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'Sujo', la premiada historia de un chaval que intenta escapar de los cárteles mexicanos

  • Hablamos con Astrid Romero, directora de la película, y Sara Lorenzano, una de sus protagonistas
  • Premiada en Sundance o San Sebastián, llega a los cines este 25 de abril

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Joven con expresión de sorpresa mirando a través de una ventana o vehículo; luces desenfocadas al frente y fondo borroso con posible fuego o explosión.
Fotograma de 'Sujo'

La película Sujo, de las directoras Astrid Romero y Fernanda Valadez, narra la historia del hijo de un miembro de los cárteles mexicanos, Sujo (Juan Jesús Varela), que se queda huérfano a los 4 años y crecerá en el campo rodeado de mujeres. Al llegar a la adolescencia parece condenado a entrar en uno de esos cárteles que le quitaron todo e incluso hace los ritos de iniciación, pero él intentará escapar de ese sangriento destino. Una estupenda película que consiguió el Premio del Jurado en el Festival de Sundance, el de Cooperación Española en el Festival de San Sebastián y que representó a México en los Oscar. Se estrena este 25 de abril en cines.

Hemos hablado con una de sus directoras, Astrid Romero (Sin señas particulares), y una de las protagonistas, la escritora, poeta y luchadora por los derechos humanos, Sandra Lorenzano (El día que no fue, La estirpe del silencio). Astrid nos comenta de donde surgió la idea de contar la historia de un chaval que intenta huir de su destino: "Surgió de nuestra anterior película, Sin señas particulares (2020). Haciendo el trabajo de investigación conocimos a muchos chicos de las comunidades rurales cercanas a Guanajuato y nos inspiró a escuchar sus historias, muchas de ellas marcadas por la migración, ya sea a Estados Unidos o a otras ciudades mexicanas. Y los otros que se quedaban parecían que las alternativas de vida eran como muy reducidas y que incluían principalmente el trabajo para crimen y para el crimen organizado. Y de ahí surgió la idea de contar la historia de un chico que trata de huir de este contexto. Y también hablar sobre si realmente tenemos libre albedrío, sobre todo actualmente y en México".

Una historia en la que, por primera vez, las cineastas han tenido a un protagonista masculino (aunque rodeado de mujeres fuertes). "Para nosotras los personajes femeninos siempre han sido prioritarios -nos confiesa Astrid-. Pero en esta película queríamos hablar de esa violencia y en México está muy marcada por lo masculino. Los hombres son los más vulnerables, particularmente en estas comunidades, a ser reclutados por el crimen organizado. Era una oportunidad para nosotras de hablar de la masculinidad; pero alrededor de Sujo ponemos a muchas mujeres que lo van guiando, que lo van apoyando, que lo van confrontando con esta masculinidad. Además, es algo también muy real en México: en muchas comunidades rurales las que se quedan son las mujeres, porque los hombres migran. Nos parecía el escenario perfecto para explorar un poco acerca de la masculinidad".

"Las mujeres tejen las redes de salvación"

En las películas se suele mostrar cómo los hombre mueren jóvenes, víctimas de esa violencia, pero aquí también se nos muestra el sufrimiento de las mujeres que se quedan solas y que muchas veces no tienen ni cómo salir adelante. "Es la historia de un fugitivo -nos explica Astrid-, de un chavo que logra huir de esa numeralia terrible; de estos hombres que terminan siendo parte de los cárteles y al final son utilizados como carne de cañón. Muchos de ellos mueren antes de los 30 años trabajando en diferentes puestos dentro de esos cárteles. Por eso era importante contar también esa experiencia de las mujeres, que ven como estos chicos empiezan a formar parte de estas maquinarias de guerra que están por todo el país".

Sandra Lorenzano nos comenta la importancia de esas mujeres: "Las mujeres que se quedan son a la vez son las que tejen esas redes de salvación, redes de protección, redes de ternura, de cariño... que acogen a estos hombres jóvenes. En este caso, las tres mujeres funcionan como una red de protección para su hijo. En el caso de mi personaje, Susan, es una de las mujeres que se queda en el pueblo y sufre esta violencia desde otra violencia. Porque ella ha llegado huyendo de la violencia del Cono Sur donde perdió a alguien muy querido, a su hermano. Por eso se siente tan identificada con este niño que viene de otra comunidad violenta y que también tiene que emigrar. Son dos migrantes a los que han arrancado sus raíces y que sienten la ausencia de dos seres queridos".

"Gracias a eso van construyendo ese camino juntos -continúa la actriz-. Y ella es la que notará la transformación en Sujo, se dará cuenta de sus capacidades y de que, a lo mejor, tiene la fuerza necesaria para escapar de esa violencia. En este sentido me parece una película fundamental porque llevamos un par de décadas en México que no sabes dónde empieza el narcotráfico y terminan las autoridades. Y películas como Sujo, construyen espacios de esperanza. Aunque lo parezca, no estamos condenados al horror, sino que hay posibilidades de salir de eso. Después depende de cada uno".

"En la película hay una apuesta que en realidad es social, pero que está puesta en lo individual -añade-. Hay una serie de circunstancias que nos hacen pensar que quizá Sujo pueda escapar a su destino y hay que reflexionar sobre eso. Hace un ratito hablábamos de que se cumplen diez años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Y hay una escena en la película donde Sujo entra a la universidad y vemos un mural que reclama la aparición con vida de los 43 estudiantes. Entonces, hay un vínculo entre esa realidad y este personaje que, sin saberlo, representa otra opción posible".

"Alguien -concluye la directora-, nos comentó que parecía ciencia ficción que el hijo de un sicario, un huérfano, quisiera entrar a la universidad. Y nosotras siempre decimos que la ciencia ficción es que estos chicos terminen reclutados por el crimen organizado, no que un chico de esa edad quiera entrar a la universidad".

Fotograma de 'Sujo'

Sandra también tuvo que exiliarse de Argentina con 16 años, debido a la dictadura, por eso le preguntamos si en su personaje hay algo autobiográfico. "Hay mucho, porque la historia de Susan se parece a la mía. Soy escritora y soy profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México, igual que Susan. Y ahí he trabajado los temas de violencia vinculada al arte y a la cultura. Y por eso conocí el trabajo de Fernanda y de Astrid. Por eso, cuando me invitaron a ser parte del proyecto, me sentí privilegiada. Creo que esta película es una forma de escenificar todo aquello por lo que siempre he luchado, porque si no, no me dedicaría a esto, que, al final, es educación y cultura. Y el cine, esta película, nos permiten denunciar estas situaciones en un foro mucho mayor. Aunque sigo pensando que el aula de una universidad es uno de los pocos espacios de transformación social".

En cuanto a las otras dos mujeres protagonistas que cuidarán a Sujo hasta que intente huir del campo, Astrid Romero nos comenta: "La película está capitulada intentado emular las novelas de crecimiento, que fueron una inspiración para la historia. Queríamos que cada uno de los personajes generara una cara distinta de un prisma que al final termina siendo la personalidad de un hombre joven. Entonces, estas mujeres que lo marcarán son muy importantes, empezando por su tía, una mujer de campo está muy adherida a la tierra, que es muy mística, que eso es algo también muy de nuestra cultura. Con un conocimiento que a lo mejor no es muy concreto, pero es muy profundo. Ella es como la guía espiritual de Sujo, la que lo educa en lo profundo y gracias a la que se preguntará si su lugar en el mundo es ese y si ser hombre implica ser violento. Es una mujer que aparentemente es distante, pero que es quien lo impulsa a descubrir el mundo y lo ayuda a cambiar un poco la perspectiva de la violencia".

"La tercera protagonista, Rosalía, es la mujer que intenta educar a los niños que crecen aislados e incrustados en ese núcleo violento que hay en las comunidades penetradas por el narcotráfico. Representa un poco a esa maternidad que no logra salvar a sus crías de la violencia. Queríamos destacar a esas tres mujeres tan diferentes pero que, al final, iban a generar la verdadera personalidad de este joven".

Fotograma de 'Sujo'

¿Se puede salir de esa espiral de violencia?

Si en Señas particulares el final de la película era desesperanzador, aquí vemos una chispa de esperanza. "Fernanda y yo sentíamos que debíamos una historia como esta a las generaciones jóvenes, porque estamos convencidas de que siempre que hay una persona joven hay esperanza de cambio", nos confiesa Astrid.

"Desgraciadamente -añade Sandra-, en los sectores rurales más pobres el narcotráfico está tan enquistado que los chicos no tienen demasiadas opciones de escapar. Y me parece que la película refleja muy bien eso. Creo que el cine, la literatura... tienen que reflejar esas realidades y mostrar otros caminos que nos permiten escapar, aunque sea a coste de la propia vida o peor, las amenazas a tus familiares o seres queridos. Una de las cosas que más me gusta de Sujo es que, aunque no tenga madre, encuentra a esas figuras maternas que le permiten construir ese espacio y salir de esos ritos. No hay un final feliz de película en el que todos son buenos y felices, sino que se abre una ventana, una oportunidad, y alguien deseoso de saber que hay al otro lado aprovecha la oportunidad y la atraviesa".

Fotograma de 'Sujo'

"Actualmente -añade-, es un momento muy difícil para ser joven y pobre en México. Porque no tienes demasiadas opciones, sabes. Incluso los chavales de zonas rurales, que antes vivían de la agricultura, están siendo captados por el narcotráfico. Ya no siembras tu maíz, sino que siembras amapola. Y tampoco siembras aguacate, lo que parece una tontería, pero el aguacate es uno de los productos agrícolas que mayor violencia ha generado y más ha sostenido el crimen organizado. Se ha cercenado ese espacio donde los chicos de zonas rurales podían vivir, podían aprender un oficio y algunos conseguían convertirse en maestros".

"Si en la zona de Sujo hubiera existido una vida rural normal, quizá este chico se hubiera podido ganar la vida con esa agricultura -añade la actriz-. Pero tenemos un Estado que se ha retirado. Eso permite que el crimen organizado crezca y se apropie de territorios cada vez más amplios del país. Y no importa de qué signo sea el gobierno, porque estamos hablando de varios gobiernos a lo largo de este tiempo con los que podemos estar de acuerdo en ciertas cosas, pero no en esto, no en el tema de los derechos humanos de jóvenes y mujeres que son los dos eslabones más vulnerables de esta cadena. Y si a esa cadena le sumas, si son indígenas, si son pobres, si son afrodescendientes... se vuelven aún más frágiles".

"Sujo denuncia esta retirada del Estado de esos territorios -concluye la actriz-. Muchos de los que vamos a ver la película pertenecemos a una clase media que más o menos estamos haciendo nuestro trabajo y tenemos que pensar si ese trabajo está colaborando de alguna manera con esta realidad. Si esta película no te movió hasta las tripas no mereces verla. No creo que haya nadie que pueda permanecer impasible ante una película como Sujo".

Póster de la película

Cartel de 'Sujo'