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Coronavirus

Los empleados ven con escepticismo la eficacia temprana de la ley del teletrabajo, pero creen que da "un primer paso"

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El teletrabajo es ya una opción para millones de españoles

Pocas veces hay consenso cuando se pregunta a la ciudadanía sobre la conveniencia de una nueva ley, algo que sí parece haber despertado la normativa que regulará el teletrabajo en España. Hay dudas sobre la forma en la que finalmente se aplicarán las nuevas medidas y discrepancias acerca de cuáles son las prioridades, pero en lo que coinciden muchos empleados es en que sentar las bases de este modelo laboral es “oportuno” y “necesario”.

Otra cosa muy distinta es que sean optimistas en cuanto al tiempo de aplicación que demandará la normativa hasta convertir lo que solo es teoría en un sistema de trabajo con cierto arraigo.

Las claves de la ley del teletrabajo, derechos y obligaciones

“Yo creo que es un punto a favor que se regule el teletrabajo, pero queda mucho camino. No hay cultura digital en España y la gente sigue prefiriendo el modelo presencial. No se trata de que te pongan una silla en tu casa y trabajes desde ahí...”, señala a RTVE.es Marce, que trabaja en el área de marketing digital en una empresa de seguros.

En su opinión, lo que este martes ha aprobado el Gobierno es un “boceto” que valdrá para dibujar un escenario futuro que todavía le parece lejano.

“Según la ley, el teletrabajo será flexible y voluntario, pero es que hay muchos trabajadores que consideran que sí pueden trabajar desde casa y sus jefes dicen que no. La ley este punto no lo soluciona”, subraya Marce, que a lo largo de su vida ha trabajado en diferentes empresas tecnológicas en las que apuestan de manera firme por una modalidad de trabajo que, cree, podría ser muy beneficiosa para todas las partes implicadas.

Ven bien que se fije un mínimo de jornadas presenciales

Así lo ven también el resto de trabajadores consultados, quienes creen que esta nueva ley es “un primer paso” hacia una transformación que, por lo pronto, repercutirá de manera positiva en el medioambiente.

“El teletrabajo me parece una de las pocas cosas positivas que ha traído la pandemia. Sobre todo, porque en términos de movilidad reduce el impacto del CO2 y descongestiona las ciudades. Es algo fundamental en términos de sostenibilidad, así que esta ley, a priori, la recibo con alegría”, destaca Lara, que se dedica a la comunicación cultural y que teletrabaja desde el inicio de la crisis sanitaria.

El teletrabajo me parece una de las pocas cosas positivas que ha traído la pandemia

Sobre el papel, ella ve acertadas las medidas, aunque incide en que será necesario buscar un “equilibrio” para que tanto a los empresarios como a los empleados le resulte atractivo consumar un acuerdo y finalmente haya un “win-win”.

“Lo que creo que sí es importante es ir al menos unos días a la oficina. Es fundamental el contacto entre compañeros y el intercambio presencial”, dice Lara, que, al igual que otros trabajadores, ve razonable que se fijen un mínimo de jornadas presenciales.

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Discrepancias en cuanto a los gastos

Quizá la medida que genera más dudas es la que tiene que ver con el gasto derivado del teletrabajo, que deberá ser "sufragado o compensado por la empresa", y que "no podrá suponer la asunción por parte de la persona trabajadora de gastos relacionados con los equipos, herramientas y medios vinculados al desarrollo de su actividad laboral".

Si bien este punto es valorado de manera positiva por la mayoría de los empleados, hay algunos que lo consideran prioritario y otros que lo ven como un obstáculo para las empresas.

“Yo llevo meses diciéndolo. Se tienen que pagar, al menos, los gastos de luz y de internet y habilitar una silla de oficina. Todo lo que durante años se nos ha dicho en los cursos de prevención de riesgos sobre cómo tenían que ser los puestos de trabajo para que no perjudiquen a la salud del trabajador de repente se nos ha olvidado”, señala Andrés, un docente que desarrolla el grueso de su actividad laboral en un centro privado.

Él recalca que el teletrabajo “no le puede salir gratis a las empresas” y ve bien que la compensación se determine por medio de convenio colectivo o del acuerdo que habrá que firmar entre la empresa y la representación legal de las personas trabajadoras.

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En cambio, otros trabajadores ven más relevantes “otras reivindicaciones”.

“Yo creo que los sindicatos tal vez no deberían ahora mismo estar insistiendo tanto en que las empresas paguen ciertos gastos de luz y de este tipo de cosas. Esa puede ser una buena reivindicación, pero más adelante, porque a lo mejor por pedirlo en este momento hay empresas que lo dificultan más. Aunque uno se tenga que pagar la luz, ahorras mucho en tiempo y en transporte, por ejemplo. Seguramente el trabajador, pese a tener que afrontar ese gasto, ahorre”, comenta Lorenzo, que se dedica al sector editorial.

Las empresas no son tontas y al final no les va a suponer más dinero el teletrabajo

A su juicio y teniendo en cuenta que estamos “en el inicio”, las peticiones tendrían que centrarse en medidas que garanticen la desconexión digital y el cumplimiento "estricto" de los horarios.

Las empresas no son tontas y al final no les va a suponer más dinero el teletrabajo. Si supieran que tienen un tercio menos de trabajadores, podrían reducir dinero en alquiler o en equipos, pero esto no va a pasar si el empleado tiene la opción de decidir si ir o no a la oficina porque tienen que seguir los recursos disponibles”, señala Marce, que se muestra bastante negativo en lo relativo a este punto. Él cree que el empleado será siempre “el perjudicado".

Piden que se apueste por una flexibilidad real

Por otro lado, el texto permite a las empresas adoptar las medidas de vigilancia que consideren convenientes para verificar que el trabajador cumple con sus funciones, aunque siempre respetando "su dignidad" y teniendo en cuenta la capacidad real de los trabajadores con discapacidad para cumplir con sus obligaciones y deberes.

Se relajan los requisitos de registro horario respecto a lo previsto inicialmente, pero se seguirá exigiendo que la fórmula elegida refleje "fielmente" el momento de inicio y finalización de la jornada y de los tramos de actividad.

"Teletrabajando yo procuro que mi jefe se dé cuenta de que tengo actividad porque es mucho más difícil demostrar que eres productivo. Durante el confinamiento, lo di todo para que se viera que, aunque estaba en casa, trabajaba sin parar", revela Lara, que entiende que las empresas tengan que establecer estas medidas de control. Sobre todo, dice, teniendo en cuenta que España es "muy tradicional" y la flexibilidad real la ofrecen muy pocas empresas.

Esto último es lo que Marce cree que hay que revertir. Él cree que no se trata de trasladar la oficina al domicilio y convertir los fichajes presenciales en fichajes digitales, sino en permitir que los empleados puedan gestionar su tiempo y trabajar por objetivos. "De la forma actual, no se anima a la gente a que teletrabaje", opina.

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Los empleados públicos, a la espera de regulación específica

Aunque la nueva ley de trabajo a distancia no será de aplicación para el personal laboral al servicio de las Administraciones Públicas, RTVE.es también ha conversado con varios trabajadores públicos que subrayan la necesidad de agilizar la regulación específica en la que trabaja el Gobierno con los agentes sociales.

“Las administraciones públicas, igual que las empresas, tienen que hacer una inversión para facilitar recursos a quienes trabajen desde casa. No nos han dado equipo, ni un teléfono ni un ordenador. Hemos trabajado con nuestros portátiles y nuestros teléfonos y hemos estado disponibles las 24 horas”, comenta José, un empleado público ligado al sector cultural que ha podido teletrabajar hasta hace pocas semanas y al que le gustaría poder seguir haciéndolo.

Como le ocurre a otros trabajadores, a él le resulta “más productivo” realizar sus tareas --que no son de trato al público sino de gestión-- desde casa, y cree que optar por este modelo, siempre que se pueda, sería lo “idóneo”, a tenor de los datos epidemiológicos.

Lo mismo opina Inmaculada, que, desde julio, trabaja de forma presencial en la sede de la Xunta de Galicia pese a que “el 90% del trabajo” que realizan estos empleados públicos, dice, se podría hacer telemáticamente.

“Desde hoy, todos los que disfrutaron de teletrabajo en la Xunta por tener hijos o mayores al cargo han tenido que reincorporarse a su puesto, con lo que conlleva: pasillos llenos, autobuses interurbanos llenos al 100% porque viene mucha gente de A Coruña, Ourense, Vigo…”, critica Inmaculada.

Al margen de lo que establezca la regulación específica para la Administración Pública, ella intuye que la mayoría de los empresarios de la empresa privada prefieren la presencialidad, “y más si van a tener que gastar dinero”. “Yo veo complicado que una vez pase la pandemia las empresas vayan a optar por este método”, lamenta.