especies, piedras, dinosaurios... Siempre habrá algo que te va a interesar".
Un buen plan para celebrar este domingo el Día Internacional de los Museos y no tienes excusa porque te dejan llevar a tu perro.