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Mueren 20 policías en una ofensiva de los talibanes en el sur de Afganistán

  • Cientos de talibanes han atacado de manera simultánea varios puestos de control
  • El ataque ha dejado también decenas de heridos

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Suspected militants attack New Kabul Bank branch in Paktia
Un soldado afgano vigila el área de Paktia.

Al menos 20 policías han muerto y una decena han resultado heridos durante una ofensiva de los talibanes contra varios puestos de control en el sur de Afganistán, donde continúan los combates esporádicos, según ha informado a Efe una fuente oficial.

Cientos de talibanes han atacado de manera simultánea varios puestos de control de la Policía en tres puntos diferentes de la provincia de Zabul, en un intento por controlar esas áreas, pero han sido repelidos por las fuerzas de seguridad afganas.

"En total, durante estos ataques, murieron 20 policías y otros diez resultaron heridos", ha afirmado el portavoz del Gobernador de Zabul, Gul Islam Syal, que añadió que los heridos han sido ya trasladados a hospitales.

Según el portavoz, los insurgentes sufrieron también "numerosas bajas", aunque ha dicho no disponer de datos concretos al respecto.

Los ataques han tenido lugar en los distritos de Dai-Chopan, Arghandab y Shajoy, aunque el más afectado de todos fue este último, ha dicho Syal.

Un miembro de las fuerzas de seguridad de Zabul, que pidió el anonimato, ha asegurado a Efe que los talibanes también lanzaron algunos proyectiles contra Qalat, la capital provincial, pero no causaron víctimas mortales.

Estos ataques se enmarcan dentro de la llamada ofensiva de primavera lanzada por los talibanes a finales de abril, coincidiendo con la llegada del buen tiempo.

Zabul, fronteriza con Pakistán y las también inseguras provincias de Uruzgan y Ghazni, cuenta con una fuerte presencia de los talibanes, los cuales controlan amplias partes de su territorio.

Desde el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, los insurgentes han ido ganando terreno en diversas partes de Afganistán y en la actualidad controlan, tienen influencia o se disputan con el Gobierno al menos el 43% del territorio, según datos de Washington.