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¿Qué está pasando con los libros 'prohibidos' en Estados Unidos?

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Te contamos qué está pasando con los libros prohibidos en EE.UU.
Te contamos qué está pasando con los libros prohibidos en EE.UU.

Nos habéis preguntado sobre la prohibición de libros en escuelas de EE.UU, un tema que ha recibido atención a raíz de afectar a obras clásicas como la novela gráfica Maus. Es cierto que algunos centros educativos los sacan del catálogo de disponibles en bibliotecas o del programa de algunas clases. Te explicamos lo que sucede.

¿Qué está pasando?

El Senado de Texas revisó en octubre de 2021 el currículo de estudios sociales de las escuelas públicas en ese estado, con la idea de aprobar una nueva normativa para el curso 2021-2022, según actas de esta institución que hemos encontrado (pág. 4). Varias escuelas del estado habían retirado libros tras recibir objeciones de estudiantes y padres.

El presidente de la Comisión de Investigación de ese Senado, Matt Krause, elaboró una lista de 850 libros y envió una carta a la Agencia de Educación de Texas y a cargos de distritos escolares pidiendo que confirmasen si sus escuelas los poseían, así como solicitando información de dónde estaban y cuánto dinero habían costado. No estaban pensadas para aparecer en la prensa, pero se filtraron y las publicó The Texas Tribune (aquí la lista, aquí la carta).

El caso de Texas ha llevado la prohibición de libros de nuevo a los medios, pero esta práctica se extiende por otros estados de EE.UU., como narra la CNN en esta crónica, en un contexto de enfrentamiento ideológico por nuevas normas aprobadas sobre sexualidad y teoría crítica de la raza. Algunos padres critican esta teoría por considerarla “marxista”.

Por ejemplo, un senador de Oklahoma ha impulsado dos leyes porque “cada vez son más las escuelas que intentan adoctrinar a los alumnos exponiéndolos a programas y cursos de género, sexualidad e identidad racial”. Las normas prohíben “a los distritos escolares públicos, a las escuelas públicas concertadas y a las bibliotecas escolares públicas tener o promover libros que aborden el estudio del sexo” y la educación de identidad sexual en su más amplio sentido mientras los padres y tutores legales no den su consentimiento.

¿Quién apoya la restricción y revisión de libros?

Matt Krause es un político y abogado que se define en Twitter como “cristiano, marido, padre, conservador y republicano”. Quiere ser fiscal general del estado y, en una entrevista a The Dallas Morning News, explica que la carta sólo era para “recopilar datos y ver si tenía que hacerse algo”.

Según él, era necesario ver si las escuelas están cumpliendo con las leyes aprobadas en Texas sobre género y raza, temas que encuentra en esos libros: “Podemos estar todos de acuerdo en que la pornografía no debería permitirse en las escuelas”.

Un 50% de las denuncias de libros que se están haciendo en EE.UU. son de padres y un 20% de los responsables de los centros escolares, según los datos recogidos por la Asociación de Bibliotecas de EE.UU. (ALA) que puedes revisar en la imagen de abajo. Grupos de padres como No Left Turn (“No al giro a la izquierda”) apoyan la restricción. Se autodefine como “padres con sentido común” que quieren “crear integridad generacional”. En su web apunta a libros que según ellos dividen a los estadounidenses “con el propósito de adoctrinar a los niños hacia una ideología peligrosa”. Sin embargo, matizan que “no sugieren que estos libros nunca estén disponibles o sean leídos por estudiantes. Las bibliotecas públicas y las librerías son aún opciones viables para las familias que quieren que sus hijos los lean”.

Aunque algunos de los textos que hemos consultado se mueven en estos términos (restricción y no denuncia, así como libertad para que los libros se encuentren en otros sitios), hemos comprobado que muchas de las denuncias también se dirigen a las bibliotecas públicas. Los datos de 2019 de la ALA indican que el 66% de las denuncias se producen en las bibliotecas (incluyendo las denuncias a todo tipo de material expuesto en estas).

Infografía '¿Quién inicia las denuncias?' de la ALA que explica en porcentajes lo que está pasando

Infografía '¿Quién inicia las denuncias?' Asociación de Bibliotecas de EE.UU.

En contra de las prohibiciones

Hay entidades que llaman a lo que sucede directamente prohibición y censura. ALA cree que se están censurando “libros y recursos que reflejan las vidas de quienes son homosexuales, queer o transgénero, o que cuentan las historias de personas negras, indígenas o de color”. También hemos visto afirmaciones en el sentido de que el número de libros denunciados aumenta. Según los datos de libros denunciados de la ALA no lo han hecho con respecto a 2020, sino que bajan de 2018 a 2019 y el dato de 2021 aún no está disponible.

La directora de la Oficina para la Libertad Intelectual de esta asociación (ALA), Deborah Caldwell-Stone, ha expresado en medios el sentir de los opositores a esta corriente al decir que “los padres no deberían decidir lo que leen los hijos de otros padres”. Holly Eberle, bibliotecaria de Illinois dedicada a libros para adolescentes, opina que Krause, el político de Texas, viola con su propuesta el “principio elemental” de la “dignidad humana”.

También PEN America, una organización de referencia en materia de libertad de expresión, mantiene en su web un apartado de recopilación de noticias contra la prohibición de libros y se ha mostrado específicamente crítica con los acontecimientos de Texas. Igualmente ha sido crítica la Coalición Nacional Contra la Censura (NCAC), expresando su preocupación “por este repentino aumento de la censura y su impacto en la educación, los derechos de los estudiantes y la libertad de expresión”. Con respecto a los profesores, algunos como Anthony Crawdford (Oklahoma) defienden que sus estudiantes “son los que quieren hablar de raza y género, porque estos son los problemas con los que se encuentran en su día a día”.

¿Qué libros son?

En la última lista recogida por el ALA de libros denunciados y prohibidos (de 2020) figuran obras muy populares en el imaginario estadounidense. Por ejemplo, Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, o De ratones y hombres, de John Steinbeck. En años anteriores, aparecía en la lista Harry Potter, de J. K. Rowling, “por hablar de magia y por contener encantamientos”, como te explican en este fragmento de RNE.

Pero la prohibición que ha generado más revuelo es la de Maus, de Art Spiegelman. Este libro, obra gráfica premiada con el Pulitzer, cumplió 30 años en 2021. Su influencia ha sido enorme, y es muy conocida su descripción del Holocausto mediante dibujos donde los nazis son gatos y los judíos ratones.

Muchos de los críticos con los vetos a libros hablan precisamente de McCartismo (una “caza de brujas” de la época de la Guerra Fría contra posibles enemigos) y de nazismo. Paradójicamente, el veto al libro ha supuesto su popularización en las redes, convirtiéndose, en la semana del 7 al 13 de febrero de 2022, en uno de los productos más vendidos en Amazon.

Obras literarias consideradas como clásicas han sido retiradas, como es el caso de Maus. Y aunque muchas de las denuncias llevadas a cabo no siguen adelante, según refleja la propia ALA, la preocupación por los proyectos de leyes que se están impulsando sobre la revisión de libros en colegios y bibliotecas públicas sigue vigente.