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Arte

La luz fugitiva de Monet inunda Madrid: "Pinta la fragilidad de una flor para describir un universo flotante"

  • La gran exposición de Claude Monet en Madrid es una de las citas culturales del otoño
  • Recorre su trayectoria en 50 obras procedentes del Museo Marmottan Monet de París

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Claude Monet. 'Nenúfares', 1916-1919.París, Musée Marmottan
Claude Monet. 'Nenúfares', 1916-1919.París, Musée Marmottan

Claude Monet (1840-1926) pasó toda su larga vida persiguiendo el efecto "fugitivo" de la luz casi como una epifanía. Lo hizo de adolescente en la furia de los acantilados de Normandía apadrinado por su maestro Boudain, en sus viajes a Noruega en los reflejos espejados de la "nieve inabarcable" o en la plomiza niebla londinense, la célebre fog, que se tragaba la ciudad ante sus ojos en segundos.

Monet fundó el impresionismo y le llovieron las críticas, pero su obsesión se sostenía en atrapar la "instantaneidad"-llegó a producir cada siete minutos el deshielo del Sena- y en una experimentación sin tregua. Su carisma, sumado a sus amistades con Rodin o Renoir, acabaron imponiéndose en el tiempo y en la historia, donde la fascinación por sus delicados paisajes y marinas permanece inalterable.

Claude Monet, 'Vétheuil en la niebla', 1879. Musée Marmottan.

Bosquejaba siempre al aire libre (a plein air) bajo la tormenta o el sol, y curioso como era, coleccionaba a sus contemporáneos. Hasta que en sus últimos años, cuando padecía graves problemas de visión a causa de las cataratas, el jardín de su casa en Giverny se transformó en el espejo deformado de su mirada reducida a una paleta de marrones, rojos y amarillos.

Un vergel que cuidaba con mimo-"la obra de arte más bella que he creado"- donde nacieron sus series interminables de nenúfares, y que se convirtió a través de los años en santuario de peregrinación para artistas.

Esta horquilla temporal de seis décadas, trazada por la evolución pictórica de toda una carrera, está contenida en la exposición Obras maestras del Musée Marmottan de Monet en CentroCentro Cibeles (Madrid, hasta el 25 de febrero de 2024).

Claude Monet.'Paseando cerca de Argenteuil', 1875, Musée Marmottan Monet, donación Nelly Sergeant-Duhem.

Es una de las citas con el arte imprescindibles este otoño (ya hay más de 30.000 reservas de entradas bloqueadas), con el permiso de Picasso y Sorolla. El artista francés ha vuelto a embrujar y la expectación es máxima porque es complejo-en cuanto a logística y seguros- disfrutar de tanta concentración de obra fuera de la órbita del Marmottan.

En total han viajado a Madrid 50 pinturas procedentes del recoleto y extrañamente desconocido museo parisino, que acumula la mayor colección de cuadros del pintor, procedentes de diferentes donaciones, en especial de su hijo Michel Monet que aportó tras su muerte bocetos, cuadernos y pinturas que dormitaban en su taller. Un acceso privilegiado a su microcosmos "íntimo" como aseguran las comisarias de la muestra.

Del impresionismo a la abstracción

El recorrido circular arranca cronológicamente con piezas excepcionales como Retrato de Michel Monet con gorro de pompón (1880), El tren en la nieve. La locomotora (1875) o Londres. El Parlamento. Reflejos en el Támesis (1905) junto con cuadros de gran formato como Nenúfares (1917-1920) y Glicinas (1919-1920).

La pintura que dio nombre al movimiento, Impression, Soleil levant (1874), ha permanecido en el Marmottan. La icónica obra era la vista que Claude Monet contemplaba desde su ventana inspirado en las pinceladas de Turner.

Bajo una luz tenue que invita a la calma, en la exposición el visitante observa los trazos sueltos propios de los impresionistas. Dinamitaron el canon al empeñarse en pintar escenas cotidianas de la naturaleza, se desplazaban con porteadores y bosquejaban cuadros de pequeño formato a causa de la premura marcada por el clima.

Claude Monet.'Londres, el Parlamento, reflejos en el Támesis', 1905. Musée Marmottan Monet, legado Michel Monet

Los viajes de Monet por toda Europa fueron continuos hasta la explosión de su casa jardín de Giverny donde se recluye en 1890: la figura humana se esfuma de sus lienzos que son invadidos-literalmente- por especies vegetales como iris, hemerocallis y agapantos hasta la cima del estanque de los nenúfares, que representó en 125 paneles monumentales.

"No pinta su jardín, pinta la fragilidad de una flor para describir un universo flotante. Dibuja lo pequeño para mostrar el infinito y es la grandeza de su obra", señala Marienne Mathieu, una de las comisarias francesas del Museo Marmottan Monet en una muestra organizada por el ayuntamiento de Madrid y la empresa Arthemisia.

Son paisajes sin principio ni final convertidos en pura experiencia contemplativa y que la exposición, en un guiño, introduce en su parte final con el inevitable punto de realidad inmersiva. Una habitación con espejos reproduce una extensión acuática donde nubes, flores y ramas envuelven con quietud al espectador entre el canto de los pájaros.

La parte inmersiva introduce al visitante en el estanque de nenúfares de Monet CentroCentro

Que el artista francés se convirtiera en bisagra del arte entre siglos fue fruto de la casualidad. Al final de su vida, con 83 años, sus cuadros viran hacia la abstracción indescifrable a causa de su ceguera progresiva, que también se desglosa a través de paneles explicativos con fotografías.

Plasman su visión borrosa donde emerge el simbolismo de puentes japoneses-estaba magnetizado por la cultura oriental- y sauces llorones. Se agigantan los contrastes, se esfuman los matices. El anciano pintor repite que el paisaje se ha apoderado de él por completo."El color es mi obsesión cotidiana, mi gozo y mi tormento".

Una vez más Monet se elevó en referente en este ángulo técnico de sus creaciones. Estos últimos cuadros sin caballete, rara avis en su trayectoria, dejaron una huella profunda en los artistas que abrazaron el expresionismo abstracto en el siglo XX. Se puede rastrear meridiana en los americanos Pollock o Rotkho que le idolatraron, en una pincelada de belleza y arte atemporal que ahora inunda Madrid.

Claude Monet.'Glicinas'. Musée Marmottan Monet, legado Michel Monet.