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Informe Reporteros Sin Fronteras

Los asesinatos de periodistas caen a su cifra más baja desde 2003 y México se sitúa como país en paz más mortífero

  • Se invierte la tendencia y mueren más periodistas en países en paz que en zonas de conflicto
  • Todos los periodistas han sido asesinados en sus propios países, según el informe anual de Reporteros sin Fronteras

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Cruces y flores en protesta por los asesinatos de defensores de Derechos Humanos y periodistas en Ciudad de México
Cruces y flores en protesta por los asesinatos de defensores de Derechos Humanos y periodistas en Ciudad de México.

Los asesinatos de periodistas en el mundo, 49 en 2019, han bajado un 44% en comparación con el año anterior y descienden a su cifra más baja desde 2003, según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras, que sitúa a América Latina como la región más letal para la prensa, con México como el país en paz más mortífero.

Además, según el informe de la ONG, se ha producido un cambio de tendencia y hay más muertes de periodistas en países en paz (un 59%), que en zonas de conflicto (un 55%).

Por primera vez, todos los periodistas asesinados han sido víctimas en sus propios países, ya que ninguno realizaba una cobertura como corresponsal en un país extanjero.

México, con diez periodistas asesinados en 2019, es el país en paz más letal, y Siria, el país en conflicto con más asesinatos de periodistas, también diez, que sin embargo supone el menor número de casos desde que comenzó la guerra, hace más de ocho años.

RSF denuncia "la tasa de impunidad" en México

Además, según denuncia la ONG, la probabilidad de que los autores intelectuales de los asesinatos de periodistas en México sean juzgados "es casi nula", teniendo en cuenta que "la tasa de impunidad" en ese tipo de delitos contra los informadores "supera el 90%".

El informe hace hincapié en "la ineficacia de las autoridades mexicanas" ante esta situación como lo ha puesto de nuevo en evidencia el asesinato de Norma Garabia, en el estado de Tabasco, tras solicitar sin éxito protección al recibir amenazas por sus artículos sobre la corrupción policial. También el de Francisco Romero Díaz, a pesar de que en su caso sí se beneficiaba de medidas de seguridad.

Para la ONG, Honduras -donde dos periodistas han sido asesinados "fríamente" y "a plena luz del día" en 2019- también está "superada por la corrupción y el crimen organizado" y Colombia -donde murió el documentalista Mauricio Lezama- se ve confrontada de nuevo a los "viejos demonios" de la violencia.

Reporteros indica que más allá de los 14 asesinatos registrados oficialmente en su informe, la situación en Latinoamérica es tal vez peor de lo que dejan entrever esas cifras porque otros 10 periodistas han sido asesinados en Brasil, Chile, México, Honduras, Colombia y Haití, pero de momento no se han contabilizado porque se están haciendo verificaciones.

Menor actividad de prensa en Yemen y Afganistán

A parte de la situación en esa región, lo que verdaderamente ha marcado el descenso de los asesinatos de periodistas en el mundo es la evolución de los conflictos en Oriente Medio y en primer lugar de Siria, donde hubo 11 muertos en 2018 y donde se había llegado a cifras de 64 en 2012 y 69 en 2013.

En Yemen también ha disminuido en 2019 el número (2 en lugar de 8 en 2018), lo que para RSF pone en evidencia sobre todo una menor actividad de los periodistas locales y no una menor virulencia de los combates.

De hecho, la realidad es que "cada vez menos periodistas yemeníes pueden ejercer su profesión en condiciones aceptables de seguridad".

Algo parecido ocurre en Afganistán, donde "la cobertura mediática se ha reducido igualmente", y solo quedan la mitad de corresponsales extranjeros en Kabul de los que había en 2014. Allí han muerto cinco profesionales de la información este año, frente a 16 en 2018 y 15 en 2017.

Aumentan un 12% los periodistas encarcelados por su profesión

Reporteros recuerda que 389 periodistas están encarcelados por razón de su profesión en todo el mundo, lo que supone un 12% más que en 2018. Eso sin tener en cuenta los que han sido detenidos "arbitrariamente" durante horas, días o incluso semanas por su cobertura de protestas que han estallado en Argelia, Hong Kong, Chile o Bolivia.

Casi la mitad de esos 389 están en tres países que tienen "las mayores prisiones del mundo" para periodistas: China (120), Egipto (34) y Arabia Saudí (32). No se quedan muy atrás ni Siria (26), ni Egipto (25).

RSF señala el "cinismo" de las autoridades de Pekín, que han publicado un "libro blanco" en el que presentan su país como una verdadera democracia cuando el número de informadores entre rejas se ha duplicado en un año.

En cuanto a los periodistas que están rehenes en alguna parte del mundo, son al menos 57 en la actualidad, una cifra que casi no se ha movido en un año y que en su inmensa mayoría resulta de los mismos cuatro países que en 2018: Siria (30), Yemen (15), Irak (11) y Ucrania (1).

Matthew Caruana: la corrupción mata más que la guerra

La presentación del informe de RSF ha contado con la presencia en Madrid de Matthew Caruana Galizia, uno de los hijos de la periodista de investigación Daphne Caruana, asesinada en Malta hace dos años, quien ha asegurado que informar sobre corrupción en un "país mafioso" como el suyo, es más peligroso para su integridad que cubrir una guerra porque, como le ocurrió a su madre, "el periodista está muy solo".

Precisamente, el informe de Reporteros sin Fronteras desvela que, por primera vez, ha habido más asesinatos de periodistas en países en paz (el 59 por ciento de los 49 informadores muertos en 2019) que en zonas de conflicto.

"Es más letal investigar la corrupción en mi país que cubrir un conflicto bélico; los periodistas que cubren la corrupción como mi mamá hacen el trabajo de combatir la corrupción que las autoridades no hacen, y, como están solos en esa batalla, están en peligro: mi madre decía que se sentía muy sola y la verdad era que sí, estaba muy sola en esa lucha, no tenía el apoyo del Estado ni del Gobierno ni de la oposición", ha denunciado en una entrevista con Efe.

La periodista Daphne Caruana, de 53 años, bloguera muy combativa, fue asesinada hace dos años al estallar un explosivo en su coche, después de publicar varias informaciones de casos de corrupción que señalaban al Gobierno de Malta.