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Cómo identificar y tratar una alergia alimentaria: lo que hay detrás de una de las enfermedades más desconocidas

  • Los últimos estudios estiman que entre un 5% y un 10% de la población padece alergia a algún alimento
  • Analizamos con expertos las causas, el tratamiento y lo que todavía queda por descubrir en este campo de la medicina

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Prueba de la alergia

Cada vez se dan más casos de personas con alergias respiratorias, a medicamentos o alimentarias. En ocasiones, estas últimas pueden ocasionar un desenlace fatal: sufrir un shock anafiláctico. Precisamente, esto es lo que ha provocado la muerte esta semana a una menor en Ciudad Real. La joven de 17 años era alérgica a la lactosa y tras tomar un café con leche "contaminado con esa proteína", falleció. Los servicios de emergencia intentaron salvar su vida, pero finalmente murió a causa de una parada cardiorrespiratoria. Concienciar y conocer los riesgos que engloban la alergias es el principal objetivo de los expertos en la materia.

Todo comienza con una respuesta inmediata de nuestro organismo ante lo que considera una amenaza y, a partir de este momento, saber identificar lo que provoca la alergia alimentaria es elemental. "Me tomé un zumo y me empezó a arder el cuerpo”; “en mi caso, todo sucedió durante una cena de Nochebuena, no se me olvidará nunca, nos fuimos corriendo a urgencias”; “yo he tenido ya dos 'shocks anafilácticos'"... Estos son algunos de los testimonios de las historias contadas en primera persona de Ignasi, Marina e Ignacio.

Se estima que entre un 5% y un 10% de la población sufre alergias alimentarias, y también se sabe que estos datos han aumentado en los últimos años. Los estudios epidemiológicos recientes prácticamente igualan los datos de prevalencia de alergia en países desarrollados y países en vías de desarrollo. Los expertos señalan la contaminación, la alimentación, el tabaquismo, el estrés, el sedentarismo o el sobrepeso, como factores que han incrementado el número de alérgicos a los alimentos.

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A esto hay que agregarle las "lagunas de conocimiento", respecto a este tema, existentes en determinados lugares del planeta. “Estamos viviendo una segunda ola, desde la que hubo de asma en los años 60 y 70. Lo que hay que averiguar es si se trata de un tsunami, una borrasca o una ola de marea, sin conocimiento es difícil”, afirma Ángel Sánchez Sanz, presidente de la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA).

En 2050, la mitad de la población tendrá algún tipo de enfermedad alérgica

Esta enfermedad aumenta en Europa, pero también lo hace en el resto del mundo: “Las alergias se democratizan, no entienden de clases sociales. En el 2050, el 50 % de la población tendrá algún tipo de enfermedad alérgica. Según estimaciones de la Agencia Europea de Alergia, ningún país ha reportado una disminución en los últimos diez años. Pero no existe un registro oficial”, explica Alicia Gallardo Higueras, especialista en alergología del Hospital Universitario de Salamanca y portavoz del Comité de Comunicación de SEAIC (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica).

¿Por qué algunas personas son alérgicas y otras no?

La aparición de la alergia a los alimentos puede darse en cualquier momento de la vida. El sistema inmune identifica sustancias que hasta entonces había tolerado como una amenaza para el organismo, y responde. “De momento, las razones por las que una persona se hace alérgica no están del todo claras. Existe la excepción de que se trate de una nueva exposición a alérgenos con los que antes no había tenido contacto o a niveles mucho más altos”, relata Elena Molina, Investigadora Científica del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación, CIAL – CSIC/UAM.

Ignasi Escarpenter es arquitecto y reside en Barcelona. Nunca le había dado alergia ningún alimento, hasta el pasado verano. Era julio y uno de sus primos se casaba en Toledo. Se desplazó desde la ciudad condal para poder asistir al enlace. Todo sucedió antes de la celebración: “Yo nunca había tenido alergia a nada. Antes de ir a la ceremonia me bebí un zumo de frutas y la reacción que experimentó mi cuerpo fue casi de efecto inmediato. Me ardía la piel, era muy incómodo. Me fui al hospital a que me pincharan Urbason", relata el joven de 27 años.

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Las manifestaciones en el organismo a este tipo de alergias alimentarias suelen aparecer, la mayoría, a una edad temprana, sin embargo, no es condición sine qua non que puedan debutar en una edad adulta: “A partir de los 50 hasta los 60 años, de buenas a primeras, la persona también puede desarrollar una alergia. Cuanto más consumes el alimento que te da alergia, más estimulas las vías de tolerancia inmunológica. No se conoce muy bien por qué un individuo se hace alérgico”, explica el doctor Pedro Ojeda, director de la Clínica de Asma y Alergia Dres. Ojeda.

La anafilaxia: los peligros que conlleva

Un episodio de anafilaxia, si no se trata con rapidez, "puede comprometer la vida del paciente", tal y como recoge la Guía Galaxia 2022. La describe como una reacción alérgica grave, que sin el tratamiento adecuado puede progresar rápidamente, pudiendo llegar a ser mortal. Tras ser diagnosticado como una persona alérgica, es vital contar con los elementos necesarios por si el episodio se volviese a repetir: "Primero empezó el picor y después me puse roja. Se me inflamaron las axilas, las partes del cuerpo donde tenemos ganglios, y luego ya pasó a los oídos y a la garganta", describe Marina su último ataque anafiláctico. Al igual que le sucedió a Ignasi, acudió apresuradamente al hospital, donde le suministraron Urbason.

Marina vive en Suiza desde hace varios años y actualmente trabaja en la embajada española de Berna. En 2012, cuando todavía residía en España, debutó como alérgica. Además, ha sobrevivido a dos 'shocks anafilácticos': “Soy alérgica a una proteína que se llama LTP ('Lipid Transfer Protein') que está presente en los alimentos de origen vegetal y legumbres. Más comúnmente se refiere a alergias a los frutos secos, y algunas verduras y frutas”, explica esta mujer de 31 años.

Mujer usando un autoinyector como tratamiento de emergencia para una reacción alérgica - Ver ahora

Mujer usando un autoinyector como tratamiento de emergencia para una reacción alérgica - Ver ahora Getty

Cuando se sufre una reacción de tipo anafiláctico tras ingerir el alimento que provoca la alergia, hay que actuar de manera inmediata, pero también, hay que disponer de la medicación necesaria para ganar tiempo antes de llegar al hospital más cercano. El objetivo del dispositivo de adrenalina es el de resolver los principales problemas: “La persona alérgica tiene que llevar el inyector. Es un aparato que se utiliza de una forma sencilla. Además, no requiere formación para poder ponérselo. Es un dispositivo de plástico que se puede poner encima de la ropa por el muslo”, explica el presidente de la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA).

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Además, los expertos recomiendan ir siempre con dos inyectores encima, por si el primero no funcionara o si fuese preciso aplicar una segunda dosis: “El precio ronda los 30 euros, normalmente tienes dos en tu casa, otros dos que te llevas, dos más en casa de los abuelos, dos en el colegio. Pero el riesgo cero no existe”, recuerda el presidente.

¿Tener alergia te cambia la vida?

"Lo primero que debe hacer cualquier persona que haya tenido una reacción alérgica con un alimento es ser evaluada por un alergólogo para hacer el diagnóstico. Además, la persona alérgica debería llevar un kit de tratamiento. Para la reacción intensa es absolutamente imprescindible el autoinyector de adrenalina, en caso de ingesta inadvertida", informa el doctor Ojeda.

Ignacio Santacreu González es militar, vive en Zaragoza y es alérgico desde pequeño: “Al principio, la alergia en mi organismo se manifestó de forma poco preocupante. Sin embargo, cuando tenía 16 años me dio un episodio alérgico muy grave. Fue durante una Nochebuena en la que comí marisco, no se me olvidará nunca. Fuimos volando a urgencias", recuerda Santacreu.

Según los expertos, en condiciones normales, una persona alérgica a los alimentos puede desarrollar una vida normal, ya que no padece ninguna minusvalía, pero hay que evitar el contacto con lo que da alergia. “Desde el momento en que me dio el brote llevo a mano lo necesario ante un posible ataque, además de los antihistamínicos. Por otro lado, modificas lo que comes, en eventos familiares, por ejemplo. Yo en mi caso no como marisco. Salvo eso, mi vida es normal, llevo la medicación en los viajes y tengo cuidado”, explica Ignacio.

Mi vida es normal, llevo la medicación en los viajes y tengo cuidado

Este tipo de alergias no solo influye en la vida del que la padece, también afecta a sus familiares, amigos y personas de confianza: "Llevo siempre una jeringuilla de un solo uso de adrenalina. Aunque nunca me la he puesto a mí misma, sí que debo viajar con ella y con un prospecto médico que me autorice a llevarla, por ejemplo, en un avión. Además, mis allegados deben saber cómo aplicármela y qué hacer si me da otro 'shock' anafiláctico”, explica Marina.

"Las alergias son reales"

En España, como sucede en el resto del mundo, no hay estudios de prevalencia sobre la alergia alimentaria. Solo el 10 % de los países ha realizado la prueba de provocación. Sin embargo, sí que figuran una serie de porcentajes derivados de estimaciones. “El resto de países tenemos estudios basados en esos trabajos, como sucede con la Guía Galaxia 2022”, explica Ángel Sánchez presidente de AEPNAA.

Pinchazo en la piel para averiguar el tipo de alergia que se padece - Ver ahora

Pinchazo en la piel para averiguar el tipo de alergia que se padece - Ver ahora Getty

"Las alergias son reales, existen, como en toda enfermedad hay un componente de sugestión, pueden referir síntomas sugestivos, muchas veces cuando es alergia y no intolerancia hay un abanico de síntomas que entran en juego. Por ejemplo, la ansiedad que tiene cada persona, el nivel emocional, la situación personal. El estrés no es bueno para nada, los nervios no ayudan. Y no podemos olvidar, que practicar deporte también influye", explica Alicia Gallardo Higueras, de SEAIC.

En esta misma línea se expresa Elena Molina, del CIAL – CSIC/UAM: "Las alergias no son un mito, son reales, pero sí que hay entre tres y cuatro veces más personas que creen tener una alergia alimentaria que las que realmente la tienen. A veces se confunden las alergias y las intolerancias o quizás se intentan ocultar otros problemas. Sin embargo, nadie debería considerarse alérgico si no tiene una prueba diagnóstica médica definitiva".

No es cuestión de modas, dice el doctor Ojeda, sino de hábitos alimenticios y sociales: "Comemos más rápido, estamos más estresados, picamos entre horas, no dejamos que la comida repose, etc. No hay modas, pero el tipo de alimentación que se hace en los países occidentales con alimentos procesados influye en nuestro organismo", relata el doctor Ojeda.