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Cómic

'Historia gráfica de la Guerra Civil' rescata las viñetas de la contienda

  • Jordi Riera y Jaume Capdevila han rescatado el trabajo de los viñetistas de ambos bandos
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Detalle de la portada de 'Historia gráfica de la Guerra Civil'
Detalle de la portada de 'Historia gráfica de la Guerra Civil'

Kin,Bagaría o Carnicero fueron algunos de los viñetistas que durante la Guerra Civil usaron su arte como balas para animar a su bando y menoscabar al contrario, un material que debido a su delicado soporte, periódicos y revistas no se ha vuelto a ver hasta ahora gracias al libro Historia gráfica de la Guerra Civil (RBA).

Como si de dos hormigas se tratase, Jordi Riera y Jaume Capdevila, dibujante conocido como "Kap", han pasado "bastantes" meses de su vida rescatando las viñetas que protagonizaron el día a día de la contienda, tres años (1936-1939) en los que las viñetas fueron otro tipo de "armas" para que ambos bandos comunicaran sus consignas e influyeran a la población su razón y sobre la sinrazón del contrario.

Un periodo este, ha contado Capdevila a EFE, en el que creció la cantidad de publicaciones, así como el interés de la población en leerlas.

Viñetas que no se han visto en 90 años

Precisamente por eso, no han llegado a nuestros días, como así lo han hecho los carteles, porque al ser viñetas que se publicaban en periódicos o revistas, "material muy delicado", la gente no lo valoraba y una vez leídas al día siguiente este papel servía para "envolver el bocadillo o para ponérselo debajo de la ropa y no pasar frío".

Así que estas "maravillas gráficas" que reúne este libro (publicado por RBA) han estado "durmiendo en el sueño de los justos", ha agregado Riera, y la mayoría de ellas no se "habían visto desde que se publicaron".

Y buscando ambos encontraron "rarezas de diseño y trazo" y otras que les interesaron por lo que decían: "Lo que hemos hecho ha sido potenciar mucho la parte gráfica y la parte contextual y dar pistas para que el lector de hoy en día entienda esta parte de la historia", ha matizado el artista plástico y divulgador del cómic.

Según ha alertado Capdevila, hay que tener en cuenta que en el momento en el que se hicieron estas viñetas se trataba de una información que quería "modificar la manera de pensar a la gente" y por eso, sea del bando que sean, "hay que tener en claro que es propaganda de guerra también y por eso son mentiras con talento".

Portada de 'Historia gráfica de la Guerra Civil' RBA

Un gran trabajo de historia

Mentiras llenas de verdad porque este libro es un gran trabajo de historia (que bien podría convertirse en una exposición), un testimonio excepcional que refleja el ambiente político y social de la época y que ahora ejerce como una suerte de notario de su tiempo.

Entre el material que recoge esta obra el lector podrá ver viñetas de Bagaría, un Forges de la época, y también de Bluff, quien en la revista "La Traca" de Valencia fue un azote de los fascistas que más tarde fue fusilado por sus enemigos en el cementerio de Paterna junto al editor de esta cabecera mítica.

Aunque ninguno de los dos autores han confesado en qué bando se hacían viñetas con más ingenio o arte, sí que coinciden en el hecho de que en todas hay humor y dramatismo, sobre todas en esas que denuncian el hambre que pasaba la población, como lo hizo la historieta cómica "Melitón Pérez", dibujada por Benejam y publicada en la revista TBO en 1935 .

Entre la nómina de autores también hay presencia femenina, en concreto dos mujeres, las catalanas María Claret y Mercé Llimona: "Había voces femeninas que publican durante la guerra, pero después desaparecen porque el franquismo lamina el papel público de la mujer en los medios de comunicación. La riqueza de este libro es la riqueza de todo el panorama", ha considerado Riera.

Con prólogo del hispanista Paul Preston, quien confiesa no conocer la fuerza de las viñetas en la Guerra Civil española, "Historia gráfica de la Guerra Civil" llega para rellenar ese hueco que había en España sobre este medio de comunicación masivo y rápido en unos años en los que no había televisión y la radio era solo para las élites.