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Cae la estructura de financiación de los Trinitarios en una operación con 40 detenidos

  • A través de estafas online, ha logrado defraudar más de 700.000 euros a sus víctimas
  • El dinero era utilizado para financiar otras actividades delictivas, así como para comprar inmuebles en el extranjero

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La Policía desmantela la estructura de financiación de los Trinitarios en España

La Policía Nacional ha desmantelado la estructura de financiación de los Trinitarios en España, con la que la banda ha logrado defraudar más de 700.000 euros por medio de estafas online. Durante la operación, se han realizado un total de 13 registros domiciliarios en Madrid, Sevilla y Guadalajara, donde se han detenido a 40 personas acusadas de los delitos de pertenencia a organización criminal, estafa bancaria, falsificación documental, usurpación de la identidad y blanqueo de capitales.

Entre los miembros de la organización figuraban dos hackers que realizaban estafas bancarias y con los beneficios obtenidos pagaban las minutas de los abogados de los miembros de la banda en prisión, satisfacían las cuotas de pertenencia a la banda y compraban droga para revenderla, ha informado la Dirección General de la Policía. Durante los registros domiciliarios, se ha incautado numeroso material informático, 5.000 euros en metálico, listados de más de 300.000 clientes a los que estafaban, 53 tarjetas bancarias a nombre de las víctimas, así como instrumentos relacionados con actividades delictivas.

Robo de credenciales bancarias

La investigación, realizada por la Unidad Central de Ciberdelincuencia y de la Brigada Provincial de Información de Madrid, se inició cuando los agentes averiguaron que algunos miembros de la banda estaban utilizando tarjetas bancarias de terceros para comprar criptoactivos.

Al mismo tiempo, alguno de sus líderes operaban con herramientas informáticas para implementar técnicas de phising sobre una entidad financiera centrada en créditos al consumo. Para poder llevar a cabo los ataques, los miembros de la banda habían comprado un software especifico, conocido en el argot como "paneles", a unos ciberdelincuentes. Gracias a este, lograban monitorear los datos bancarios privados de sus víctimas que, tras clicar en el enlace malicioso previamente enviado por SMS, eran dirigidos a la página fraudulenta que simulaba a la entidad financiera de la que eran clientes. Dichos mensajes eran enviados de manera masiva a multitud de usuarios de la entidad bajo el argumento de un supuesto problema de seguridad que podían solucionar por medio del enlace.

En ese momento, los ciberdelincuentes monitorizaban, por medio del software, las credenciales que, más tarde, utilizaban para poder acceder a las cuentas y pedir préstamos de concesión inmediata, así como vincular las tarjetas al monedero virtual que compartía la banda en sus teléfonos.

Compra de cupones de criptodivisas

Una vez que conseguían las tarjetas de terceros, los detenidos se dedicaban a comprar cupones de criptodivisas que eran canjeados por uno de los miembros de la banda que controlaba la cartera virtual como "caja común" de la organización. Así lograban hacer frente a los gastos habituales del grupo criminal como la compra de sustancias estupefacientes, financiciación de reuniones y fiestas, compras de armas o el pago de abogados para los miembros que se encontraban en prisión, entre otros.

La Guardia Civil ha detenido en Tarrragona a diez presuntos miembros de la banda latina de Los Trinitarios. Se les acusa de cometer atracos, de tráficar con drogas, extorsión y amenazas.

Otro de los sistemas que empleaban para monetizar el contenido de las tarjetas robadas era la contratación de Terminales de Punto de Venta a nombre de empresas ficticias de comercios online de productos de cosmética, realizando ellos mismos falsas compras.

El dinero restante era enviado a cuentas bancarias en el extranjero, así como invertido en la compra de inmuebles en República Dominicana, donde estaban localizados todos los bienes a través de los mecanismos internacionales de cooperación policial para la localización y recuperación de activos y bienes procedentes del delito.