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Mario Casas: "Me interesa estar todo el rato en la cuerda floja"

  • El actor protagoniza No matarás, thriller de David Victori
  • Con la participación de RTVE en la producción, se estrena el 16 de octubre en salas

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Mario Casas, protagonista de 'No matarás'
Mario Casas, protagonista de 'No matarás'

Dice Mario Casas que Marlon Brando es “el más grande” y hay que reconocer que comparte con la leyenda estadounidense la afición a interpretar personajes que experimentan todo tipo de sufrimientos físicos. No matarás, que llega a los cines, no es una excepción: da vida a un apocado y noble tipo común que, en un golpe de mala fortuna, se sumerge en una noche de pesadilla rodeado de personajes turbios.

El thriller, debut en el largometraje del premiado cortometrajista David Victori, es un ejercicio de estilo puro: durante 90 minutos la cámara permanece pegada a Casas con largos planos secuencias, en un ejemplo más de la tendencia audiovisual actual a jugar con el tiempo real que se convierte en una experiencia absorbente para el espectador.

RTVE.es estrena el tráiler de 'No matarás', el nuevo 'thriller' de Mario Casas

“Ha sido en ese sentido la película más asfixiante, con la cámara pegada al cuello, un seguimiento constante de mi trabajo”, recuerda sobre el rodaje. “Llega un momento en el que te olvidas y te conviertes en lo que está pasando. La película tiene algo fresco y empatizas bastante”.

Rodada en su mayor parte en escenas nocturnas en Barcelona, Casas recuerda que algunas tomas duraban más de 45 minutos. El actor interpreta a Dani, un hombre retraído que ha dedicado sus últimos años al cuidado de su padre enfermo. Cuando prepara la vuelta al mundo que siempre soñó, se cruza con Mila (Milena Smit), una oscura joven que le arrastra a un descenso a los infiernos y le enfrenta a decisiones morales que jamás imagino.

El actor taquillero con fobia a encasillarse

Tras ganar peso en Bajo la piel del lobo, virar al otro extremo de la báscula en El fotógrafo de Mauthausen, interpretar con acento andaluz de Adiós, o a un psicópata en silla de ruedas en El prácticante, Casas vuelve a girar 180º. “Salir de la zona de confort es salir del personaje que acabo de hacer o ya he hecho y entendido”, explica. “Me gustan las carreras de Javier Bardem, Jake Gyllenhaal, Shia Labeouf. Tom Hardy o Joaquin Phoenix: está en constante descubrimiento, tirándose a la piscina y a mí me interesa mucho estar en la cuerda floja”.

Es, quizá, el único actor español con un fenómeno fan detrás que arrastra público a las salas, pero plantea su carrera como un reto constante. “Tengo 34 años, soy joven, pero me parece que poco a poco estos últimos años puedo aportar más matices a los personajes. Me conozco más, he visto más cine y televisión, y eso me lleva cada vez más a retarme a mí mismo”.

Si no confort, está claro que Casas se hace cada vez más reconocible en el drama y la acción (Carne de neón, Grupo 7, Toro, Adiós), aunque se considere a sí mismo “muy payaso”, una vena exprimida sobre todo por Alex de la Iglesia (Las brujas de Zugarramurdi, El bar).

Con Adiós se situó como uno de los favoritos para las nominaciones a los Goya. ¿Siente cada vez más reconocimiento? “Lo que noto es mucho respeto, ya no solo dentro de mi profesión que siempre lo ha sido así, sino con la gente en la calle, que me dan su opinión de lo que les gusta o no: después de 15 años de carrera, te das cuenta de que te conocen como actor, y eso para mí es el mayor premio que puedas tener”.

"Hay que intentar llevar gente a las salas"

El actor salió del confinamiento directamente a un rodaje. “Tuve la suerte de retomar una serie y fue mi primera toma de contacto con la sociedad: pruebas PCR, tomas de temperatura, equipo con mascarillas y distancia: parecía una película de ciencia-ficción. Es admirable el trabajo que se hace para que los rodajes sean seguros”.

Casas vive la pandemia “con algo de desconcierto” y no acaba “de entender muchas cosas”, pero le preocupa la industria cinematográfica. No matarás forma parte de esas películas que se lanzan a las carteleras en un contexto de contención en el que muchas distribuidoras aguantan sus estrenos más potentes.

“Hay que intentar seguir llevando gente al cine, pero es complicado porque las películas se van retrasando. La decisión de estrenar es valiente, pero hay que llevar gente porque si no ¿qué va a pasar con las salas y con las películas?”, se pregunta.