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Cambio climático

La capacidad de la biodiversidad forestal para mitigar las emisiones de CO2 podría perderse con el cambio climático

  • Los árboles eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera y ayudan a controlar el calentamiento global

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Bosques como los de la Amazonía son los más amenazados por la deforestación y los incendios.
Bosques como los de la Amazonía son los más amenazados por la deforestación y los incendios.

Un estudio publicado este viernes en Nature Communications por investigadores de la Universidad de Ginebra desvela cómo la biodiversidad forestal, a pesar de ser un factor determinante en la lucha contra el cambio climático en extensas zonas del planeta, podría ser poco relevante en otras como las taigas o los bosques tropicales secos. Allí, la capacidad de almacenar carbono parece no depender tanto de la diversidad, sino de otros aspectos como la abundancia de especies bien adaptadas.

Hasta ahora, la idea más arraigada sostenía que aumentando la variedad de especies vegetales en los bosques, se incrementaba también la capacidad de almacenar carbono, pero el nuevo trabajo científico cuestiona este principio y sostiene que solo se cumple en los hábitats más productivos del mundo, como los bosques lluviosos de la Amazonía, los bosques tropicales húmedos de Centroamérica o de África, e incluso algunas zonas templadas, como la Cordillera Cantábrica en España.

Se da la coincidencia de que en estas zonas del planeta es donde la deforestación y los incendios forestales inducidos por el hombre han devastado más superficie virgen y han determinado más extinciones de especies, lo que pone en serio peligro la capacidad de la biodiversidad forestal para mitigar las emisiones de CO2 .

Además, el calentamiento global está estresando estos bosques a través de temperaturas medias anuales más altas, sequías más duraderas y fenómenos meteorológicos más frecuentes y extremos.

“El aumento del estrés climático en los bosques más productivos del planeta podría reducir o incluso anular la contribución que tiene la diversidad para combatir el cambio climático a través de su efecto positivo sobre la abundancia” señala Markus Stoffel, profesor e investigador de la Universidad de Ginebra.

Papel mitigador de los bosques

Los árboles y los bosques eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera y lo convierte en compuestos orgánicos durante la fotosíntesis, que luego almacenan en forma de madera, un proceso conocido como "secuestro de carbono". Sin embargo, no todos los bosques tienen la misma capacidad para capturar y almacenar carbono.

Durante las últimas décadas, las principales investigaciones han sugerido que los bosques más diversos (es decir, los que tienen más especies de árboles) pueden almacenar más carbono a través de una agrupación más densa de árboles que compiten menos porque son más diferentes entre sí.

Curiosamente, la idea opuesta también parece posible: una mayor cantidad de árboles por unidad de superficie pueden aumentar la probabilidad de tener más especies.

"Más especies no siempre implica más árboles"

El estudio, liderado por Jaime Madrigal González, investigador del Instituto de Ciencias Ambientales de la Universidad de Ginebra, ha establecido cuál de estas hipótesis es más probable en términos generales y bajo qué condiciones climáticas una de ellas es más probable que la otra. La pregunta se ha abordado utilizando datos de inventarios forestales tomados de bosques naturales ubicados en los cinco continentes.

“Más especies no siempre darán como resultado más árboles en un bosque”, afirma Madrigal González, quien explica que esta relación solo parece prevalecer en las regiones forestales más productivas del planeta, básicamente restringidas a los bosques lluviosos ecuatoriales y tropicales, así como a algunas zonas templadas como los bosques naturales que pueblan la Cordillera Cantábrica del norte peninsular español.

Por el contrario, en los bosques ubicados en las regiones más frías o secas del planeta, aparentemente es la abundancia, promovida por la productividad, la que asegura el almacenamiento de carbono, lo que no resta importancia a la necesidad de conservar la biodiversidad.

Gran importancia práctica

Los hallazgos de este trabajo científico tienen una gran importancia práctica, ya que pueden guiar la toma de decisiones que definan estrategias de mitigación del cambio climático basadas en la naturaleza. Así, aconsejarían la promoción de la biodiversidad para alcanzar los objetivos climáticos definidos en el Acuerdo de París en determinadas zonas del planeta, pero no necesariamente en otras.