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España protestará ante el Reino Unido por un nuevo incidente en Gibraltar

  • La Marina británica intentó impedir la labor de un buque oceanográfico español
  • España sostiene que la soberanía inglesa solo abarca las aguas del puerto

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Un soldado cubre un cañón antiguo en The Convent, el palacio sede del gobierno de Gibraltar.
Un soldado cubre un cañón antiguo en The Convent, el palacio sede del gobierno de Gibraltar.

El Ministerio de Exteriores trasladará al Reino Unido su protesta formal por un nuevo incidente con la Marina británica que intentó impedir la labor de investigación del buque oceanográfico Ángeles Alvariño en aguas españolas de Gibraltar, han indicado fuentes diplomáticas.

Las fuentes han explicado que aún no se ha definido el cauce de la protesta, que podría concretarse en una nota verbal -conducto diplomático habitual con carácter oficial- o en una nueva convocatoria al embajador del Reino Unido al Ministerio de Exteriores.

La Marina británica, según ha denunciado este lunes el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce (PP), acosó el pasado viernes a un buque científico español y le impidió realizar su labor de investigación en aguas cercanas al Peñón.

Se trata del buque científico Ángeles Alvariño, que estaba navegando en aguas cercanas al Peñón, cuando el buque de la Royal Navy HMS Sabre intentó impedir su labor de investigación y llegó a disparar bengalas hacia la embarcación española.

Para Londres, era una "incursión marítima ilegal"

En Londres, una portavoz del Ministerio de Defensa británico ha explicado que "la Royal Navy desafía todas las incursiones marítimas ilegales en aguas territoriales británicas de Gibraltar".

"Apoyamos esto con protestas diplomáticas formales al Gobierno español", añadió la portavoz, que no quiso aportar detalles de lo ocurrido.

El Gobierno recuerda que las aguas adyacentes a Gibraltar son españolas por lo que no puede hablarse, como hace el Reino Unido, de "incursiones" de buques españoles en esas aguas.

El artículo 10 del Tratado de Utrecht, de 1713, solamente admite la soberanía británica sobre las aguas del puerto de Gibraltar. España considera que esas aguas son españoles puesto que por el Tratado de Utrecht de 1713 cedió solo a la Corona británica la ciudad y el castillo de Gibraltar, junto a su puerto, defensa y fortaleza, pero no el istmo que une al Peñón con la Península ni las aguas circundantes.

Londres, en cambio, viene reclamando hasta tres millas náuticas en virtud de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, posterior a Utrecht y que atribuye a cualquier territorio las aguas adyacentes.