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Cómic

Jason mezcla realidad y fantasía para narrar el paso de Hemingway por los Sanfermines

  • En Siempre nos quedará Pamplona, el dibujante también recrea el paso del escritor por París y Cuba
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Detalle de la portada de 'Siempre nos quedará Pamplona'
Detalle de la portada de 'Siempre nos quedará Pamplona'

Siempre nos quedará Pamplona (Astiberri), de Jason (Molde, 1965) es un cómic sorprendente en el que el original autor noruego reimagina el paso de Hemingway por los Sanfermines y cómo cambió su vida. Pero también nos lleva a otros dos momentos fundamentales de la vida del escritor: su participación en la liberación de París, en 1944, y su paso por Cuba en los años 50.

Decimos 'reimagina' porque Jason añade elementos fantásticos que dan al relato una nueva dimensión, Casi un juego de espejos entre la vida y la literatura, y entre su propia obra y la de Hemingway. Y un personaje servirá de unión a esos universos de ficción y a esa sucesión de momentos fundamentales de la vida de Hemingway: Athos, el mosquetero de Dumas, un personaje recurrente en las obras del noruego (El último mosquetero, Athos en América) y que aquí, tras ser salvado por Hemingway y sus amigos, decide lanzarse al mundo a "desfacer" entuertos, como el mismísimo don Quijote de la Mancha.

Página de 'Siempre nos quedará Pamplona'

En este cómic Athos también funciona como el alter ego heroico e intachable de Hemingway. Su lado luminoso al que persigue toda su vida, sin alcanzarlo. Porque, aunque también hay mucha nobleza en ese Hemingway, que en esos años 20 era corresponsal en París y que aspiraba a cambiar al mundo con sus escritos, el cómic tampoco evita las partes más oscuras del personaje.

En fin, un cómic con múltiples lecturas, como casi todas las obras de su autor, que es una mezcla ideal de literatura, cómic y la fantasía más desbordante. Y que logra dibujarnos una sonrisa, no exenta de melancolía.

Página de 'Siempre nos quedará Pamplona'

El amor de Hemingway por los Sanfermines

La historia comienza en París en 1925, donde Hemingway estaba destinado como corresponsal y donde asimiló las influencias de los artistas y escritores de la "generación perdida", de la que, junto a Scott Fiztgerald, se convertiría en su máximo representante. De hecho, el cómic comienza cuando Fitzgerald se acerca a Hemingway para confesarle que es un gran admirador de su obra.

Pero pronto se verán interrumpidos por la aparición de Athos, un auténtico torbellino que, herido de desamor, intentará suicidarse en el Sena. Pero Hemingway y sus amigos lo rescatan y es cuando Athos encontrará ese sentido nuevo a su vida, el de hacer el bien.

Es entonces cuando Hemingway, acompañado de su esposa Hadley, sus amigos Pat Guthrie y Duff Twysden y el mencionado Athos, decidirán irse a Pamplona a disfrutar de los encierros. Allí sucederán cosas que cambiarán la vida del escritor para siempre y veremos cómo se gestó su exitosa novela Fiesta.

En el cómic también hay mucho de búsqueda, tanto de la propia identidad, como de cambiar un mundo que atravesaba una de las épocas más conflictivas de nuestra historia reciente: el periodo de entreguerras.

Página de 'Siempre nos quedará Pamplona'

De la liberación de París al ocaso en Cuba

El cómic continúa con otra de las anécdotas míticas de la vida del escritor, su participación en la liberación del bar del hotel Ritz de París (su favorito), el 25 de agosto de 1944. Una supuesta hazaña entre la historia y la leyenda, como este cómic. Es entonces cuando Jason decide doblar la apuesta y mostrarnos a Hemingway decidido a atacar al mismísimo Hitler para acabar con la guerra, en una aventura que parece sacada de los Malditos bastardos de Tarantino. Por eso se lanzará en paracaídas sobre Berlín.

Y la historia termina en la Cuba de finales de los años 50, donde un Hemingway decadente escribe sus memorias mientras recuerda sus encuentros con el aparentemente inmortal Athos, convertido en una auténtica leyenda, un don Quijote que sigue luchando contra las injusticias por el mundo, como le gustaría seguir haciendo al ya cansado escritor.

Una fabulosa mezcla de realidad y ficción, del universo de Hemingway y del de Jason, que es un homenaje a uno de los grandes escritores del Siglo XX y su relación con Pamplona y los Sanfermines. Por cierto, que no es la primera vez que Jason pasa por Pamplona en sus cómics. Ya lo hizo en el también imprescindible Un gallego en el camino de Santiago (Astiberri, 2017).

Portada de 'Siempre nos quedará Pamplona'