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Aumentan los profesores que dan clase con distancia e indiferencia: del 2% en 2007 al 38% en 2023

  • Son datos de un estudio sobre 'El profesorado en España'
  • También desciende la ilusión de los profesores por dar clase, del 32% en 2007 al 24% en 2023

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Imagen de archivo de una clase en un colegio público
Imagen de archivo de una clase en el colegio público Federico de Arce de Murcia.

El porcentaje de profesores que dan clase con distancia e indiferencia en España ha aumentado en los últimos quince años, pasando del 2% en 2007 al 38% en 2023. Ya son dos de cada cinco los docentes que afirman vivir su labor de esta manera, lo que se refleja en que casi la mitad se mantiene en una posición neutral ante la opción de abandonar, mientras que un 33% dice haber experimentado apatía, agotamiento (37%) o ansiedad y depresión (39%).

Son resultados del estudio 'El profesorado en España', publicado este miércoles por la Fundación SM, que analiza cómo es valorado el profesorado por ellos mismos, por los padres y por los alumnos. Los datos se han recogido en España entre abril y mayo de 2023 a partir de 600 entrevistas cara a cara a docentes de Infantil, Primaria y Secundaria.

La encuesta revela que, mientras que hace quince años un 60% de los profesores afirmaba esforzarse a pesar de los problemas y, en ocasiones, estar ilusionado, en la actualidad, el 40%de los encuestados de las etapas de Infantil, Primaria y ESO manifiesta vivir todo con distanciamiento e indiferencia.

En concreto, la ilusión de los profesores por dar clase ha descendido del 32% en 2007 al 24% en 2023 y el cansancio ha aumentado del 2% al 13%. Ante la posibilidad de abandonar la docencia, el 47% de los profesores se mantiene en una posición neutral, un resultado que contrasta con el del 78% que se mostraba contrario hace quince años.

Distancia como "mecanismo de defensa"

Según la coordinadora del estudio, Ariadna Pérez, ello puede deberse también a que el colectivo "está poniendo distancia emocional como mecanismo de defensa" ante los problemas que escapan de su control, agravados por el aumento de conductas disruptivas como consecuencia de la pandemia.

En este sentido, la directora del Colegio Claret de Madrid, Camino Rodríguez de Sadia, ha explicado en rueda de prensa que la agresividad es mayor entre el alumnado tras la covid-19, sobre todo "malas contestaciones y desacato a la autoridad; han perdido una parte importante de su vida que no van a recuperar y no saben como adaptarse, aunque poco a poco se va normalizando".

En cuanto a la mayor indiferencia del profesorado ha señalado que esto repercute de modo negativo en la labor docente: "Aquí no te puedes desvincular, no puedes ser fría, la escuela pide más que estar en una clase o transmitir conocimientos".

La mayor indiferencia también se ha acentuado en los últimos años por los continuos cambios legislativos o la atención a la diversidad, ha señalado la directora de la Fundación SM, Mayte Ortiz.

Fuentes de estrés

En cuanto a las fuentes de estrés en el trabajo docente, son múltiples: ser intimidado por el alumnado (31%), adaptar las clases a los alumnos con necesidades especiales (28%), atender al bienestar socioemocional y la salud mental de los estudiantes (28%), ser considerados responsables del aprendizaje (26%), atender las demandas de las familias (25%), no disponer de tiempo o mantener la disciplina (22%).

El informe también señala que el 33% de los docentes españoles ha experimentado apatía, el 37% ha experimentado agotamiento y el 39% ansiedad y depresión.

En relación con las razones personales por las que decidieron ser docentes, las alternativas mayoritarias hacen referencia al gusto por la enseñanza (25%) y a la vocación (20%). En este sentido, los más jóvenes priorizan al alumnado frente a las razones vocacionales.

El 79% del profesorado considera que su formación académica le preparó para el ejercicio de la profesión docente y el 70% está satisfecho con sus condiciones de trabajo.

También supera el 60% el porcentaje de docentes que afirman que, en sus centros, el currículo se adecua a las nuevas tendencias educativas y a las necesidades de los estudiantes, se reconoce el trabajo bien hecho, se motiva para asumir cargos de responsabilidad y se proporciona el apoyo necesario para realizar su trabajo.

La motivación

Mantener la motivación es uno de los aspectos que representa más dificultad en el desarrollo de la tarea docente, junto con la administración del tiempo para cumplir con la programación y la dificultad para interesar al alumnado, ha explicado Pérez.

Entre el colectivo que llevan entre 21 y 30 años en la profesión se encuentran los más ilusionados, pero también los más cansados.

Por otro lado, en el año 2007 el 80% de los docentes no se sentían valorados por la sociedad. Actualmente ese porcentaje se reduce hasta el 22%, siendo mayoría (56 %) los que se posicionan en la opción “indiferente” ante la afirmación “la sociedad valora a los profesores”.

Antes "esperaban un reconocimiento más rotundo de la sociedad, ahora lo que esperan son hechos y apoyos efectivos de su trabajo", ha subrayado Pérez.

Además, el estudio también destaca que la formación permanente, la actualización de conocimientos y la capacidad crítica son los aspectos que el profesorado considera más necesarios para mejorar profesionalmente.

Por último, la falta de tiempo (44%) representa el principal impedimento para el desarrollo profesional de los docentes. Otros obstáculos señalados apuntan a motivos económicos (35%), a una oferta inadecuada de actividades (33%), a la falta de incentivos (32%) y, en menor medida, a un escaso apoyo por parte del equipo directivo (26%) o a la falta de requisitos (26%).