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Agricultura

Frutas más pequeñas e incremento de costes: las consecuencias de la sequía para el campo valenciano

  • Los agricultores y agricultoras hacen frente a la campaña de recolección de cítricos con un incremento de gastos de entre el 10% y el 15%
  • La falta de agua también afecta a la próxima campaña de cereales y hace que la ganadería tenga que asumir el importe de alimentar a los animales

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Naranja en árbol
Según las asociaciones agrarias, la situación es grave porque el calibre de las frutas es un 10% menor al habitual en naranjas y mandarinas

El campo valenciano está en plena campaña de recolección de cítricos, pero la falta de agua está provocando que haya menos fruta comercial y un incremento en los costes de producción. Según el secretario general de La Unió Llauradora, Carles Peris, la situación es "grave" porque el calibre de las frutas es un 10% menor al habitual en el caso de las naranjas y las mandarinas y los agricultores y agricultoras ya han tenido que regar sus terrenos en noviembre y diciembre, una situación que no se había dado antes.

Según sus cifras, los costes se han incrementado "entre un 10% o un 15%", pero a su juicio "lo más preocupante es que es algo totalmente inusual". Según expone, la escasez de agua es una "situación habitual" en el sur de la Comunitat Valenciana, pero "poco común" en otros puntos como, por ejemplo, el centro de la provincia de Valencia o Castellón. "Estamos preocupados de cara a las próximas campañas porque las reservas hídricas son las más bajitas de los últimos diez años", asevera.

Campo de naranjas

Hay preocupación entre los agricultores por la escasez de las reservas hídricas AGENCIA EFE / KAI FÖRSTERLING

Expectativas poco halagüeñas para el cereal

No obstante, según las entidades agrarias, los cítricos no son los únicos damnificados por la falta de agua ya que los cereales no escapan de esta problemática. El representante de la sectorial del cereal de AVA - ASAJA, Antonio Miguel Álvaro, asegura que la última campaña no fue buena y este año la situación se ha repetido.

Según expone, hay muchos agricultores que no han sembrado y, los que sí han podido hacerlo, recogerán un cereal "menos denso". Si lloviese, aún podría salvarse algo, pero en el mejor de los casos cree Antonio Miguel Álvaro que se tendría una "mala campaña".

Como ejemplo, explica su caso: se gastó 20.000€ en semillas para siembra temprana, unas variedades que tienen el ciclo más largo y que en 2023 ya no va a poder plantar. El responsable de AVA - ASAJA da esas semillas "por perdidas para este año” y desconoce si aguantarán para el próximo.

Tendré que gastar otros más de 20.000€ para la siembra tardía

Antonio Miguel Álvaro deporsita las esperanzas en la lluvia. En caso de que llegara el agua, sembraría tardío, pero para ello se requieren otras variedades de semillas. "Esas variedades no las tengo preparadas y me tendré que gastar otros más de 20.000€ para la siembra tardía, porque hay que echar más kilos por hectárea", apunta.

Cosechadora en campo de cereales

Los cereales tampoco escapan a la problemática de la sequía AGENCIA EFE / JAVIER BELVER

Tampoco hay pasto para los animales

La falta de agua, por lo tanto, provoca que el campo esté seco y esto a su vez tiene consecuencias para la ganadería. A los animales hay que hacerles llegar el agua en cubas y, además, los ganaderos tienen que comprar paja y, según Peris, “está carísima". “Los costes de producción se han incrementado también en este caso entre un 15% y un 25%", explica.

Los costes de producción (...) se han incrementado entre un 15% y un 25%

Peris recuerda que el Ministerio sí aprobó un paquete de ayudas para hacer frente a la invasión rusa de Ucrania y a la sequía que afectó al país hace apenas unos meses pero, en su opinión, esos recursos han sido "insuficientes".

A su juicio, se necesitaría alguna línea de apoyo para afrontar el aumento de los costes que sufren este año y para poder soportar la reducción de la producción, pero tanto el secretario general de la Unió como el representante de AVA - ASAJA miran al cielo y esperan que "el próximo 2024 la climatología sea más benévola". Ante esta situación, Peris concluye que "el trabajo de cara al futuro pasa por tener sistemas de riego más adecuados y contar con plantas más resistentes".