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El ascenso al trono (VI)

La emoción y el patriotismo vencen a la lluvia en Londres: "Ha sido una oportunidad única en la vida"

  • Para la mayoría de los asistentes, el saludo desde el balcón del palacio de Buckingham ha sido el mejor momento
  • Algunos se han despertado a las tres de la mañana para llegar al parque de St. James antes de que lo cerraran
  • Así te hemos contado la coronación de Carlos III

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Miles de personas ven desde la avenida de The Mall el saludo de los reyes Carlos y Camila desde el balcón del palacio de Buckingham
Miles de personas ven desde la avenida de The Mall el saludo de los reyes Carlos y Camila desde el balcón del palacio de Buckingham

Londres es pura emoción. Los británicos de todas partes del país y personas de diferentes naciones han acudido a la capital de Reino Unido para vivir la fiesta de la coronación de Carlos III y su esposa Camila.

En el parque de St. James, junto a la avenida de The Mall y a unos pocos metros del palacio de Buckingham, los asistentes vitorean cada paso de la coronación: el momento en el que Carlos y Camila salían hacia la abadía de Westminster, cuando entraban a la misma y, por supuesto, el momento en el que el nuevo rey era al fin coronado con la corona de san Eduardo.

Con banderas británicas en las manos, gorros, algunos subidos en taburetes para no perderse ningún momento y con ponchos y paraguas, los asistentes al céntrico parque de la capital aclaman al rey Carlos III bajo la lluvia.

Una lluvia que también estuvo presente en la última coronación que vivió el país hace 70 años. La recuerda con escasa memoria Pauline, una mujer de 80 años que entonces, cuando tenía 10 años, vio la coronación de Isabel II en casa de una amiga, la única que tenía televisión en su barrio. Esta vez ha decidido vivir la experiencia en primera persona, en Londres y con toda su familia.

Pauline, de 80 años, junto a sus tres nietos en el parque de St. James antes de que comenzara la coronación de Carlos III

Pauline, de 80 años, junto a sus tres nietos en el parque de St. James antes de que comenzara la coronación de Carlos III L.GÓMEZ DÍAZ

"Me siento muy feliz de poder venir hasta aquí, de poder venir caminando. Una amiga y yo hemos ido a muchos eventos de la realeza, pero ella no puede viajar mucho. Yo tengo la suerte de tener a una familia con la que venir y que todavía incluye a la más vieja", cuenta sentada en una silla de camping mientras se ríe y sus nietos juegan con banderitas.

Pauline ha venido desde West Sussex y se ha despertado a las tres y media de la mañana para llegar bien pronto a Londres. "Este es un evento para pasar en familia", señala.

El saludo desde el balcón, el momento favorito de los asistentes

Después de pasar largas horas bajo la lluvia, viendo la coronación desde las grandes pantallas o presenciando cómo pasaban los nuevos monarcas en sus carrozas por The Mall, la mayoría de los asistentes coincide en su momento favorito de este día: el saludo de Carlos y Camila desde el balcón.

"No nos podemos creer que hayamos estado tan cerca y les hayamos podido ver", afirma Nikki, quien ha venido con su amiga de la infancia Helen y sus dos hijas. En sus 47 años de amistad, es la primera vez que vienen a Londres desde Leeds para ver un evento de la realeza. "La exhibición de los aviones militares británicos también ha sido genial", recalca con un poncho totalmente mojado.

"Ha sido un día muy alegre, muy próspero y creo que todo el mundo parece que ha pasado un buen día. Ha sido un gran día nacional", añade Nikki mientras se escucha a la gente de fondo gritar: "Dios salve al rey".

Para Louise y Megan, una madre y su hija, el momento del saludo también ha sido su favorito. Estas dos mujeres de Gales han ido a más eventos de la familia real, a los que siempre han acudido con el mismo traje lleno de banderas británicas. Pero esta vez ha sido la única que han logrado llegar a tiempo para ver a los monarcas en el balcón. "No había tantos cánticos como nos gusta en Gales, pero ha sido un gran día", bromea Louise.

Louise y su hija celebran la coronación de Carlos III en los alrededores del palacio de Buckingham

Louise y su hija celebran la coronación de Carlos III en los alrededores del palacio de Buckingham L.GÓMEZ DÍAZ

Pero no ha sido el único momento con el que se queda la gente que ha asistido a este día histórico. "Para mí el mejor momento ha sido el de la coronación, cuando le han puesto a Carlos la corona en la cabeza", señala Gareth, mientras intenta acercarse a la valla del palacio de Buckingham para ver con más claridad a los nuevos reyes.

Mike y su mujer, que viven en Bournemouth –en la costa sur de Reino Unido-, describen este día como uno "asombroso" y "una oportunidad única en la vida". "Ver a Carlos y Camila en la carroza ha sido lo mejor", coincide esta pareja de unos 60 años. "Lo hemos podido ver en persona porque estábamos bastante cerca de la valla", añaden.

Miles de británicos celebran la coronación de Carlos III y Camila

Despiertos desde las 3 de la mañana

Myles está sentado en una manta de picnic y ha venido desde Canterbury con toda su familia porque "aman a la familia real y es la primera coronación en 70 años".

"Es un día bastante importante y está muy bien porque nos juntamos toda la familia", asegura señalando a sus hijas y sus nietos, de solo cuatro y seis meses. "No lo recordarán, pero tendrán fotos y podrán decir que estuvieron aquí", recalca. Ha venido tan preparado que lleva una radio porque sabe que entre la multitud hay poca cobertura móvil: "La radio nunca falla".

Para poder llegar al parque de St. James, esta familia se ha despertado a las tres de la mañana para coger un tren dos horas después. "En el tren había muchísima gente y regalaban banderas", detalla con alegría.

Myles y su familia en el parque de St. James antes de que comenzara la coronación de Carlos III

Myles y su familia en el parque de St. James antes de que comenzara la coronación de Carlos III L.GÓMEZ DÍAZ

Lorraine, en cambio, no ha dormido nada en toda la noche por los nervios. "Estamos muy emocionados. Hemos traído muchas banderas. Somos muy patrióticos", señala Lorraine, quien ha venido con su hija y unos amigos desde Cambridge.

Esta mujer espera a unos amigos que faltan por llegar. "Su tren se ha estropeado. Espero que lleguen porque tienen las coronas", afirma riéndose, antes de añadir que "harán todo lo posible por llegar, si es necesario vendrán andando".

Aunque no todos en Londres tenían hoy interés en ser testigos de la coronación. Cuando quedaban solo dos horas para que comenzara, varios manifestantes antimonárquicos han sido detenidos antes de celebrar una protesta que ya estaba programada. Los simpatizantes del movimiento Republic, empezaron a llegar a la plaza de Trafalgar Square con banderas y camisetas amarillas. La Policía británica ya había advertido de que exhibiría "una baja tolerancia" ante cualquiera que intentara "socavar" los eventos del día.

Bien preparados con café, comida y ponchos

Lila, una mujer mexicana casada con un valenciano que se considera una "megafan" de la familia real, ha venido directamente desde Ciudad de México con su familia. "Vine a la celebración de los 75 años, pero no pude llegar porque en el aeropuerto había una fila de migración y no llegué", lamenta esta mujer que esta vez ha venido totalmente preparada.

"Hemos traído café, chalecos, barritas e impermeables", indica señalando cada cosa. "Lo importante es verlo, la lluvia no importa", añade.

Lila y su familia han ido a Londres desde México para ver la coronación de Carlos III

Lila y su familia han ido a Londres desde México para ver la coronación de Carlos III L.GÓMEZ DÍAZ

Por su parte, Lorraine además de café, sillas y chubasqueros, también ha traído alcohol. "¡Vamos a necesitarlo para superar el día!", dice mientras hace gestos bailando, mientras el público aplaude cuando pasan unos caballos por The Mall.

Y para los que no han traído suficiente comida o café, también hay varios puestos por el parque.

Varias personas hacen fila para comprar comida en un puesto en el parque de St. James

Varias personas hacen fila para comprar comida en un puesto en el parque de St. James L.GÓMEZ DÍAZ

Carla trabaja en uno de esos food trucks llamado Pabellón. Han servido desayunos y también comida venezolana a lo largo del día. "Hemos venido a las 3 de la mañana. No teníamos pensado abrir hasta las 6, pero había tanta gente haciendo cola y no hemos parado desde entonces", señala mientras sus compañeros sirven a los clientes.

Un hombre pinta un cuadro en el parque de St. James

Un hombre pinta un cuadro en el parque de St. James L.GÓMEZ DÍAZ

Johnny, un pintor que hace un cuadro de lo que ve entre toda la multitud, también viene preparado. "En caso de que llueva, tengo un paraguas que puedo enganchar al caballete", explica mientras pasa el pincel.

"Es muy interesante para mí pintar este tipo de eventos. Me he perdido incluso el cumpleaños de mi mujer. Espero que me perdone", dice riéndose. "Es como millones de cebras con millones de rayas. Muy interesante de pintar. Es una locura, es un caos", añade.

Aun pasado por agua, este ha sido un día que no olvidará el rey Carlos III, que tanto tiempo ha esperado, ni tampoco las miles de personas que han venido hasta la capital británica para celebrar la fiesta de la coronación.