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La vida en los pueblos riojanos en tiempos de pandemia

  • En Nieva de Cameros, este invierno han duplicado el número de habitantes por el coronavirus
  • En los pueblos, la pandemia es más llevadera que en la ciudad porque apenas te encuentras gente por la calle

Por
Paco, vecino de Nieva de Cameros
Vecino de Nieva de Cameros durante el confinamiento

Cada mañana, a las nueve y cuarto, un autobús traslada a los niños de diferentes pueblos de la sierra a la escuela más cercana. Al colegio rural agrupado de Ortigosa de Cameros. Asistir a clase les permite dejar atrás el confinamiento y salir de sus municipios.

¿Qué es eso del coronavirus?

Se lo preguntamos a Zoe. Una niña de cuatro años que estudia en infantil. Aunque la respuesta se la ha pensado un poco, responde que "el coronavirus, mal".

En los pueblos de la sierra hay sensación de tristeza, vacío y soledad

Silvana Sandoval, es algo mayor que Zoe. Lo de estar encerrada en casa lo lleva fatal y si sales, también mal, porque no ves a nadie por la calle.

Regreso al pueblo

Inmaculada Sáenz es la monitora del autobús escolar que lleva a los niños al colegio. También es la alcaldesa de Nieva de Cameros y de Montemediano. Dos pequeños pueblos de la sierra riojana.

Nos cuenta que desde el inicio de la pandemia, la sensación es de tristeza, de vacío y de soledad.

En Nieva de Cameros, este invierno están 45 o 50 vecinos, casi el doble que otros inviernos. Hay familias que están pasando este tiempo de pandemia en el pueblo. Es el caso de Luis Velasco. Nos lo encontramos a la salida de la panadería. Viene de comprar el pan. Luis vivía en Logroño pero desde junio se ha venido a vivir al pueblo. Dice que se va a quedar hasta que se termine la pandemia.

Pocos vecinos, crisis negocios

José Ángel, el carnicero, nos habla del bajón en las ventas. Las restricciones de movilidad han resentido el negocio al que también se acercan vecinos de localidades cercanas. Desde hace unos días, se puede salir de todos los municipios riojanos para ir a comprar a otras localidades. El fin de semana es cuando más jaleo tiene en el mostrador. Por eso, los viernes y sábados prepara hamburguesas.

Un pueblo sin bar no es un pueblo

Los bares también han estado cerrados durante un mes y eso ha entristecido el pueblo. Ramón está contento con la reapertura de su bar, La Chata. Para Ramón, un pueblo sin bar no es pueblo. No llega a ser más que unas casas abandonadas, sin vida social de ningún tipo.

Otro vecino, Gaspar, reconoce que la pandemia es mucho más llevadera en los pueblos que en la capital. Aquí tienes el monte cerca para tomar el aire.

Una de las tareas diarias de Candela, trabajadora municipal, es barrer las calles de este pequeño pueblo riojano. Dice que lo mejor de vivir en Nieva de Cameros es que no tienes el miedo ese de poder juntarte con alguien que te pueda contagiar.

Pendientes de los más vulnerables

Todos los vecinos están pendientes los unos de los otros, sobre todo de los mayores. Los más vulnerables. Las personas que viven solas o los matrimonios de avanzada edad. La alcaldesa, les visita cada día, para que no sufran ansiedad y también para que no les falte de nada.

A Paco nos lo encontramos en la entrada de su casa, Es el más longevo de Nieva con 90 años. Junto a la puerta, acumula leña recién cortada, así que frío, este invierno, no va a pasar. Nos han "chivado" que toca el acordeón. Seguro que con su música todos los vecinos de este pequeño municipio riojano llevan tantos meses de pandemia mucho mejor.