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Teatro

El poder de los guionistas en 'Los pálidos'

  • Lucía Carballal cuestiona las contradicciones de los guionistas de las series de televisión
  • La historia transcurre en una sala de guionistas y pone el acento en quién cuenta el relato
  • Puedes ver la obra en el teatro Valle Inclán de Madrid hasta el 26 de marzo

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Israel Elejalde interpreta a un guionista veterano en 'Los pálidos'
Israel Elejalde interpreta a un guionista veterano en 'Los pálidos'

En la obra Los pálidos, un grupo de guionistas de una serie se da cuenta de que se han pasado los mejores años de su vida recluidos en la llamada sala de guion (writer's room) creando ficciones destinadas a un público masivo bajo una presión brutal. La necesidad imperiosa de que la serie en cuestión tenga éxito es absoluta. De alguna manera, desnaturaliza el trabajo del guionista, según Lucía Carballal, autora de Los pálidos. "Parece que tenemos que estar actualizando constantemente lo que pensamos, lo que sentimos para tener un lugar, para estar al día".

Tenemos que actualizar constantemente lo que pensamos y sentimos para tener un lugar

La propia creadora ha trabajado como guionista de ficción en televisión y sabe lo que se cuece en la sala de guion, donde los guionistas crean mapas de tramas y dialogan los capítulos, un trabajo en equipo que consume su tiempo y su energía, donde la libertad de crear no es tal porque la obligación de hacer un buen 'share' es aplastante. Además hay otras necesidades como "tener una voz propia, ser especial, marcar la diferencias, obsesiones de los personajes de esta obra pero también de nuestro tiempo, quizá como acto reflejo ante el terror a quedar obsoleto y, por tanto, al margen, sin que nadie venga a buscarnos", asegura Carballal.

El tener una voz propia y el ser especial son obsesiones de los personajes

Natalia Huarte es una de las protagonistas de 'Los pálidos'

Natalia Huarte es una de las protagonistas de 'Los pálidos' TEATRO VALLE-INCLÁN

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La obligación del éxito

"Hay una imagen para explicar la obra, que tiene que ver con la experiencia que he tenido como guionista de televisión, hay una sensación que viví, cuando entré en esa sala de guion después de haber sido dramaturga durante tantos años y tuve esa sensación de que, esa mesa de guion donde estábamos escribiendo ficciones para que las viesen mucha gente, era un espacio de poder, de representación", cuenta Lucía Carballal.

La sala de guion es un lugar de poder

Pero estos guionistas se tienen que enfrentar justo a lo que más temen, al fracaso porque su última serie ha tenido muy baja audiencia. Contaba la historia de un equipo femenino de voleibol que pretendía resaltar la hermandad femenina pero la han quitado de la parrilla televisiva por sexista. Ahora el grupo de escritores tiene que tener un bombazo, con una ficción que guste a todos o sino se puede ver fuera del mundo profesional.

Según Lucía Carballal, autora de Los pálidos, su obra habla de nuestra relación con el sistema de producción, con la idea del progreso y del dinero. Sin duda, la función posee la ambición de rebasar los límites de la televisión, un microcomos que se agranda para convertirse en un macrocosmos que representa a nuestra sociedad. "Me genera mucha reflexión el cómo hablar de este caos que estamos viviendo con respecto a un mundo que cambia muy deprisa. ¿Qué significa ser un hombre ahora? ¿Qué significa ser una mujer ahora? ¿Qué significa estar al cargo de los relatos?", explica Carballal.

¿Qué significa ser una mujer ahora? ¿Qué significa estar al cargo de los relatos?

Contradicciones de una industria millonaria

Además, Carballal indaga en las contradicciones de una industria millonaria como es la televisión y critica su supuesta pureza creativa. En Los pálidos, los guionistas se embarcan en una lucha frenética para crear un proyecto sólido y triunfador, un as en la manga que deslumbre por su brillantez y que esté acorde con el espíritu de los tiempos. Los protagonistas tienen pánico de quedarse atrás, de desactualizarse en un presente social muy cambiante porque quieren sobrevivir en una industria feroz en la que no se sabe qué va a funcionar y qué no. El riesgo es máximo. La apuesta económica muy alta.

"Lo que más me interesó de la función es la reflexión sobre quiénes cuentan la historia, también cómo nos contamos a nosotros la historia según a lo que prestemos oídos. Me acuerdo de que alguien me decía que la comunicación la hace el receptor, no el emisor. Es el que escucha es quien hace la comunicación más que el que la emite aunque parezca mentira", dice Manuela Paso, que interpreta a una de las guionistas de la obra.

La comunicación la hace el receptor, no el emisor

Sensación de estar desfasados

"Ahora es muy fácil sentirse desfasado. Porque todo va muy rápido -no sé muy bien qué es lo que va muy rápido- y además, puede que nos esté fastidiando rápidamente. A veces no se puede asimilar. La sensación de que se han quedado atrás, creo que la tienen todos los personajes.Por supuesto, personas de 50 o 60 años, pero también tienen esa sensación personas de 30", cuenta Paso.

Ahora es muy fácil sentirse desfasado porque el mundo va muy rápido

En conclusión, Los pálidos, a partir de las situaciones que vive un grupo de guionistas encerrados, en la sala en la que escriben una serie, con la que buscan redimirse profesionalmente, cuestiona las contradicciones de un oficio inestable y frágil, destacando la importancia de quién domina el relato, y empatiza con el miedo a quedarse fuera de una sociedad que hace prescindibles, en un súbito giro de guion, a las personas.