Los míticos cómics de Warren que revolucionaron el terror y la ciencia ficción
- Eduardo Martínez-Pinna publica el libro Warren. La editorial que revolucionó los cómics
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Ya os hemos contado como en los años 40 y 50 los cómics de terror y ciencia ficción de EC triunfaron por su calidad. Pero también, como fueron censurados por el Comics Code Authority, que acabo con ellos y prohibió la aparición en las viñetas de cosas como vampiros, zombis, criminales que se salieran con la suya y, por supuesto, cualquier comportamiento sexual.
Hasta que esa prohibición fue desafiada en los años 60 por por las revistas de terror de Warren Publishing, de James Warren (1930). Unas revistas en las que participaron grandes estrellas del cómic norteamericano (Frank Frazetta, Richard Corben, Bernie Wrightson...) pero que también contaron con la participación de numerosos autores españoles (Esteban Maroto, José Ortiz, Fernando Fernández, José (Pepe) González... Ahora el experto en cómic Eduardo Martínez-Pinna Vallejo (1961) repasa la historia de la mítica editorial en el libro Warren. La editorial que revolucionó los cómics (Diábolo ediciones).
Y empezamos preguntando a Eduardo por qué cree que Warren revolucionó los cómics: "Probablemente por utilizar como medio de difusión de difusión de esos cómics la revista o el magacín, poco usado en los EEUU, donde priman los comic books y los cómics sindicados o distribuidos por la prensa. Son muy pocas las publicaciones que lucen este soporte editorial, Mad (desde 1955), los títulos de Skywald (desde 1970), la división Marvel de magacines o Marvel Curtis (desde 1971), Heavy Metal (desde 1977) y National Lampoon (desde 1970), son los más famosos. Warren Publishing se funda en 1957 y su primera revista de comics de terror, Creepy, desde 1964. Un formato lo suficientemente arriesgado pero que se mantiene estable en el mercado, ocupando su espacio en quioscos, sin interferir demasiado en los productos más comerciales tipo comic book".
"El éxito de James Warren -añade Eduardo-, fue mantener su editorial desde 1957 a 1982, en un momento en que ese tipo de formato resultaba minoritario. Recoge, más bien, el espacio de publicaciones de culto, aquellas que sin tener demasiados lectores, resultan muy fieles. Argumentos más atrevidos, narrativa más compleja, gran capacidad técnica de sus autores, mantenimiento de una línea editorial, comunicación con los lectores por el correo, artículos de estudio y análisis y, por si fuera poco, dar a conocer e introducir autores nuevos en el mercado y en la industria en general".
Portada del libro 'Warren. La editorial que revolucionó los cómics'
Se saltaron el código de censura
Publicar en formato revista también permitió a Warren saltarse el Comics Code, como nos comenta Eduardo: "El código de autocensura es propio de los comic books, y se condiciona por sus lectores infantiles o juveniles. Su imposición es gremial y condiciona una distribución del comic book que lo aprueba y certifica, más funcional. El comic distribuido por la prensa tiene su propio libro de estilo y tolerancia, y su línea editorial será la propia de la agencia que lo distribuye o la del periódico que lo incluye en sus contenidos. Las revistas en blanco y negro, en general, las editadas por Warren, quedan fuera del formato comic book por lo que no están integradas en esas sociedades gremiales. Resultan menos atractivos para niños y jóvenes y se rigen por otro códigos de permisividad, más en concordancia con los productos editados para adultos, por la época histórica o por la aplicación más o menos tolerante de la libertad de expresión y otros contenidos".
"A finales de las años 70, las revistas Warren como Vampirella y 1984, así como Heavy Metal. estaban entre las publicaciones más permisivas del país, lo que las hacía tremendamente atractivas para los adultos jóvenes, universitarios o trabajadores independientes", añade el escritor.
Portada de un número de 'Vampirella'
Los primeros éxitos: terror y humor
Los primeros éxitos de la editorial no fueron cómics pero si estaban relacionados con el terror, como nos cuenta Eduardo: "Fueron aquellos dedicados a estudios sobre el cine de terror, un estudio somero, muy ilustrado con fotografías y con contenidos muy atractivos para los lectores, incluidas las impactantes cubiertas pintadas. El sustento de su éxito, probablemente se deba a la emisión de un programa televisivo nocturno del viernes noche, llamado Shock Theatre (desde 1957), consistente en una presentación de contenidos, más o menos graciosa y posterior visionado de una película de terror producida por Universal Pictures. Con el tiempo, se añadieron otras productoras como la inglesa Hammer Films o la reina de la serie B, American International Pictures (de Roger Corman). Los géneros emitidos incluían títulos de fantasía o de serie B en general. El primer éxito Warren fue Famous Monster of Filmland, desde 1958, a los que se añadieron revistas sobre Western (Wild West Western), Ciencia ficción (Spaceman) o cine de aventuras (Screen Thrills)".
Portadas de 'Famous Monster of Filmland'
"Enorme interés tuvo la revista satírica Help! (1960) -continúa el autor-, cargada de fotonovelas cómicas, de artículos sobre las estrellas televisivas y cinematográficas, cómicas o satíricas, cómics atrevidos en los inicios del movimiento underground y, presencias de grandes talentos de la industria mediática como Monthy Python, Woody Allen o dibujantes underground como Robert Crumb, de todos, el más emblemático. Contó con editores arriesgados como Harvey Kurtzman (figura totémica de la industria del cómic), Terry Gilliam (fundador de Monthy Python) o Gloria Steinem (Icono del feminismo y editora de una de sus revistas más representativas, Ms. Una gran concentración de talento alejada del terror o de los cómics clásicos".
Y aunque esas revistas esquivaron la censura, no evitaron los problemas: "La censura que padeció algún título Warren, no es censura como tal, es realmente un sabotaje de los grupos de poder conservadores, veteranos de guerra, impresores y distribuidores contra la revista bélica, Blazing Combat (1965-66) de tan solo cuatro entregas, que publicaba una visión de la guerra cruda y poco heroica que le hizo tener grandes pérdidas. Un ataque contra la esencia del ejército que motivó su estrangulamiento económico".
Creepy, Eerie y Vampirella
Pero todo cambió con la llegada de títulos míticos en la historia del cómic. "A partir de 1964 o 1965 y hasta 1978 -asegura Eduardo-, comienzan a aparecer en el mercado sus grandes revistas de cómics: Creepy, Eerie y Vampirella de terror, 1984 /1994 a partir de 1978 y The Rook en 1979, (fantasía) o The Spirit en 1974, reimpresiones. James Warren dispone de una plantilla de artistas, ilustradores, escritores y dibujantes, con una altísima calidad media, además del maestro Will Eisner. Su primera línea de éxito fue Famous Monster of Filmland (que sufraga las pérdidas de Blazing Combat, mientras que la segunda son los tres títulos de terror, especialmente Vampirella (asociada al exitoso trabajo del español Pepe González)".
Pero... ¿Hasta qué punto estaba influido Warren por las míticas revistas de terror de EC? "Entre 1964 y 1970, las revistas Warren se valieron de esos autores estadounidenses citados, aquellos que provenían de las épocas de EC, que trabajaban sin trabas argumentales y con buenos escritores que estructuraban un relato muy funcional. Esta primera época de las revistas de terror, Creepy especialmente, sí evoca a las antiguas publicaciones EC. Pero Warren es una editorial viva que marca su perfil y se sabe rodear de una segunda oleada de buenos profesionales".
Viñeta de la Vampirella de Pepe González
"Eerie -añade el escritor-, comienza como revista similar, pero con la llegada de autores españoles, y una segunda oleada de estadounidenses (Corben, Wrightson, Adams, Toth o Frazetta) consigue una línea editorial caracterizada por relatar pequeñas y grandes sagas sobre personajes de terror monstruosos, en la estela del monstruo de Frankenstein, La Momia, personalidades similares a Edward Hyde (novela de Stevenson), muertos vivientes como The Spook, venganzas de ultratumba o los mismos jinetes del Apocalipsis".
"El éxito Warren por excelencia, Vampirella, estuvo dibujada en más de cincuenta historias por Pepe González -continúa-. Y, como es bien sabido, nadie dibuja a Vampirella como Pepe. Se acompañaba de historias seriadas de capítulos semiindependientes de personajes femeninos tan interesantes como Pantha, Cassandra St. Knight o Fleur, entre otras".
"No hay que olvidar otros títulos, los de fantasía y con escenas picantes como 1984 (1978), gracias a las artes de Richard Corben, Frank Thorne (Ghita) y las de un Pepe González ajeno a Vampirella. Una de las motivaciones que impulsan el debut de 1984, se debe a que en el mercado hay suficientes magacines con subtramas de fantasía y eróticas (Heavy Metal, Epic y Bizarre Adventures), lo que motiva que Warren, y su entonces editor jefe Bill DuBay, sacar al mercado una revista con esos contenidos argumentales y con un tono irónico. Más conservadora anduvo la revista de The Rook (1979), basada en un personaje literario de H. G. Wells. Tuvo una interesante trayectoria con series tan correctas como Voltar y Viking Prince (Viking Fantasy, cortesía de Alfredo Alcala y José Ortiz), Jesse Bravo (la obra más completa de Alex Toth), Joe Guy (un esperpento cariñoso sobre Superman) o Eagle (western indigenista de John Severin) entre otros grandes trabajos".
"La edición de The Spirit (1974), de Will Eisner, al que Warren le dedicó la reimpresión y restauración de una selección de unos doscientos episodios entre sus más de seiscientas entregas, con nuevas páginas de presentación, iluminados artesanales, especialmente el de Richard Corben, que hacen este título uno de los grandes. Will Eisner resurge tras esta edición como uno de los grandes artistas de la industria del cómic, con el comienzo de una brillante carrera posterior a base de historias costumbristas con intensa carga melodramática", nos explica Eduardo.
Bernie Wrightson, Neal Adams, Richard Corben...
Como venimos comentando, gran parte del éxito de estas revistas se debe a contar con algunos de los mejores autores de cómic de la historia: " Los relacionados con EC serían Frank Frazetta (uno de los grandes portadistas), Al Williamson, Johnny Craig, Joe Orlando, John Severin, Gene Colan, Reed Crandall o Wallace Wood. Autores que firman buena parte de su trabajo más granado, resucitando artísticamente tras el cierre de EC Comics".
Pero también nos descubrió a otra generación de autores: "Warren tiene entre sus grandes luminarias autores como Neal Adams, genio de la composición de páginas, Bernie Wrightson, la cara visceral de un horror que deja sin aliento, Frank Thorne, la cara hedonista de la editorial o, Richard Corben, uno de los autores más famosos y mejor pagados de aquella época, aunque probablemente mejoraría en su siguiente etapa. Jeff Jones y los excelentes Alex Toth o Gray Morrow, son autores que dejan buena parte de su obra firmada en Warren. Y por supuesto Russ Heath, que deja algo más de media docena de historias extraordinarias. Entre los portadistas destacan, además de los citados Frazetta y Richard Corben, Vic Prezio, Basil Gogos, Bill Hughes, Jeff Jones... Son el primer grupo de nombres que hacen que las revistas Warren, constituyan una editorial única".
La llegada de los dibujantes españoles
Hubo una época en que el material de la agencia española Selecciones Ilustradas, del mítico editor Josep Toutain (1932-1997), acaparó el 80 % del material de las revistas Warren. "Josep Toutain estaba en Nueva York intentando expandir el mercado con autores de Selecciones Ilustradas que representaba -nos comenta Eduardo-. Visitaba a las grandes editoriales para finalmente acudir a Warren un viernes por la tarde. Alto, elegante y apuesto como un actor, se entrevistó con James Warren pidiendo trabajo y oportunidad a la totalidad de autores por él representados de los que llevaba muestras en su book. A principios de los setenta, se necesitaban autores no especialmente caros, para dar salida mensual a varias revistas Warren. Los autores españoles aportaron un estilo distintivo, atmosférico, de contrastes marcados, y a veces degradados, acompañados con trazo de grafismo realista. Una composición de página muy cuidada, irregular pero muy narrativa, que ha dado valor a la editorial y a la industria, como así aseguran los grandes investigadores como David Roach. Además eran rápidos, compactos y artesanales respetando exquisitamente los plazos de entrega, salvo unos pocos en muy contadas excepciones".
"Los dibujos mágicos de Pepe González, la ingravidez de Esteban Maroto la solvencia gráfica de Luis García y los coqueteos con el surrealismo de Josep María Beá, acompañado de las ventajosas condiciones que le ofrecía aquel español, motivaron la inclusión de una serie de dibujantes españoles en el difícil mercado estadounidense", asegura Eduardo.
"La rapidez, versatilidad, su capacitación técnica y su adaptación a cualquier argumento, los hacía autores muy seguros, y que sin llegar a desplazar a los estadounidenses, aquellos que formaron la segunda hornada, sí ocuparon mucho espacio entre los contenidos de las revistas de su edad de oro, a partir de 1972. Al menos casi todos entre los que destacan luminarias como Pepe González, Esteban Maroto, José Ortiz, Josep María Beá, Luis García, Rafael Aura León, Jaime Brocal Remohí, Ramón Torrents, Felix Más... Autores que, probablemente sean considerados como grandes clásicos y concienzudos profesionales. Autores que levantaron una forma de ver los cómics y mantuvieron iluminada esa época durante muchos años".
Sin olvidar que firmaron muchas de las portadas de las revistas Warren. "Entre los abundantes ilustradores de portadas destacan Sanjulián (Manuel Pérez-Sanjulián), Enrich (Enric Torres Pratt), Penalva (Jordi Bosch Penalva), Vicente Segrelles, el mismo Pepe González, incluso Jordi Longarón, con tan solo un trabajo para Warren, sustanciado en Vampirella 96 (1981)".
"La relación entre Josep Toutain y James Warren era cordial y amistosa. Y muy productiva, ya que mantuvieron la calidad en los EE UU, y cuando se publicaron en España, revalidaron su éxito y profesionalidad", concluye Eduardo.
Portada de la revista 'Eerie'
Los cómics de Warren en España
Los cómics de Warren también fueron fundamentales en el llamado "boom del cómic adulto" de los años 70 y 80 en España, como nos comenta Eduardo: "Una primera ola estaba representada por Vampus (1971), Rufus (1974), Vampirella (1974) y Spirit (1975), además de Dossier Negro, a partir de 1968. Incluían cómics publicados por revistas Warren Publishing que se completaban con otras agencias y traducciones de otras editoriales como DC Comics y otras. Las historias, al menos muchas de ellas, están retocadas, remontadas y censuradas, con lo que su valor nostálgico, no sirve para documentación más rigurosa. Las impresiones debieron ser mejores".
"En los años ochenta, a punto de que Warren colapsase, Josep Toutain dejó la agencia y se trasformó en una editorial muy implicada en el asentamiento de la industria del cómic en España. En un título como Creepy España, aún consiguió reproducir buena parte de la producción Warren Publishing, en 1984, la mimetizó en sus primeras entregas, y en Comix Internacional tan solo usó el título de un magacín Warren y muy contadas historias de Blazing Combat. Las relaciones de Toutain con los próceres internacionales de la industria de la narrativa gráfica, italianos, franceses y argentinos le permitieron armar revistas con una sólida selección de historias, una marcada línea editorial, correo de lectores y atención y promoción de figuras emergentes como Miguelanxo Prado, Pepe Moreno, Geniés, José María Beroy, Miguel Ángel Martín o Pasqual Ferry… entre otros grandes nombres. La caída de Warren no supuso un gran roto en las ediciones de Toutain".
"Es evidente que sus publicaciones, con otras rivales de otras editoriales, promovieron el interés por la narrativa gráfica en la España de la transición, y dieron lugar a una industria del cómic en España que se angostó, o bien por efecto burbuja pinchada o bien por la caída en Europa y en Argentina del concepto de revista de cómic, a finales de los ochenta. En EEUU menos, porque la revista de cómic es un formato muy restringido, por lo que durante los ochenta son contados los ejemplos".
"Caso especial de la relación de España (no Toutain) con Warren Publishing, fue Dracula de Buru Lan, editada por Luis Gasca en 1971, que tras la publicación española compuesta por doce entregas antológicas, fue editada por Warren, en al menos seis entregas. Una obra que pudo ser, y no llegó por quedar corta, en las que Luis Gasca dio cabida a obras dibujadas por Esteban Maroto, Josep María Beá, Alberto Solsona y Enric Sió, además del muy interesante Alfonso Figueras y escritos por el mismo Gasca (Sadko), Luis Vigil, José Luis Garci, Carlos Buiza o Juan Tébar", concluye Eduardo Martínez-Pinna.
Página de 'El pozo y el péndulo', de José Ortíz
El fin de Warren y su legado
En cuanto a la desaparición de Warren, en 1983, Eduardo nos comenta: ""No soy estudioso del mercado pero Warren abusaba de prácticas empresariales que, en más de una ocasión, eran dudosas. Repetición de contenidos, alteración de algunas historias y mala gestión o ausencia de buenos recopilatorios (no se anunciaban) que podrían haberse catalogado como segundas ediciones de un material que se puede calificar de espectacular y que debía venderse como tal. El editor concebía el producto que editaba como fungible y no como un producto de gran calidad que se había mantenido en un rincón de la industria estadounidense entre lo alternativo y lo comercial".
"La gestión de salarios, derechos y cierto despótico tratamiento a los autores que poblaban sus índices, promovieron un ambiente empresarial poco adecuado. O quizás, tras algo menos de 25 años de empresa, esta se agotó".
En cuanto al legado de las revistas de Warren, Eduardo nos comenta: "Es una pregunta difícil. Las historias cortas encadenadas por hilos argumentales propios de las revistas de cómics, y de Warren por tanto, son una narrativa pretérita. Son tiempos en los que las artes narrativas gráficas toman otros derroteros, muy ligados a apps y a dispositivos electrónicos, promoviendo formatos que obligan a narrativas con distintos criterios, más sencillas, que difieren de este sistema complejo en cuanto a guiones y grafismos. Consecuentemente, un legado que estimule a nuevos autores, no parece vislumbrarse. El futuro de Warren, como la de cualquier venerable material clásico, son las reimpresiones o nuevas ediciones. Y eso no es un mal final".
"El cine de terror actual, en su variante de terror de autor, como Blumhouse (Sinister) o A24 (Hereditary), tiene fuentes comunes con el terror más clásico, Universal Pictures, Hammer Films o American International Pictures, pero más que un influencia, parece una continuidad de un género con buena salud. Pero sí hay productoras que se inclinan más por la producción barata y la recogida de buenos dividendos, caso de Glass Eye Pix (House of Devil) o Severin Films (Theatre Bizarre), en donde las influencias a las referencias clásicas, Hammer o AIP, comics EC y comics Warren, sí resultan evidentes", asegura Eduardo.
"Hay que reivindicar a estos autores, tanto en sus trabajos Warren como en los posteriores. Líneas de autores estadounidenses, estas más visibles por la industria internacional, a las que hay que añadir autores patrios. Seamos optimistas, pues parece, quizás, que sí, se vislumbran aquellos más olvidados en España, y tan reconocidos por la industria internacional. Hay editoriales, también españolas, que ven mercado", añade el autor.
Portada del número 70 de 'Creepy'
La editorial Planeta está publicando 'Creepy' y 'Eerie'
Por suerte, este imprescindible libro coincide con la publicación de dos de las tres revistas más míticas de Warren por parte de Planeta Cómic: Creepy (en 29 tomos) y Eerie (en 28) "Lo bueno -asegura Eduardo-, es que es completa porque sigue la edición de Dark Horse que tiene aspectos beneficiosos, al considerarla un material clásico que debe ser editado con el rigor que estos productos requieren. Trabajos acreditados con prefacios que informen al lector del tipo de cómic que está adquiriendo. Planeta acaba de reabrirla con salida mensual alterna de Creepy y Eerie. Falta el gran tesoro que significa Vampirella (cuestión de derechos) no solo las historias del personaje, sino todas las demás genéricas que la acompañaban, creadas por autores y con composición similar de las revistas de cómics".
"Una buena edición podría promover las reimpresiones parciales, no solo de algunos personajes que tuvieron carácter protagónico, Pantha, Coffin, The Mummy, Cassandra St. Knight… de Auraleón, series de Ortiz y Brocal Remohí respectivamente, sino también principiar reimpresiones parciales con otros criterios, ya sean argumentales (vampiros, monstruos, Edgar Allan Poe, mujeres fatales…) o autorales. La nómina de autores Warren es, ya se ha dicho, ecléctica y de muy alta capacitación. Planeta promovió ediciones parciales con trabajos de Corben, Wrightson y Alex Toth, en recopilaciones por autores realmente conseguidas, siguiendo la edición de Dark Horse.
"Una línea de productos que deberían ser más ágiles, que presentaran de manera más digestiva estos trabajos, y esquivar, en lo medida de lo posible, un concepto de “Obras Completas” que resulta más farragoso. También es cierto que en las antologías faltan o sobran trabajos (según cada lector) y en las obras completas el volumen adquirido puede ser tan inmenso como innecesario!, concluye Eduardo Martínez-Pinna.
Portada del número 15 de Creepy, de Ken Kelly