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Cumbre del clima 2022

Una cumbre del clima en la "república del miedo": las ONG denuncian la crisis de derechos humanos en Egipto

  • El preso político más famoso del país, en huelga de alimentos y agua, podría morir durante la cumbre
  • Amnistía pide a los países participantes aprovechar la COP27 para llamar la atención de la "cara oscura" del país

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Manifestación a favor de los derechos humanos durante la cumbre del clima en Sharm el Sheij
Manifestación a favor de los derechos humanos durante la cumbre del clima en Sharm el Sheij

Mientras los líderes de más de un centenar de países se reunían en la ciudad resort egipcia de Sharm el Sheij, un hombre encerrado en una prisión a unos cientos de kilómetros de allí conseguía acaparar el foco mediático. Se trata de Alaa Abdelfatah, un activista prodemocracia egipcio-británico, en huelga de hambre y agua desde el inicio de la cumbre del clima, según denuncia su familia.

Amnistía Internacional critica que el Gobierno egipcio se niega a dar ninguna información a su familia sobre el estado de salud de Abdelfatah, al que la organización considera un preso de conciencia. "Esto es una muestra del ensañamiento contra él, que debería estar liderando el futuro del país y no sabemos si va a fallecer en la cárcel mientras están todavía los grupos negociadores aquí", explica a RTVE.es Olatz Cacho, portavoz de Amnistía.

El nombre de este preso, que para las organizaciones egipcias simboliza la situación de los derechos humanos en el país, se ha colado incluso dentro de los pabellones oficiales de la COP. Allí, su hermana, Sanaa Seif, pronunció el martes un emocionado discurso denunciado la situación que vive Abdelfatah en prisión, y aseguró que no sabían ni siquiera si seguía vivo cuando llevaba dos días sin beber agua. "Sabemos que [el Gobierno egipcio] se alegraría de su muerte, pero no quiere que suceda cuando el mundo está mirando", afirmó. Lo último que ha dado a conocer el Gobierno egipcio sobre su salud es que está recibiendo tratamiento médico.

Los actos en los que intervino Seif, algunos de los más seguidos hasta el momento en toda la cumbre, no estuvieron libres de polémica. Un parlamentario egipcio se enfrentó verbalmente con ella, cuestionó a la familia del preso y terminó siendo expulsado de la sala después de encararse incluso con la secretaria general de Amnistía, Agnès Callamard.

Imagen de 2014 de Alaa Abdelfatah. Desde entonces ha estado periódicamente en prisión.

Imagen de 2014 de Alaa Abdelfatah. Desde entonces ha estado periódicamente en prisión. AP Photo/Nariman El-Mofty

Abdelfatah, una de las figuras clave de la Primavera Árabe, ha pasado buena parte de la última década entre rejas por su participación en aquellas protestas y en el movimiento prodemocracia. Primero estuvo condenado a cinco años por participar en una manifestación pacífica y en 2021 recibió otra condena a otros cinco años por "difundir noticias falsas". Cumple sentencia en la prisión de Tora, en El Cairo, donde según Amnistía vive en condiciones pésimas y ha sufrido torturas.

Decenas de detenciones para evitar protestas en la cumbre

La entrada en escena del caso de este activista, preso desde hace ocho años, y de la situación de los derechos humanos en Egipto, era todo lo que el Gobierno de Abdelfatah Al Sisi quería evitar. En las semanas previas a la cumbre, las autoridades restringieron el libre movimiento en Sharm el Sheij y, según Human Rights Watch, detuvieron a decenas de personas que intentaban organizar protestas coincidiendo con la gran atención mediática que reciben estos eventos. Amnistía Internacional eleva la cifra de detenidos actuales a 151.

A diferencia de las anteriores cumbres, cuando miles de activistas climáticos han organizado las llamadas "contracumbres" para exigir más ambición a los negociadores, en Egipto es muy improbable que ocurra algo así. El Gobierno ha delimitado una "zona de protesta" dentro de la zona verde de la COP27 -el espacio para organizaciones civiles-, donde las manifestaciones se podrán celebrar de 10:00 a 17:00 y solo si se comunica con 36 horas de antelación a las autoridades.

Para Amnistía, estas restricciones no son nada nuevo en el país norteafricano. "Egipto está sumido en una crisis de derechos humanos. Tenemos documentadas una larguísima lista de violaciones de estos derechos, como homicidios ilegítimos, detenciones masivas y arbitrarias, represión de los derechos a la libertad de expresión, asociación o reunión pacífica", enumera Cacho. El país, además, es el segundo del mundo con más condenas a muerte, por detrás de China.

Egipto COP27: un desierto de derechos humanos, según Amnistía Internacional

La situación es especialmente grave desde la llegada al poder del general retirado Al Sisi, al frente del Gobierno desde el golpe de Estado que encabezó en 2013 contra el presidente Morsi, elegido democráticamente tras la Primavera Árabe. Desde entonces, ha habido personas encarceladas "por bailar en redes sociales, por criticar haber sido objeto de abuso sexual o por ser familiar de miembros de los Hermanos Musulmanes", señala la portavoz de Amnistía.

Así, hasta decenas de miles de víctimas de detenciones arbitrarias. "Un defensor aquí decía que es una república del miedo y es una buena manera de describir cómo se vive en Egipto", afirma.

Sin acceso a páginas web con el wifi de la cumbre

El hecho de que el país fuera anfitrión de la COP27 no ha relajado la represión, sigue Cacho, sino que se ha recrudecido. Los participantes en las cumbres se han encontrado con que el wifi del centro donde se celebra la cumbre bloquea el acceso a webs como la de Humans Rights Watch, la de Al Jazeera, a la plataforma Medium o a medios independientes egipcios.

Incluso la aplicación oficial de la cumbre podría ser un arma para que el Gobierno egipcio acceda a los datos personales de los participantes, según señalan expertos en ciberseguridad al medio Politico.

Ni esto ni la limitación a las protestas ha impedido concentraciones para pedir la libertad de Abdelfatah y del resto de presos políticos. Este jueves, decenas de personas se han reunido en el espacio de la COP con el lema "no hay justicia climática sin derechos humanos". Al Sisi, ante las presiones internas e internacionales, se comprometió con su homólogo francés Emmanuel Macron a preservar la salud del preso, pero esto, lejos de tranquilizar a su hermana, no ha hecho más que aumentar la preocupación. "¿Están forzando a mi hermano a comer ahora mismo?", se preguntó en la rueda de prensa, "¿está esposado a una cama mientras le obligan a comer?".

El activista, probablemente el preso político más famoso de Egipto, lleva en huelga de hambre parcial desde hace más 200 días para pedir acceder al consulado británico y ser deportado a Reino Unido, el país donde tiene su segunda nacionalidad, para recibir un juicio justo. Comenzó también a dejar de beber agua coincidiendo con el inicio de la cumbre, el pasado día 6.

Biden y Sunak: crece la presión internacional

El primer ministro británico, Rishi Sunak, que ha estado en Egipto durante los primeros días de la cumbre, se ha comprometido a "hacer todo lo posible" para conseguir su liberación, mientras que el presidente estadounidense, Joe Biden, tratará la situación de Abdelfatah y de los derechos humanos en Egipto con Al Sisi, en un encuentro aprovechando su asistencia a la cumbre este viernes.

A lo largo de la primera semana de la cumbre, han salido a la luz otros casos de activistas a los que se ha vetado de participar en las negociaciones climáticas. Las autoridades han deportado este jueves al activista italiano y representante del grupo anti tortura Dignity, Giorgio Caracciolo. Según un comunicado de diez organizaciones, le han negado la entrada a la COP, a pesar de estar acreditado, denunciaron hoy varias ONG. Otro activista, Ajit Rajagopal, fue detenido arbitrariamente durante 24 horas cuando realizaba una marcha de protesta a pie entre El Cairo y Sharm el Sheij, según la Comision Egipcia de Derechos y Libertades.

Para Cacho, la actividad de las organizaciones humanitarias dentro y fuera de Egipto está consiguiendo evitar que la COP "sea un blanqueo de la imagen del Gobierno de Al Sisi", y espera que la cumbre no solo logre avances en la lucha contra el cambio climático, sino también para llamar la atención sobre "la cara oscura" del país.