'Warfare. Tiempo de guerra': Alex Garland y el veterano Ray Mendoza filman un asedio en Irak como hiperrealismo bélico
- El cineasta filma crudamente el sitio que sufrió un escuadrón estadounidense en 2006
- RTVE.es entrevista al excombatiente y al director de Civil War, que firman juntos la película
La guerra sin filtros y sin atajos narrativos o emotivos es el objetivo de Warfare. Tiempo de guerra, la nueva película de Alex Garland (Civil War, Ex Machina) firmada junta a Ray Mendoza, un veterano de la Guerra de Irak, en la que ambos recrean, en apenas dos horas que casi parecen tiempo real, la dura emboscada que un escuadrón estadounidense sufrió en 2006 asediados en una casa por terroristas de Al Qaeda en Irak.
Mendoza, entonces un Navy Seals, sobrevivió y tras su retiro del ejército comenzó a ejercer de asesor militar en el mundo audiovisual hasta llegar incluso a trabajar como productor. Cuando Alex Garland rodaba la última secuencia de Civil War –la escena del asalto a la Casa Blanca- intuyó que en los precisos consejos que Mendoza le daba quizá escondían otra película. Y así era: Warfare. Tiempo de guerra es el resultado minucioso del recuerdo de cada miembro del escuadrón de Mendoza hasta conformar una memoria conjunta que, de algún modo, ofrecen a su compañero Elliott Miller, un soldado que salvó la vida, pero perdió sus extremidades y cuya memoria no recuerda absolutamente nada del incidente.
Garland y Mendoza se encuentran en Madrid, donde muestran su buen entendimiento. El cineasta y guionista dice que Mendoza es el “alma” de la película y que su labor fue más técnica. Sea como fuere Warfare. Tiempo de guerra supone un nuevo camino en su carrera, hasta ahora basada en la originalidad de los guiones, y que ahora se sumerge en la intensidad del hiperrealismo. La película es un auténtico viaje en el que apenas se conoce a los personajes, sino que es cruda acción cuyo verismo golpea muy fuerte y que llegará a los cines el 16 de abril.
PREGUNTA: Uno de los motivos para hacer la película era crear la experiencia del recuerdo para el soldado con mayores lesiones del ataque. ¿Qué sintió al ver la película?
RAY MENDOZA: Estaba agradecido, no puede decir si el resultado es preciso porque no se acuerda. Pero todos los que formamos parte de la historia real aportamos nuestra perspectiva y, cuando la vimos juntos, nos dimos cuenta que era los más cercano. Elliot pudo verlo en mí y en todos y agradeció el esfuerzo del recuerdo colectivo y de algún modo recuperamos esa sensación de fraternidad. Nos ayudó a cerrar un episodio y pasar página.
Alex Garland y Ray Mendonza, en Madrid. RTVE
P.: Otro de los motivos era recordar a los responsables de mandar soldados a los conflictos el sufrimiento de los jóvenes que son mandados a ellas. ¿Por qué le diríais por, ejemplo a Donald Trump, que tiene que ver la película?
RAY MENDOZA: Le diría lo mismo a cualquier líder de cualquier país: si vas a tomar la decisión, que es difícil para un líder que tenga ese nivel de influencia, la película recuerda los resultados de la guerra, que es algo de lo que todos somos conscientes, pero en lo que no pensamos todos los días. Y, si lo vas a hacer, hay una responsabilidad. Luego los presidentes se suceden unos a otros, el que entra no ha iniciado la guerra y puede decir ¿por qué debería preocuparme de los veteranos que no he enviado? No digo que sea lo que digan, pero existe una responsabilidad no solo en el presidente, sino en el país, y la película habla de la importancia de cuidar a los jóvenes que mandas a la guerra.
P.: La Guerra de Irak provocó una gran oposición en todo el mundo. ¿Sentiste en algún momento, o sientes ahora, que fuiste por los motivos equivocados?
RAY MENDOZA.: La justificación era la que era, pero había un elemento más humano, y hablo de mi experiencia, no de política porque no hago política. Había extremistas haciendo cosas malas allí. Hay gente que te piensa que nosotros estábamos haciendo bastante daño también, pero creo de corazón que yo no fui para eso. Mi postura era más defensiva y reaccionábamos a ataques. He visto atrocidades, allí había una ideología que en modo alguno representa a una religión, pero había un grupo de personas que oprimía a la mayoría e hicimos lo que pudimos para ayudarlos. Hay muchos aspectos humanitarios de las que no ha informado: cómo ayudamos a niños y mujeres para que no abusasen de ellos, nadie nos pidió que pusiéramos clínicas u hospitales para ayudar. Nadie tenía que decirme que eran seres humanos: ocupábamos su espacio y si teníamos que ayudar lo hacíamos, no tenía nada que ver con ser un Navy Seal. Teníamos los activos, el equipamiento, comida, alimentos, aguas, sanitarios buenísimos. Elliot era uno de ellos: ayudamos a muchos civiles sin que nos lo pidiera nadie. En un entorno bélico uno trata de aferrarse a ciertas cosas y nosotros lo hicimos en hacer el bien. Teníamos expertos muy formados e hicimos lo que pudimos, lo creas o no.
ALEX GARLAND: Esa pregunta se debería dirigir más bien a las personas que tomaron la decisión y no al ejército, que están formados para no hacerse esas preguntas. Y es vital que no se las hagan porque como soldados hacen las cosas que a la gente le daría miedo hacer y que requiere un nivel de entrenamiento espacial. La toma de decisiones se elimina de esos jóvenes de 20 o 21 años, se les quita esa responsabilidad, que recae en los políticos y en los ciudadanos que votan. Es muy importante que esa pregunta no se dirija a los soldados sino a los que deciden: es la naturaleza del contrato que tenemos gobiernos, votantes y ejército.
Imagen de 'Warfare. Tiempo de guerra'. A24
P.: La película es tan cruda, directa, y libre de juicios, que probablemente un patriota puede verla como un homenaje a los soldados y un antimilitarista como una descripción de los horrores de la guerra.
ALEX GARLAND: No lo veo así. Conozco a patriotas y pacifistas y ambos ven las dos cosas. No creo que todo el mudo esté tan polarizado. Sé que algunos sí, y los políticos también, y es algo que se puede ver mucho en las redes sociales, donde las personas polarizadas tienen un altavoz, pero, según mi experiencia, la mayoría de la gente no es así y tiene un punto de vista más sofisticado. Un patriota puede pensar que es malgastar la vida y cuerpos de estos jóvenes, sería una forma patriótica de pensar. Y a un pacifista al que no le gustar la idea de que la gente vaya a la guerra, le puede importar mucho lo que ha tenido que pasar esta gente. Hay más capas más allá de las redes sociales y los políticos.
P.: La película es muy distinta a tus anteriores películas. ¿En qué modo te ha cambiado? ¿Si volvieras a rodar Civil War o cualquiera de tus películas pasadas cambiarías algo?
ALEX GARLAND: No. En Civil War tenía una serie de objetivos e intenciones particulares y, en realidad, algunos de los conceptos de Civil War se ven reforzados en esta película, no aligerados. Pienso ahora en esa posibilidad de conflicto más ahora que entonces. Pero no hago una especie de revisionismo hacia atrás.