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Coronavirus

El aumento de hospitalizaciones y de ocupación de las UCI anticipa la llegada de una peligrosa tercera ola

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Enfermos en el Hospital público Enfermera Isabel Zendal en Madrid
Enfermos en el Hospital público Enfermera Isabel Zendal en Madrid.

La mano abierta a las restricciones de movilidad en el mes de diciembre, cuando se estaba doblegando la curva la segunda ola de la pandemia, se está cobrando la factura en estos primeros días de 2021. Sube a diario la incidencia en todas las comunidades, se notifican cada día más contagios que el anterior, pero el verdadero indicador del actual empeoramiento se encuentra en los datos de ingresos hospitalarios y ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI).

Los datos muestran que la incipiente vacunación se va a desarrollar en mitad de una tercera oleada de contagios, lo cual no va a ayudar al desarrollo de la campaña de vacunas; una tercera ola cuya gravedad ya están marcando los indicadores de saturación asistencial.

La situación empezó a torcerse ya antes de las vacaciones de Navidad, pero lo seguirá haciendo en los próximos días y, de seguir la tendencia, se mostrará con toda crudeza en la segunda quincena de enero, advierten los expertos en salud pública, cuando empiecen a notarse los efectos de la Nochevieja y de las últimas reuniones familiares en este Día de Reyes.

Por qué la tasa de incidencia no es ahora de fiar

Los contagios suben, es un hecho, pese a los silencios administrativos que genera la concatenación de días festivos sin información oficial. El pasado lunes, después de tres días festivos en torno al Fin de Año, Sanidad notificó 30.579 casos nuevos desde el jueves anterior. El lunes 28, después de Navidad y un fin de semana, habían sido 24.462; es decir, los casos notificados subieron un 25 % en una semana. Sin embargo, la incidencia acumulada subió solo un 10,5%, de 246,19 a 272,22, e incluso bajó siete puntos entre el 1 y el 4 de enero, aunque luego ha saltado 24 puntos en una sola jornada hasta los 296,29 casos a los que se llega este 6 de enero.

En la actualidad, nueve comunidades y Melilla superan el umbral de 250 casos por cada 100.000 habitantes, que se considera de máximo riesgo: Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Extremadura, la Comunidad de Madrid, Murcia y La Rioja.

En todo caso, son cifras que están lejos de los 188 casos de incidencia acumulada que se alcanzaron el 10 de diciembre y que nos acercan más a la situación de noviembre. Desde el punto de vista del control de la curva de la pandemia y de sus evidentes consecuencias sanitarias, diciembre podría considerarse un mes perdido, en el sentido de que se ha perdido el control que se había empezado a tener sobre la evolución de la pandemia.

Hasta que no pasen las fiestas navideñas la incidencia acumulada puede ser un indicador engañoso, por la sencilla razón de que de los últimos 14 días siete han sido festivo o fin de semana, de modo que los centros de salud no han estado abiertos y el ritmo de pruebas diagnósticas se ha frenado.

Bajan las pruebas realizadas, pero hay más positivos

Lo demuestran las estadísticas oficiales sobre los test realizados. Según Sanidad, las comunidades autónomas han reducido el número de pruebas en estas fechas navideñas. Si entre el 18 y el 24 de diciembre se realizaron 975.926 pruebas diagnósticas (651.009 PCR y 324.917 test de antígenos), entre el 25 y el 31 de diciembre se practicaron 770.982 (500.486 PCR y 270.496 test de antígenos), un 20 % menos que la semana anterior.

Se hacen menos pruebas y los festivos retrasan las notificaciones. Y, sin embargo, crece el porcentaje de test que arrojan un resultado positivo de contagio. La positividad es otro indicador de que la situación sanitaria es cada vez más comprometida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica en el 5 % de pruebas positivas el límite de lo que considera tener la pandemia bajo control. En España, la positividad el 5 de enero era del 12,84 %, cuando alcanzaba el 8,82 % una semana antes y era del 8,42% hace un mes, el 4 de diciembre, cuando la incidencia ya estaba escalando.

Las UCI de siete comunidades, en riesgo extremo

La situación hospitalaria es la que más preocupa a las autoridades regionales y sanitarias. La tercera ola de la pandemia podría sorprender a los centros hospitalarios con una ocupación que apenas ha bajado del 20 % de media en las unidades de cuidados intensivos, nada que ver con la situación después del verano. El 11,38 % de las camas hospitalarias están ocupadas por pacientes COVID (la mayor presión asistencial desde el 1 de diciembre, cuando se alcanzó el 11,52 %), y la ocupación es del 23,13 % en intensivos, una cifra a la que no se llegaba desde antes del puente de la Constitución.

Mallorca alcanzó este martes su récord absoluto de ingresados en UCI desde el inicio de la pandemia, con 92 personas en cuidados intensivos. En el archipiélago el gobierno está endureciendo las medidas, entre ellas el toque de queda en la isla de Ibiza.

Siete comunidades autónomas -Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid y La Rioja- están en una situación de riesgo extremo, por tener todas una ocupación en las UCI por encima del 25% tan solo con pacientes con coronavirus.

A día de hoy, en España hay 11.535 personas hospitalizadas por la COVID-19, de las cuales 2.220 requieren cuidados intensivos, es decir, son las que presentan un cuadro clínico más grave y necesitan las plazas que disponen de un equipo -monitorización, respiradores...- y personal especializado para su tratamiento.

Y el saldo es creciente. En las últimas 24 horas se han producido 420 ingresos más de pacientes con COVID que las altas a este tipo de enfermos. La ocupación está en valores de hace un mes, pero entonces la tendencia era decreciente y ahora se está en una paulatina cuesta arriba, décima a décima, que vaticina una dura cuesta en enero.

El incremento de la movilidad desde aquel primer período festivo amenaza con recrudecer la situación. Las pistas de que la situación epidemiológica empeora son diarias. Este martes Castilla, y León ha registrado 835 casos nuevos de COVID, más del doble que el día previo, cuando se apuntaron 382 contagios.

En consecuencia, aumentan las restricciones en las comunidades autónomas para tratar de frenar el aumento de contagios de la COVID-19. Entre las primeras en anunciar un endurecimiento de las medidas está Cataluña, que volverá a un cierre perimetral en sus municipios entre el 7 y el 17 de enero, cierra centros comerciales y solo permitirá que los fines de semana se abran los establecimientos esenciales. También Murcia, que el lunes aumentó a nueve las poblaciones con cierre perimetral (Abanilla, Fortuna, Jumilla, La Unión, Las Torres de Cotillas, Los Alcázares, San Pedro del Pinatar, Santomera y Villanueva del Río Segura) y cerrará en ellas el interior de bares y restaurantes hasta al menos el 12 de enero.

En especial, Extremadura, la Comunidad Valenciana y La Rioja están tomando nuevas medidas en medio de lo que ya se considera la tercera ola de la pandemia, que, en palabras de la consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, puede ser "la peor de las tres".

Varias comunidades aumentan de nuevo las restricciones

La Comunidad Valenciana prolongará hasta el 31 de enero el cierre perimetral de la región, y confina otros 26 municipios, además de adelantar el toque de queda nocturno a las 22:00 horas. Parecidas medidas se toman en La Rioja, que también mantendrá el confinamiento perimetral hasta el 31 de enero, adelanta el toque de queda a las 22:00 horas y prohíbe las reuniones de más de cuatro personas no convivientes

Extremadura, que en tres semanas ha multiplicado por cuatro su incidencia acumulada y se ha convertido en la región con la mayor de España, usa este indicador para endurecer las medidas en las poblaciones que tengan una tasa superior a 500 casos, a las que ordenará cerrar los establecimientos de hostelería y restauración, el comercio no esencial y los espectáculos y ocio.

Pero más allá de los contagios, las autoridades temen los efectos de una tercera ola con los hospitales saturados y en pleno invierno, cuando crecen las interacciones sociales en espacios cerrados. Así, con una incidencia acumulada de nuevo por encima de 200 casos, aunque menos que la media nacional, Castilla y León pedirá un nuevo confinamiento domiciliario de entre 10 y 14 días en el próximo Consejo Interterritorial de Salud. Lo hace porque sus UCI están ocupadas al 42 %, con 140 hospitalizados en unidades de críticos. En concreto, el complejo asistencial universitario de Palencia tiene su UCI al 90 % con 18 pacientes graves con coronavirus.

"Está subiendo sola la incidencia acumulada, es importante volver a reiterar la necesidad de confinamiento inteligente a todos los ciudadanos, legalmente no podemos obligar a que se queden en sus casas, pero sí recomendar que lo hagan, que se junten lo mínimo, limiten la actividad social", ha aseverado la consejera de Sanidad de Castilla y León.

El mapa que se muestra al principio de esta información muestra que las comunidades que están tomando estas nuevas medidas coinciden en su mayoría con aquellas con una mayor presión hospitalaria. Quizá hay que seguir recordando que las restricciones y la responsabilidad, tanto pública como privada, persiguen un objetivo que trasciende el manido de salvar la Navidad. Siempre se ha tratado de salvar vidas.