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'El camino por delante'

Pornografía sintética: no es una broma, es un delito

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8M Pornografía sintética: no es una broma, es un delito
Imagen generada por el equipo de Diseño RTVE de dos mujeres en las pantallas de dos teléfonos móviles DISEÑO RTVE

La pornografía sintética es aquel contenido sexual generado con inteligencia artificial a partir de fotografías reales de personas cuya imagen, en muchas ocasiones, se usa sin su consentimiento. Las mujeres representan el 90 % de las víctimas de la pornografía no consentida, según la ONU, y el porcentaje aumenta hasta el 99% cuando hablamos de las víctimas de los vídeos pornográficos deepfake o ultrafalsos. En España tenemos en el caso de las niñas víctimas de montajes sexuales en Almendralejo, Extremadura, un ejemplo reciente del empleo de la inteligencia artificial contra ellas. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, en VerificaRTVE abordamos con el apoyo de voces expertas las graves consecuencias para las mujeres y las adolescentes de la pornografía sintética no consentida, tanto desde el punto de vista legal como el psicológico.

Gloria Cano, psicóloga sanitaria, sobre las consecuencias de la pornografía sintética no consentida

No es una broma, es un delito 

En España no existe una ley específica que regule los casos de pornografía sintética en los que se utiliza la imagen de mujeres sin su consentimiento. No obstante, esto no implica que esté permitida. El abogado especializado en propiedad intelectual y nuevas tecnologías de CMS Albiñana & Suárez de Lezo Ricardo Gómez‑Barreda explica a VerificaRTVE que "estos casos, en función de las circunstancias, pueden ser delitos contra la intimidad y el derecho a la propia imagen o delitos contra la libertad sexual". La abogada experta en violencia de género Ángela Alemany detalla que esta conducta es delito cuando "se efectúa sin que la persona lo conozca", pero también "aunque haya aceptado la modificación o la efectúe ella misma, si se difunde sin su consentimiento". Expone que "las penas van de un año a cuatro años" y de dos a cinco "si el infractor las difunde, revela o cede a terceros además de modificarlas". Esta abogada subraya que "aunque las imágenes se obtengan con permiso, si se difunden a terceros" también se considera delito, con "pena de tres meses a un año". Alemany avisa de que no solo se persigue la creación y difusión de la pornografía sintética no consentida sino que "también se castiga promover estos delitos o incitar a su comisión".

Gómez-Barreda señala que "la víctima puede reclamar el pago de una indemnización por daños y perjuicios" y que "los casos de pornografía sintética son también sancionables por la Agencia Española de Protección de Datos, que puede imponer multas de varios miles de euros". Este experto afirma que si la pornografía sintética o virtual involucra a menores, "es más grave, ya que se considera pornografía infantil". Estos delitos están penados con "hasta nueve años de cárcel cuando involucren a menores de 16 años", sostiene este abogado, antes de advertir de que "en estos casos, el mero hecho de poseer el vídeo puede ser un delito". 

Son contenidos falsos pero las consecuencias son reales 

Gloria Cano, psicóloga sanitaria que atendió a algunas de las víctimas de los montajes sexuales de menores en Almendralejo, explica que las pacientes llegan "con una baja autoestima porque hay una invasión de su privacidad, de su honor y de su propia imagen". Añade que "se pueden generar muchísimas patologías como la ansiedad y depresión" y alerta de que "si ya la persona venía previamente con una baja autoestima y esto lo que ha hecho es potenciarla, puede haber casos de autolesión y de suicidio". Cano detalla que las mujeres "sienten vergüenza y sienten culpa" y hace hincapié en la sensación de "desprotección" por la "pérdida de control, pérdida de tu propia imagen, pérdida de tu propia intimidad".

Esta psicóloga también recuerda "el miedo de la repercusión social" que detectó en las víctimas del caso de Almendralejo. "Esto ha pasado en un pueblo de 35.000 habitantes. Nos conocemos todos, esas fotos han estado en muchos sitios", señala. Cano expone que las menores se preguntaban "qué impacto va a tener esto en mi vida, cómo va a afectar esto a mis relaciones, qué van a pensar de mí". "No es un juego, aunque las imágenes no sean reales el impacto y la repercusión en las víctimas es muy elevado", concluye.

El 90% de las víctimas de pornografía no consentida son mujeres

Ya hemos visto que las consecuencias de la pornografía sintética no consentida también son reales para los infractores. Por ello, la abogada Ángela Alemany hace hincapié en la necesidad de transmitir a los potenciales infractores "las responsabilidades que tienen" en los daños que sufren las víctimas. El abogado Gómez-Barreda subraya que las consecuencias que "estas conductas pueden generar en los afectados es lo que hace que estas puedan ser gravemente castigadas".

Impulsar la empatía es clave para la prevención

La psicóloga sanitaria Gloria Cano recalca que la mejor manera de concienciar a la ciudadanía de los riesgos de la pornografía sintética y de prevenir el uso de la imagen de mujeres sin su consentimiento es acabar con "la hipersexualización, que no se le atribuya a una mujer un valor únicamente sexual". Subraya la importancia de impulsar "la empatía, desde pequeños, desde los 4 o 5 años". Cano pone como ejemplo el caso de Almendralejo, en el que "ha habido un portavoz y el que ha dado la idea y luego hay muchos que han aplaudido y han sido cómplices", y hace hincapié en la importancia de "la asertividad, que es la capacidad de decir: a mí esto no me parece bien".

Para concienciar a los menores sobre los peligros de la pornografía sintética, la psicóloga Gloria Cano aboga por ser "claros y directos" con los adolescentes y transmitirles que "alguien puede morir por ello, es algo muy serio". "Puede dañar tanto la autoestima de una persona que puedes ser partícipe de un asesinato, imagina que alguien se suicida porque has publicado una foto suya o porque tú no sabes lo que tiene por dentro esa persona y lo que está pasando y que tú publiques una foto y que invadas su intimidad, eso al final te puede hacer cómplice o no de un asesinato", advierte. Esta especialista recalca que "hay que ser duro y claro porque si no, se lo toman como una chiquillada".

El papel clave de padres y madres

Ahora que cualquiera con un teléfono móvil tiene acceso a herramientas de inteligencia artificial que permiten generar pornografía sintética no consentida, la psicóloga Gloria Cano recalca que debe haber "un control exhaustivo de las redes y de las aplicaciones por parte de padres y adultos, así como por parte de las propias aplicaciones". "Los padres deben controlar hasta los 16, 17 prácticamente hasta que nos acercamos a la mayoría de edad: deben saber lo que sus hijos consumen en redes, qué aplicaciones se descargan, cuánto tiempo consumen y qué uso hacen de las redes", afirma.

Los padres también juegan un papel vital en la prevención. La psicóloga sanitaria Gloria Cano aboga por "trabajar mucho en las escuelas y en el entorno familiar el uso de las redes, que se distinga lo que es real y lo que es ficticio". Subraya que "los padres deben saber que si no dejas a tu hijo de 13 años solo hasta las 5 de la mañana en la calle", tampoco deberían darle "un móvil con 13 años porque estás haciendo exactamente lo mismo". "No le damos una pistola a los menores porque eso puede matar, pues esto es lo mismo", concluye. Los abogados consultados coinciden en que los padres tienen un papel clave para "concienciar a los adolescentes sobre los derechos y libertades fundamentales que la regulación pretende proteger".

La pornografía sintética es otra forma de violencia contra la mujer

La abogada Ángela Alemany sostiene que en muchos casos los contenidos “pueden utilizarse para extorsionar o chantajear con su difusión coartando su libertad, intentando ejercer un control sobre sus actos, sobre todo, atacando a las mujeres”. Gloria Cano se basa en el caso de Almendralejo para afirmar que “en un contexto de ciberacoso y de extorsión, al final es una forma de violencia, sobre todo hacia la mujer, ya que manipula y destruye la reputación de la afectada”.

"Nos están enseñando a no pegar, no están enseñando a no insultar", afirma esta psicóloga sanitaria, para quien la pornografía sintética no consentida "no deja de ser también una forma de violencia que tenemos que parar porque es una invasión de los derechos de la persona, sobre todo de las mujeres”. A su juicio, las mujeres son las principales víctimas por “la cosificación y la hipersexualización que vivimos desde pequeñas, que hace que en la pornografía nos veamos mucho más afectadas nosotras”.