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El juez absuelve de homicidio imprudente el guardia civil que mató al exbatería de Los Piratas

  • Concluye que le disparó con la intención de herirle y parar la agresión a otro agente
  • "Pretendía con su acción proteger la vida de su compañero", recoge la sentencia
  • Contra la decisión del Juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra cabe recurso

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El agente durante el juicio en una foto de archivo del pasado mes de agosto
El agente durante el juicio en una foto de archivo del pasado mes de agosto

El Juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra ha absuelto al guardia civil acusado de un delito de homicidio imprudente por la muerte del exbatería de Los Piratas Javier Fernández, en agosto de 2015 en Ponteareas, tras acudir a la vivienda del músico por una llamada que alertaba de un posible caso de violencia de género con otro compañero.

La sentencia, difundida este lunes por el Tribunal Superior de Xustizia de Galicia, considera probado que el artista se abalanzó sobre el compañero del guardia procesado, quien acabó disparándole para impedir que siguiera agrediéndole. "Pretendía con su acción proteger la vida de su compañero, teniendo intención de solo herir al agresor", señala el juez.

Al día siguiente de los hechos, la mujer del exbatería de Los Piratas, que pedía cuatro años de cárcel para el agente, culpó de su muerte a la "mala práctica" de la Guardia Civil, negó que su pareja fuera un maltratador y señaló que sufría un transtorno bipolar.  Contra la sentencia cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Pontevedra en un plazo de diez días.

Intentaron calmarle sin éxito

Según el relato que hace de los hechos el juez, al llegar al domicilio tanto los agentes de la Guardia Civil como el personal sanitario del 061 comenzaron a hablar con Javier Fernández que "estaba cada vez más agresivo" y que les llegó a decir frases como "os voy a matar, os voy a hacer pedacitos".

En un momento dado, el músico cogió varios tenedores y un cuchillo de cocina y se abalanzó contra uno de los guardias civiles, al que empezó a agredir.

Ante esa situación, el acusado, "consciente de la situación de riesgo de su compañero" y al no tener, según recoge el juez en su sentencia, "otro medio" para evitar la agresión y el peligro que esta conducta representaba para su vida, realizó un disparo a la pierna del músico.

El agente solo tenía la "clara intención" de herirle, destaca el magistrado del juzgado pontevedrés, pero la bala seccionó la vena cava inferior a la altura del abdomen del artista, que acabó muriendo por una "mala realización" del disparo.

"Poca experiencia" en el empleo de un arma "en situación de tensión"

Añade, en este sentido, que el agente apuntó a las extremidades inferiores, pero se desvió, ya que el músico se estaba moviendo y agrediendo a otra persona, una circunstancia de difícil control para alguien que, según el juez, tenía "poca experiencia" en el empleo de un arma "en situación de tensión".

El juez da credibilidad a todos los testigos, salvo uno, que ratifican la versión defendida por el ministerio fiscal de que los agentes trataron de calmar al artista y que, al no conseguirlo y correr peligro la vida de su compañero, el acusado actuó de forma "justificada" y que, en ese momento, "no tenía otra alternativa".

A este respecto, la sentencia confirma que se investigará a un amigo del músico por falso testimonio ante el tribunal, al concluir que su declaración -en la que dijo que el músico se puso agresivo por la actitud de los agentes- es "insostenible".

Los abogados de la acusación particular, que representan a la viuda, los padres y el hijo de Javier Fernández, mantenían que el agente debía ser condenado a cuatro años de prisión y seis de inhabilitación por un delito de homicidio por imprudencia grave profesional.

Reclamaban también que el Ministerio del Interior abonase diversas indemnizaciones, entre ellas, 90.000 euros a la viuda y 112.500 al hijo del fallecido, al entender que hubo una conducta "imprudente" por parte del guardia civil.