Enlaces accesibilidad

Cada tonelada de CO2 emitida elimina tres metros cuadrados de hielo ártico

  • Un solo pasajero volando de Londres a San Francisco produce más cantidad
  • Los objetivos de París no lograrán que en 2050 el hielo ártico perdure en verano

Por
Un oso polar sobre el hielo ártico
La fusión del hielo ártico tiene efectos directos en la supervivencia del oso polar.

Por cada tonelada de dióxido de carbono (CO2) que emite cualquier persona en nuestro planeta, desaparecen tres metros cuadrados de hielo marino del Artico. Este es el hallazgo de un estudio que ha sido publicado en la revista Science esta semana por Dirk Notz, líder de un grupo de investigación en el Instituto Max Planck de Meteorología, y Julienne Stroeve del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de los Estados Unidos.

Estas cifras nos permiten por primera vez captar la contribución individual al cambio climático global. En estándares occidentales, las emisiones de CO2 de una familia estadounidense media de cuatro miembros serían responsables de que casi 200 metros cuadrados de hielo marino se deshagan.

A lo largo de tres décadas, esta misma familia sería responsable de destruir una extensión de hielo mayor que un campo de fútbol americano. Tal fenómeno tiene efectos directos y tangibles sobre seres vivios dependientes de este hábital helado, como los osos polares, además de los derivados del calentamiento global.

Y, como cabe esperar, la influencia de cada país no es homogénea en los efectos de los combustibles fósiles. El estudio hace una comparación entre países que muestra que un estadounidense es responsable de la destrucción de casi diez veces más hielo al año (49 metros cuadrados) que otra persona en, por ejemplo, India.

Metros cuadrados de hielo ártico de cuya desaparición es responsable cada persona, por país

Metros cuadrados de hielo ártico de cuya desaparición es responsable cada persona, por país SCIENCE MAGAZINE

El estudio concluye que la meta de calentamiento global de dos grados Celsius acordada en la más reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima no permitirá que el hielo marino del verano del Artico sobreviva.

Sólo para emisiones mucho más bajas que permitirían mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 ºC, como se pide en el acuerdo de París, el hielo marino de verano en el Ártico tiene una posibilidad real de supervivencia a largo plazo, concluyen los autores del estudio.

En 2050 podría haber veranos sin hielo en el Ártico

El rápido retroceso del hielo marino del Artico es uno de los indicadores más directos del cambio climático en curso en nuestro planeta. En los últimos 40 años, la cubierta de hielo en verano se ha reducido en más de la mitad, con simulaciones de modelos climáticos que predicen que la mitad restante podría haber desaparecido a mediados de siglo, a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan rápidamente.

Sin embargo, varios estudios han indicado que los modelos climáticos subestiman la pérdida de hielo marino del Ártico, por lo que los modelos podrían no ser las herramientas más adecuadas para cuantificar la evolución futura de la capa de hielo.

Para abordar esta cuestión, un nuevo estudio en la revista Science ahora deriva la evolución futura del hielo marino del verano ártico directamente del registro observacional. Para ello, los autores examinaron el vínculo entre las emisiones de dióxido de carbono y el área de hielo marino del verano ártico, y encontraron que ambos están relacionados linealmente.

"Los números observados son muy simples", explica el autor principal Dirk Notz. "Por cada tonelada de dióxido de carbono que una persona emite en cualquier parte de este planeta, se pierden tres metros cuadrados de hielo ártico en el verano".

Se supera con un asiento de avión en larga distancia

"Hasta ahora, el cambio climático a menudo se ha sentido como una noción bastante abstracta, y nuestros resultados nos permiten superar esta percepción", dice la coautora Julienne Stroeve. Por ejemplo, ahora es sencillo calcular que las emisiones de dióxido de carbono para cada asiento en un vuelo desde, por ejemplo, Londres a San Francisco, hacen desaparecer unos cinco metros cuadrados de hielo marino del Artico".

Mientras que los modelos climáticos también simulan la relación lineal observada entre el área de hielo marino y las emisiones de CO2, generalmente tienen una sensibilidad mucho más baja de la cubierta de hielo de lo que se ha observado. El nuevo estudio considera que esto es más probable porque los modelos subestiman el calentamiento atmosférico en el Ártico que es inducido por una emisión dada de dióxido de carbono.

"Parece que no son principalmente los modelos de hielo marino los que son los responsables del desajuste. El hielo se derrite demasiado lentamente en los modelos porque su calentamiento en el Ártico es demasiado débil", dice Stroeve.