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Trump presionó a las autoridades electorales de Georgia para anular la victoria de Biden

  • En una conversación telefónica, el presidente saliente de EE.UU. pide al secretario de estado de Georgia "encontrar 11.780 votos"
  • La vicepresidenta electa, Kamala Harris, ha calificado de "abuso de poder descarado" las maniobras de Trump

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Trump presionó al gobierno de Georgia para revertir el resultado de las elecciones

El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió al secretario de estado de Georgia "encontrar" los votos que sean necesarios para anular la victoria en ese estado del mandatario electo, el demócrata Joe Biden, según una conversación revelada este domingo por The Washington Post.

En la conversación, de más de una hora, Trump presiona a Brad Raffensperger, máxima autoridad electoral de Georgia y también republicano, para "volver a calcular los votos". Ante la negativa de este, el aún presidente le amenaza con llevarle ante la justicia y presentar cargos criminales en su contra. Le avisa también de que está corriendo un "gran riesgo" al no aceptar sus peticiones.

"La gente de Georgia está enfadada, la gente del país está enfadada (...) Y no hay nada malo en decir, ya sabes, que te han fallado los cálculos", se oye decir a Trump en una de las grabaciones de The Washington Post.

Ante ello, Raffensperger responde: "Bueno, señor presidente, el desafío que usted tiene es que sus datos están mal". En otro momento de la conversación, Trump es más directo y dice: "Mira, lo que quiero es encontrar 11.780 votos, que es uno más de lo que tenemos, porque hemos ganamos ese estado".

Trump hace referencia esa cifra porque Biden le ganó por 11.779 votos en el estado sureño de Georgia, que contribuye con 16 votos al Colegio Electoral, el órgano encargado de elegir al presidente estadounidense.

Victoria ajustada de Biden en un estado clave

En diciembre, las autoridades de Georgia certificaron la victoria de Biden, que fue el primer demócrata en ganar en ese estado desde que en 1992 lo hiciera Bill Clinton (1993-2001). Desde ese momento, estas autoridades han tenido que soportar las presiones del mandatario, que no reconoce su derrota al alegar sin pruebas que hubo fraude.

Trump ha presentado decenas de demandas fallidas para cuestionar sin pruebas el resultado en varios estados clave donde ganó Biden, y también ha presionado a funcionarios estatales, incluidos los de Georgia, para que manipularan lo votado por los estadounidenses. La victoria de Biden se hizo definitivamente oficial el pasado 14 de diciembre, cuando la confirmó el Colegio Electoral de EE.UU.

Sin embargo, Trump se ha mantenido firme en su desafío a las elecciones y tiene la esperanza de revocar el resultado el 6 de enero, cuando las dos cámaras del Congreso se reúnan para ratificar la victoria de Biden, en un gesto simbólico que ha ganado mayor importancia por la oposición del mandatario.

Georgia se ha convertido en un estado clave para el futuro de EE.UU. en el corto plazo.

El 5 de enero se celebrarán unas elecciones en las que se elegirán a los dos senadores que corresponden a ese estado en el Senado, algo que servirá para decidir qué partido tiene la mayoría en esa cámara.

Críticas a un "nuevo Watergate"

No han tardado en llegar las críticas a este nuevo escándalo, que algunos ya comparan con el caso Watergate. En redes sociales ya se ha bautizado como "#Georgiagate", en referencia al célebre caso de espionaje, y ya ha provocado un terremoto político en Washington, pero la mayoría de los miembros del Partido Republicano guardan silencio.

Precisamente desde Georgia, la vicepresidenta electa Kamala Harris ha calificado de "abuso de poder descarado" estos intentos de manipular el voto por parte de Trump. "Es la voz de la desesperación", ha afirmado sobre la grabación en un mitin desde Savannah.

La revelación se produce, además, mientras al menos 12 senadores y cien legisladores republicanos planean oponerse a la ratificación del triunfo del presidente electo, Joe Biden, durante la sesión del Congreso del 6 de enero programada con ese objetivo.

Esa estrategia está abocada al fracaso y no logrará impedir que el Congreso confirme el triunfo de Biden, pero sí asegurará una votación sobre el triunfo del presidente electo y un largo debate, que podría extenderse hasta la madrugada del 7 de enero.