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A la venta la lujosa villa romana que alberga el único mural del mundo pintado por Caravaggio

  • La familia que lo vende ha contraído deudas por valor de 700.000 euros por el impago de impuestos
  • El Palacio se ha hecho famoso sobre todo porque en su interior alberga un mural pintado por Caravaggio en 1597

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Se pone a la venta la lujosa villa romana que alberga el único mural del mundo pintado por Caravaggio

Entramos en Villa Aurora donde nos espera su actual moradora. Es Rita Jenrette, la viuda del último principe Ludovisi, Nicolo Buoncompagni Ludovisi. Todos se dirigen a ella con el título de "principessa", aunque en Italia dejaron de reconocerse los títulos nobiliarios cuando se estableció la República.

El Palacio, de seis plantas, se construyó en el siglo XVI y lo compró el cardenal Ludovisi. A partir de él han residido toda una estirpe familiar de nobles, emparentados con la realeza. Hubo hasta siete papas con el apellido Ludovisi. El poder y el dinero permitió a la familia ir añadiendo edificios, y el complejo llegó a ocupar 30 hectáreas. Sus jardines, obra de un conocido arquitecto francés, André Lenotre, eran la envidia de la época. Hoy queda ya poco de aquello, se fueron vendiendo edificios y partes del terreno que hoy conforman, entre otras, la Vía Veneto, una lujosa zona de Roma.

Del antiguo Palacio Ludovisi hoy queda un edificio de 2.800 metros cuadrados. Es el que sale a subasta.

La Villa pertenece a una familia vinculada a la realeza y los Papas

Rita Jenrette nos cuenta que le sorprendió la noticia. Porque ha sido un Tribunal de Roma el que tomó la decisión. La sentencia le llegó en setiembre, y fue, dice, un shock. Reconoce que la familia ha contraído deudas por valor de 700.000 euros por el impago de impuestos, pero no le parece suficiente razón para obligarle a desprenderse del palacio en el que guarda los recuerdos de la vida junto a su marido Nicolo Ludovisi, fallecido hace tres años.

El Palacio se ha hecho famoso sobre todo porque en su interior alberga un mural pintado por Caravaggio en 1597. Eso lo hace único porque el pintor italiano no volvió a hacer ningún otro fresco.

Se encuentra en la primera planta del edificio, en una estancia de menos de tres metros cuadrados. En su momento era un pequeño laboratorio, hoy parece el descansillo de la planta, de hecho, está a la salida de un vetusto ascensor. Mirar al techo es reconocer la firma del gran Caravaggio. La pintura representa a los dioses Júpiter, Neptuno y Plutón, rodeando una esfera que representa al Sol en su órbita alrededor de la Tierra (como sostenían las teorías de la época). Curiosamente apenas se sabía de su existencia hasta 1957.

El edificio sale a subasta a partir de 471 millones de euros

La obra no tiene parangón y ponerle precio ha sido una ardua tarea. Nos lo cuenta Alessandro Zuccari, historiador, de la Universidad de la Sapienza. Le llevó meses catalogar todas las obras de arte de Villa Aurora, un trabajo, asegura, por el que no ha cobrado ni un euro. En el caso del Caravaggio había que poner un precio, lo exigía el Tribunal. Una obra que no se puede trasladar, explica, lo hace más difícil. Y finalmente la tasó en 310 millones de euros. Por poco más, quien puje por Villa Aurora, se quedará con todo el edificio que sale a subasta a partir de 471 millones.

Zuccari nos cuenta qué otras obras contiene el edificio, desde hace unos años bajo la supervisión del estado italiano que se encarga de que nada salga de aquí sin su permiso. Hay 42 esculturas de la época grecorromana. Dos gigantes a la entrada del Palacio, que representan a dos prisioneros de la guerra contra los dacios, datados en el siglo II después de cristo y que, se cree, salieron del Foro de Trajano. Había muchas más pero ya en 1901 el estado compró un centenar de esculturas que hoy pueden visitarse en otros museos.

Para Rita Jenrette, la verdadera obra de arte es el fresco del techo que hay en el vestíbulo. Una obra del pintor barroco, Giovanni Franceso Barbieri, más conocido como "el Guercino", que significa el bizco, porque padecía de estrabismo. La pintura representa a "La Aurora" y es la que ha dado nombre al Palacio. La familia Ludovisi quiso hacer de su Palacio un espacio de arte y fue llenándolo de cuadros, esculturas y relieves. En las paredes cuelga un Picasso, de la serie de palomas que realizó, un Chagall...

Todo forma parte de un conjunto y el nuevo propietario estará obligado a su conservación. La subasta está fijada el 18 de enero de 2022. Si quedara desierta, se repetiría pero bajando un 20% el precio inicial, y así sucesivamente. Lo más probable es que sea el propio estado el que puje por el Palacio y termine convirtiéndolo en un museo. Rita Jenrette, de 71 años, como viuda del último Ludovisi propietario del inmueble tiene reconocido el derecho de usufructo, lo que permitiría seguir residiendo allí. Y esa es, según nos confiesa, su intención, "seguir vivendo en el Palacio el resto de mi vida".