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Coronavirus

Merkel advierte de una "etapa seria" de la pandemia y acuerda fórmulas para evitar el "aumento descontrolado" de casos

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Alemania endurece las restricciones contra la COVID-19

La canciller alemana, Angela Merkel, ha advertido que estamos ante una "etapa seria" de la pandemia y ha consensuado este miércoles con los poderes regionales medidas de alerta rápida, destinadas a "no rendirse al virus" y a permitir una actuación más efectiva para evitar un "aumento descontrolado" de contagios y un nuevo cierre de la vida pública.

Además, ha agregado que "lo que hagamos en los próximos días será decisivo".

El objetivo de la reunión de la canciller y los líderes de los "Länder" (estados federados) era consensuar medidas comunes, en un país donde corresponde a los poderes regionales implementar esas medidas y donde hay profundas divergencias entre aquellos de mayor o menor incidencia de contagios.

"No podemos rendirnos al virus, tenemos que combatirlo", ha afirmado Merkel tras más de ocho horas de reunión. Resultado de ella -la primera presencial, tras meses de encuentros presenciales- fueron una serie de medidas de actuación rápida, pero también el aplazamiento en el espinoso tema de prohibir las pernoctaciones de ciudadanos de zonas de riesgo en el resto del país.

Apela a combinar "responsabilidad individual" con la actuación política

A punto de entrar en el invierno, se impone combinar la "responsabilidad individual" con la actuación política, ha afirmado Merkel. Es importante "limitar los contactos" y actuar "en función de la dinámica" de la pandemia, ha explicado la canciller, para lo que deberán revisarse los resultados de esas actuaciones cada diez días.

También ha habido consenso en fijar dos escalas de incidencia. Así, a partir de una incidencia de 35 casos por 100.000 habitantes y en 7 días se extenderá el uso obligatorio de la mascarilla ahí donde no se pueda mantener la necesaria distancia personal.

A partir de 50 infecciones, por ese mismo cómputo de ciudadanos y plazo, se cerrará la vida nocturna a las 23.00 horas, lo que incluye la prohibición del consumo de alcohol; quedan asimismo prohibidas las fiestas o reuniones de más de diez personas, ampliable a más, en caso de núcleos de convivencias en uno o dos hogares.

Merkel ha dejado clara su insatisfacción por no haber logrado el consenso para la prohibición, o no, de pernoctaciones para los viajeros procedentes de zonas consideradas de riesgo -es decir, con más de 50 contagios semanales por 100.00 habitantes, de acuerdo al criterio del Instituto Robert Koch (RKI), competente en la materia-.

Actualmente hay más de cuarenta distritos o ciudades clasificadas como zona de riesgo -incluido Berlín, Múnich y otros núcleos urbanos-. Se estima que la prohibición de hospedaje afectaría a unos 14 millones de ciudadanos, del total de 83 millones de habitantes de Alemania.

Varios "Länder" han emitido ya ese veto la semana pasada, mientras que otros o no lo aplican o no lo han adoptado. Había muchas presiones por lograr una armonización y evitar el desconcierto actual tanto de los ciudadanos como del propio sector hotelero, ante unas cifras que van en aumento y varían día a día.

Las posturas son tan divergentes que no se ha logrado, ha admitido Merkel; la cuestión ha quedado aplazada a una reunión posterior, el 8 de noviembre, pasadas las vacaciones escolares de otoño.

El pulso entre el consenso y los poderes regionales

La atención está centrada en ese punto, lo que se veía como un pulso entre la capacidad de lograr consensos de Merkel y los criterios específicos de cada "Land".

Todo ello, en un momento de alarma ante el aumento continuado de contagios. Alemania registró este miércoles 5.132 nuevos contagios de coronavirus, el nivel más alto desde el mes de abril.

El país de mayor peso demográfico de la Unión Europea se acerca así al pico de contagios registrados entre finales de marzo y principios de abril, con unos 6.000 diarios.

Especialmente alarmante es la situación de las grandes ciudades, en muchas de las cuales -incluido Berlín- la semana pasada se rebasó la media de los 50 contagios por 100.000 contagios y siete días.

Tanto Merkel como los líderes regionales quieren evitar a toda costa el cierre parcial de la actividad económica. En Alemania no se han adoptado medidas de confinamiento de la población, aunque sí se restringió durante meses la vida pública y la actividad escolar.

La economía no se hunde pero la recuperación se retrasa

La pandemia ha tenido en Alemania efectos menos devastadores que en otros países europeos, especialmente en lo que concierne al factor humano. Desde el comienzo de la pandemia, en Alemania se confirmaron 334.585 contagios, con 9.677 víctimas mortales.

El impacto económico ha sido fuerte, aunque sin llegar a términos catastróficos. Pero la recuperación se demorará, incluso si se consigue evitar un cierre de la vida pública.

Los principales institutos económicos presentaron este miércoles sus pronósticos revisados respecto a los elaborados en primavera. En sus nuevas previsiones dejan claro que la recuperación no llegará hasta finales de 2021.

"La recesión este año será menos dramática que lo que se esperó inicialmente y el año próximo podemos esperar una fuerte recuperación", ha afirmado el ministro de Economía, Peter Altmaier.

"Todo eso, bajo el presupuesto de que las cifras de nuevos contagios no aumenten de forma incontrolada y que podamos evitar una segunda desactivación de la vida pública", ha añadido.