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Brasil

Bolsonaro regresa a Brasil después de tres meses en Estados Unidos tras el intento de golpe de Estado

  • El expresidente se enfrenta a cinco procesos judiciales en los tribunales y a más de una decena de causas
  • Tras su llegada, se han desplegado más de 500 agentes para reforzar la vigilancia del aeropuerto y sus alrededores

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El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, saluda a su llegada a Brasil
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, saluda a su llegada a Brasil

El expresidente Jair Bolsonaro ha regresado este jueves a Brasil, después de permanecer tres meses en Estados Unidos, país al que viajó dos días antes de dejar el poder y mientras centenares de sus simpatizantes asaltaban el Congreso brasileño. El expresidente ha sido recibido en medio de un fuerte dispositivo de seguridad montado en el aeropuerto de Brasilia.

A su llegada, el líder de extrema derecha, que enfrenta varias investigaciones en diferentes instancias judiciales, se ha dirigido a la sede del Partido Liberal, donde fue recibido en un acto privado por su esposa Michelle, su hijo senador Flávio, aliados políticos y el presidente de la formación, Valdemar Costa Neto.

En la sede del partido, después de una calurosa recepción por parte de sus correligionarios, Bolsonaro ha salido a saludar a las decenas personas que se habían concentrado en las afueras del edificio.

El vuelo comercial procedente de Orlando, que tenía previsto su llegada a las 7.10, ha aterrizado 25 minutos antes. Por razones de seguridad, Bolsonaro ha salido del aeropuerto por una zona restringida, sin pasar por el vestíbulo, donde esperaban periodistas y decenas de seguidores, que llevaban banderas de Brasil.

Un fuerte dispositivo de seguridad ha sido montado tras la llegada de Bolsonaro, debido a las movilizaciones de los últimos días en redes sociales de sus seguidores, en el que se han desplegado 500 agentes para reforzar la vigilancia del aeropuerto y sus alrededores.

A pesar del anuncio de las autoridades para restringir el acceso a la terminal aérea, decenas de sus seguidores se han concentrado en el vestíbulo del aeropuerto con banderas y los gritos de "mito", aunque sin poder saludar al exmandatario.

Ha indicado que no va a liderar la oposición al Gobierno de Lula

Antes de embarcar en Orlando, el mandatario ha indicado que no va a liderar la oposición al Gobierno de Lula, pero que aportará su "experiencia" de más de tres décadas en la política "para cambiar lo que se necesite ser cambiado" en el país.

"No se necesita hacer oposición a este Gobierno. Este Gobierno es una oposición por sí sola dada la calificación de aquellos que lo componen", ha afirmado el exgobernante.

Bolsonaro también ha valorado la composición conservadora del Parlamento y la fuerza del PL, con 99 de los 513 diputados y 12 de los 81 senadores, y ha asegurado que esa formación liderará la oposición a Lula."Le mostraremos a ese personal (por el Gobierno), que por ahora y por poco tiempo estará en el poder, que no va a hacer lo que quiera con el futuro de la Nación", ha declarado en la sede del PL a decenas de parlamentarios que le recibieron en su regreso a Brasil.

Por su parte, el presidente del PL, Valdemar Costa Neto, ha indicado que el partido ya tiene entre sus objetivos las elecciones municipales de 2024, en las que aspira a conquistar "el 60 % de las alcaldías" del país. Según Costa Neto, Bolsonaro y su esposa Michelle, quien preside el capítulo femenino de esa formación, recorrerán el país a partir del segundo semestre de este año centrados en las municipales.

"El jefe aquí es Valdemar", ha respondido Bolsonaro.

Tras su llegada, las autoridades regionales de Brasilia han anunciado que establecerán bloqueos en torno a los edificios públicos en la Explanada de los Ministerios, donde se encuentran las sedes de los tres poderes, para evitar disturbios.

Bolsonaro va a residir en una mansión cedida por el PL, formación de la que será su presidente honorario a partir de la semana que viene.

90 días en EE.UU. tras el asalto al Congreso brasileño

La llegada a Brasil de Jair Bolsonaro pone fin a su estancia de tres meses en Florida (Estados Unidos), con la que evitó cumplir la tradición del traspaso de la banda presidencial, un gesto apenas simbólico pero que ha sido respetado por todos los mandatarios desde que Brasil recobró la democracia, en 1985, tras 21 años de dictadura.

El retorno de Bolsonaro a Brasil ha generado todavía más expectativa después de que en estos meses se hayan agravado sus problemas con la Justicia, que le ha incluido en una investigación sobre los sucesos del 8 de enero, que tramita en la Corte Suprema.

Durante estos noventa días Brasil vivió uno de los momentos más dramáticos de su historia democrática con el asalto a las sedes de los poderes judicial, legislativo y ejecutivo en Brasilia. Los disturbios, considerados como un golpe de estado, están siendo investigados por la Justicia brasileña, que ha incluido en sus pesquisas a Bolsonaro por su presunta autoría intelectual del asalto.

Además, el Tribunal Superior Electoral abrió en enero una nueva investigación contra él por abuso de poder político y económico durante la campaña presidencial de 2022; y hace dos semanas, el expresidente se ha visto relacionado con un escándalo relacionado con unos paquetes de joyas regaladas por Arabia Saudí.

En el Supremo permanecen cinco procesos, pero en los tribunales de primera instancia, ahora como ciudadano común, tramita una decena de causas, aunque de momento, no está formalmente imputado en ningún caso.