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Análisis | Reino Unido

Truss, la inquilina más breve de Downing Street: "Será una nota al pie de la historia, hará bueno a Johnson"

  • El segundo periodo más corto fue el de George Canning, quien murió tras 119 días en el cargo en 1827
  • Ha sido la última primera ministra de la reina Isabel II y la primera del rey Carlos III

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Liz Truss entre junto a su marido en el número 10 de Downing Street tras anunciar su dimisión como primera ministra de Reino Unido
Liz Truss entre junto a su marido en el número 10 de Downing Street tras anunciar su dimisión como primera ministra de Reino Unido

Menos de 45 días. Es el tiempo que ha estado la conservadora Liz Truss bajo el techo del número 10 de Downing Street antes de dimitir y después de que la reina Isabel II -tan solo unos días antes de morir- la nombrara primera ministra de Reino Unido.

En solo unas semanas, Truss ha pasado de ser la tercera mujer en convertirse en primera ministra de Reino Unido a ser la política que menos tiempo ha estado en el cargo en la historia del país. Pero en ese escaso tiempo al mando del Gobierno británico, Truss ha sido capaz de presentar un plan fiscal que sembró el caos en los mercados financieros y que le obligó a cesar a su ministro de Economía y nombrar a otro, Jeremy Hunt, para que retirara la mayoría de sus medidas.

“Liz Truss será recordada como la primera ministra más fracasada que duró 44 días”, opina en declaraciones a RTVE.es el profesor de la Universidad de Leicester, Adam Cygan. “Será alguien que se convertirá en una nota al pie de página en la historia política. Ni siquiera formará parte de una sección en un libro porque no consiguió cambios ni logros. Nada positivo ha salido de los últimos 44 días”, recalca.

Por su parte, el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Sussex, Paul Webb, señala que la figura de la ahora ex primera ministra se recordará “como un completo desastre”. “Al intentar pensar cuál será el legado de Truss se me ha ocurrido que la respuesta sería que va a hacer bueno a Boris Johnson”, afirma el profesor. “Lo ha hecho tan mal… Habrá arruinado la reputación del Partido Conservador para gestionar la economía”, añade.

La primera ministra que menos ha durado en el cargo

A Liz Truss le quedaban tan solo 74 días para no tener el récord del primer ministro que menos tiempo pasó en el cargo. Fue el también conservador George Canning, quien pasó 118 días como primer ministro en 1827 antes de morir por tuberculosis.

“A principios del siglo XIX, George Canning murió poco después de convertirse en primer ministro”, explica Webb. “Liz Truss tiene el récord de haber estado cinco o seis semanas en el cargo para cuando haya terminado. A ella la están echando, no está teniendo la desgracia de morir”, añade.

En la historia de Reino Unido ha habido varios primeros ministros que por diferentes razones no han llegado a durar un año en el cargo, entre ellos otros dos conservadores: Andrew Bonar Law, quien abandonó Downing Street después de 211 días por problemas de salud, y Alec Douglas-Home, quien estuvo 364 días en el cargo antes de perder unas elecciones generales.

La situación de Liz Truss es muy diferente y, por ello, el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, Manuel López Linares, cree que Truss pasará a la historia “como una candidata que no logró ganar la confianza de los diputados y que estos fueron los que la derribaron a la primera oportunidad”.

“No le han dejado mucho tiempo porque para ellos no resultaba beneficio para sus propias expectativas electorales”, indica López Linares. “Había temores de que fuera una persona poco resolutiva o poco indicada para el cargo y si la historia la recuerda, la recordará de esta manera”, asegura.

Truss, la 'dama de hierro' que nunca fue

Desde que Truss se presentó como candidata a las primarias del Partido Conservador para suceder a Boris Johnson, llegó con la idea de dar una sacudida neoliberal a Reino Unido y resucitar al espíritu de ‘la dama de hierro’, Margaret Thatcher. Lo ha hecho intentando demostrando su empeño por bajar impuestos a pesar del déficit en las arcas públicas, pero también calcando su forma de vestir en varias ocasiones.

“Se vio a sí misma como una Margaret Thatcher moderna y claramente no lo era”, afirma Cygan. “Margaret Thatcher nunca pidió dinero prestado para reducir los impuestos de los ricos. Logró bajar la inflación, un fuerte crecimiento económico, hizo reformas y luego fue cuando recortó impuestos. Lo de Liz Truss ha sido completamente diferente”, recalca.

Seis semanas en el cargo han demostrado que poco tenía que ver Truss con la ‘dama de hierro’ y ven difícil comparar a la recién ex primer ministra con cualquier otro político británico debido a su fugaz paso por Downing Street.

En los 44 días que ha estado al frente del Gobierno británico ha tenido que desmontar casi todas las medidas que formaban parte de su plan fiscal que sembró el caos en los mercados. Después de destituir al ministro de Economía que desveló el 23 de septiembre el programa económico, Kwasi Kwarteng, su sustituto, Jeremy Hunt, retiró este lunes la mayoría de las medidas.

Hunt afirmó que se fijará el tope en las facturas energéticas de hogares y empresas hasta abril -una ayuda que debía durar dos años-, canceló el recorte previsto del 1,25% del impuesto sobre los dividendos, así como las compras exentas del IVA para los visitantes extranjeros. El nuevo ministro también eliminó la congelación de la tasa sobre el alcohol y anuló la rebaja prevista del 20 al 19% de la banda básica del impuesto sobre la renta.

En este sentido, Webb considera que la gestión de la economía por parte de Truss “ha sido su experimento desastroso”. “Una vez que un partido se gana una reputación de incompetente gestionando la economía, esa reputación permanece durante mucho tiempo”, subraya.

La dimisión de Truss, "una victoria de la democracia"

Sin embargo, algunos analistas también ven en la dimisión de la primera ministra un lado positivo. Para el profesor y experto en liderazgo político de la Universidad Europea, Moisés Ruiz, la renuncia de Truss “ha sido una victoria de la democracia”.

“En los países sanos democráticamente, la responsabilidad política es un simple contrato social con el pueblo y cuando se incumple o se toman decisiones que conducen a llevar al pueblo a una mala situación, hay que tener el valor democrático de dimitir”, indica Ruiz. “Puede que su dimisión venga bien y se tome ejemplo de que no debe haber carta blanca para nadie”, añade.

El corto mandato de Liz Truss, que dimite tras 44 días en el cargo

En este sentido, López Linares cree que la salida de Truss de Downing Street “es una forma de tocar fondo para la política de Reino Unido”. “Esto es un caos absoluto y quizá hace falta caer muy bajo para poder cambiar la situación”, asegura el profesor. “Esto es lo que trae la propia Liz Truss, un cambio absoluto de tendencia de los últimos años desde el referéndum del ‘Brexit’ en 2016”, asevera.

Las heridas del Partido Conservador

Uno de los principales problemas que tiene el Partido Conservador británico, que lleva 12 años gobernando el país, es que entre sus filas hay una gran división. Los analistas creen que, seis años después del referéndum sobre el ‘Brexit’, la salida de la Unión Europea por parte de Reino Unido puede considerarse el origen del caos que vive la formación.

“Hay división sobre Europa, sobre la economía, sobre los impuestos, sobre política social. Todo en el Partido Conservador actualmente está dividido y creo que ahí es donde radica el problema”, opina Cygan, quien cree que las raíces de esta situación se encuentran en el ‘Brexit’.

“El problema que tiene el Partido Conservador es que puede tener una mayoría de escaños en el Parlamento, pero el partido está fragmentado”, asegura el profesor. “Es un partido que está compuesto por muchos elementos diferentes que no pueden estar de acuerdo entre sí, un partido que no tiene un solo mensaje que pueda dar al país. Liz Truss presentó una agenda que simplemente no pudo ser aprobada por sus propios parlamentarios”, añade.

López Linares afirma que desde que Reino Unido abandonó la Unión Europea, el Partido Conservador “no ha levantado cabeza”. “Lo único que el partido se puede apuntar como favorable en estos años pasados es el momento en el que Boris Johnson fue elegido dentro del partido por primarias y luego consiguió una victoria electoral”, explica el profesor, quien se refiere a la victoria que obtuvo Johnson en las elecciones de 2019 con una mayoría que no se veía en el país desde tiempos de Margaret Thatcher.

Por su parte, el experto en liderazgo político Moisés Ruiz espera que la dimisión de Truss sirva al Partido Conservador como una lección y que aquellos que elijan quién asumirá el liderazgo de la formación para lo que queda de legislatura “tengan la madurez y hagan una apuesta seria por alguien que no solo sepa hablar bien, sino que tenga un programa serio, aplicable y con respuestas adecuadas a la situación que vivimos”.