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Australia declara el estado de desastre en las principales zonas afectadas por incendios

  • Este nuevo estatus otorga más poderes a las fuerzas locales para hacerse con propiedades privadas y ordenar evacuaciones
  • Son ya 26 vidas las que se han cobrado los incendios desde el año pasado, el más caluroso y seco de la historia de Australia

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Los bomberos trabajan en las tareas de extinción de un incendio en la ciudad de Moruya
Los bomberos trabajan en las tareas de extinción de un incendio en la ciudad de Moruya.

El estado de Victoria, al sureste de Australia declarado por los sucesivos incendios forestales que llevan asolando a todo el país desde septiembre del año pasado. Las autoridades de la zona han advertido a sus habitantes de que se hace necesaria su evacuación antes de que la situación -ya complicada de por sí- empeore en los próximos días, como lleva sucediendo desde hace semanas.

Este nuevo estatus supone la otorgación de más poderes a las fuerzas locales para así tomar posesión de propiedades privadas y ordenar evacuaciones. La decisión fue adoptada ante la previsión de un aumento de las temperaturas hasta los 40 grados y fuertes vientos que podrían agravar la veintena de focos activos.

"Es difícil predecir lo complicado que serán los próximos días, pero con tantos incendios en el terreno, con un frente de fuego tan extenso, calor y fuertes vientos, hay muchas razones para pensar que tendremos más fuego hoy, mañana y potencialmente el fin de semana", dijo a la prensa el jefe de gobierno de Victoria, Daniel Andrews.

Otros estados continúan en alerta

Las llamadas a las evacuaciones se han intensificado en la zona alpina y en el municipio de East Gippsland, en el sureste de Victoria, donde los fuegos han causado tres muertos y han calcinado 244 casas desde principios de año.

No es la única área que ha tomado medidas ante las pesimistas previsiones decretadas no ya para los próximos días, sino horas. Por ejemplo, en Kangaroo Island, la tercera isla más grande de Australia, las autoridades recomendaron a los residentes de la localidad de Vivonne Bay refugiarse en campamentos asignados para protegerse del fuego, que en ese municipio ha causado dos muertos y ha quemado 160.000 hectáreas.

Por otro lado, en el estado de Nueva Gales del Sur, el más afectado por las llamas, unos 2.500 bomberos trabajan para contener unos 122 incendios, la mitad de ellos fuera de control.

Las consecuencias de estos sucesos supone hablar de millones de dólares

El gobierno estatal anunció 1.000 millones de dólares australianos (619 millones de euros) para la reconstrucción de las comunidades afectadas, que se añaden a los 2.000 millones de dólares australianos (1.236 millones de euros) que anunció esta semana Scott Morrison.

Son ya 26 vidas las que se han cobrado los incendios desde el año pasado, 20 de ellos en Nueva Gales del Sur, donde también hay 1.870 de las más de 2.000 casas que se han quemado en todo el país.

La catástrofe comenzó en primavera, antes de lo que se preveía, en un año catalogado como el más caluroso y seco en Australia, según un informe de la Oficina de Meteorología del país. "Desafortunadamente la previsión no indica una vuelta generalizada de condiciones más húmedas que la media en las partes afectadas por la sequía y los incendios del este de Australia", alertó Karl Braganza, jefe de la oficina de vigilancia climática del organismo.