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Kim Jong-un ensalza su poderío nuclear en un histórico congreso del partido en Pyongyang

  • Corea del Norte celebra tras 36 años un congreso del Partido de los Trabajadores
  • Este cónclave es el evento político más importante del país en décadas
  • Kim Jong-un marcará la agenda para reflotar la depauperada economía

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Hermetismo en Corea del Norte en torno al primer congreso del Partido de los Trabajadores en casi 40 años

El líder norcoreano Kim Jong-un ha aprovechado la inauguración este viernes del VII Congreso de los Trabajadores, el primero en 36 años, para ensalzar las pruebas nucleares y de misiles del régimen.

"Este año nuestros militares llevaron a cabo la primera prueba de una bomba de hidrógeno y el lanzamiento de un satélite, impulsando la dignidad y el poder del país", ha asegurado el joven líder en un claro desafío a la condena casi unánime de la comunidad internacional por estas acciones.

El esperado discurso llega en medio de una etapa de fuerte tensión y un creciente aislamiento del régimen norcoreano tras su cuarta prueba nuclear de enero y el lanzamiento un mes después de un cohete espacial considerado un test de misiles.

El Consejo de Seguridad de la ONU castigó estas acciones con la resolución 2270, que impone al país fuertes sanciones financieras y comerciales, mientras EE.UU., Corea del Sur y Japón dictaron medidas punitivas adicionales de forma unilateral para tratar de ahogar la economía de su enemigo.

Economía a golpe de amenaza nuclear

Kim, vestido con traje oscuro y corbata, quiso con sus palabras hoy reivindicar una vez más su conocida como política "byeongjin" que consiste en impulsar a la vez el progreso económico y el desarrollo nuclear. 

En el último congreso celebrado hace 36 años, Kim il-sung, el abuelo del actual líder, anunció que su hijo Kim Jong-il le sucedería en el poder, lo que puso en marcha la primera dinastía comunista de la historia.

Los medios norcoreanos tardaron casi doce horas en retransmitir en diferido el discurso de unos quince minutos del líder que apareció en la Casa de la Cultura 25 de abril de Pyongyang junto a Kim Yong-nam, presidente de la Asamblea Popular Suprema, y Choe Ryong-hae, miembro del politburó del Partido de los Trabajadores.

El secretismo en torno al evento, cuya última edición se celebró en 1980, se ha mantenido durante todo el día como suele ser habitual en Corea del Norte con cualquier información que implique a la familia Kim y las élites de poder.

Los periodistas, lejos

El más de un centenar de periodistas extranjeros que se encuentran estos días en Pyongyang para cubrir el Congreso solamente pudo acercarse a unos 100 o 200 metros del recinto donde se celebra el cónclave político que reúne a 3.467 delegados.

La decoración estos días de la Casa de la Cultura, engalanada con enormes banderas y un enorme escudo del partido en su fachada, pone de manifiesto que es allí donde se celebra el Congreso, aunque la normalidad esta mañana en los alrededores era total.

La única excepcionalidad que se podía percibir en los aledaños era la estática presencia de algunos miembros de la guardia de seguridad del líder Kim Jong-un. A pesar del desconocimiento absoluto de la agenda, los ciudadanos parecen estar muy al corriente de la cita,  considerada uno de los acontecimientos políticos más importantes del país en décadas.

La consolidación del joven Kim

Kang Thae-bok, un militar retirado de 76 años,  ha asegurado a EFE que espera que este VII Congreso sirva "para fortalecer aún más al Partido a pesar de las maniobras de aislamiento de los imperialistas acaudillados por EE.UU.".

Los expertos coinciden en que este evento político servirá principalmente para consolidar el liderazgo del joven dirigente que llegó al poder hace cuatro años y medio sin haber cumplido los 30.

En este sentido, Kang ha apuntado que está convencido de que el actual líder, el mariscal Kim Jong-un, es igual que sus antecesores y sigue practicando las mismas políticas de su padre y su abuelo que "dan prosperidad a nuestro país".

Precisamente el régimen ha involucrado a la población civil a través de la denominada "campaña de los 70 días" durante la cual los norcoreanos han trabajado sin descanso y aumentando su jornada laboral.

Las imágenes del VII Congreso del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte

Corea del Norte vive el acontecimiento político más importante del país en décadas que busca consolidar la figura el líder Kim Jong-un.

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  • Imágenes de Kim il-sung y Kim Jong-il, abuelo y padre del actual líder, Kim Jong-un decoran la Casa de la Cultura del 25 de abril en Pyonyang.

    El VII Congreso del Partido de los Trabajadores

    Imágenes de Kim il-sung y Kim Jong-il, abuelo y padre del actual líder, Kim Jong-un decoran la Casa de la Cultura del 25 de abril en Pyonyang.

  • Una polícía en la calle junto a banderas del país, que vive con expectación el primer gran cónclave desde 1980.

    El VII Congreso del Partido de los Trabajadores

    Una polícía en la calle junto a banderas del país, que vive con expectación el primer gran cónclave desde 1980.

La agencia norcoreana KCNA ha revelado este viernes que la iniciativa ha sido un éxito que ha conseguido multiplicar la producción industrial en un 44 % respecto al mismo periodo del año anterior.

El gran líder tuvo palabras de reconocimiento durante su discurso para "todos aquellos que en nuestro país han hecho lo posible para colaborar en el éxito del VII Congreso del Partido".

En este marco, el régimen quiso mostrar orgulloso a la prensa extranjera la fabrica de cables eléctricos 326 de Pyongyang, donde trabajan 1.000 empleados que ganan unos 300.000 wones mensuales (unos 50 dólares).

Las instalaciones del edificio de los años 60 muestran enormes carteles de propaganda en su interior donde se pueden leer mensajes como "materialicemos cabalmente las tareas programáticas presentadas por el mariscal Kim Jong-un en su mensaje de Año Nuevo".

El Congreso del Partido de los Trabajadores también está presente en la fábrica y en una de sus puertas se recuerda con una enorme pancarta que el evento debe servir para "abrir una era dorada de prosperidad".

La capital, engalanada

En Pyongyang, donde la lluvia cae con fuerza desde hace días, las calles y principales edificios aparecen engalanados con grandes banderas e insignias rojas con la hoz, el martillo y el pincel, el escudo del Partido.

"Viva el Congreso del Partido de los Trabajadores", rezan las gigantescas pancartas colocadas en las principales arterias de la capital, mientras furgonetas con altavoces llaman a los ciudadanos a que acojan el evento "con ánimo y notables éxitos laborales".

Como es habitual en Corea del Norte, el secretismo es total y no se ha desvelado ni la duración ni el número de participantes -en 1980 asistieron unos 3.000 delegados del Partido-; de hecho, la fecha exacta no fue confirmada hasta hace poco más de una semana.

Este VII Congreso, aunque fue anunciado en octubre de 2015, se celebra en medio de una etapa de enorme tensión entre el régimen norcoreano y la comunidad internacional después de que a principios de año Pyongyang llevara a cabo su cuarta prueba nuclear y otra de misiles que desencadenaron nuevas sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

Corea del Norte celebra el congreso del Partido de los Trabajadores

Una economía aislada y maltrecha

El marcado aislamiento de Corea del Norte se pone de manifiesto en la ausencia de delegaciones internacionales, a diferencia de lo que ocurrió en 1980, cuando acudieron enviados de numerosos países aliados como China, la Unión Soviética, Cuba o Zimbabue.

A nivel interno, el régimen ha buscado, sin embargo, la complicidad de los ciudadanos y hasta el pasado día 2 de mayo el país ha estado sumergido de manera preparatoria en la denominada "campaña de los 70 días".

Durante este tiempo, en el que bandas de música y grupos de mujeres jóvenes con banderines se situaban en lugares clave de la ciudad para dar ánimos, los norcoreanos no han librado ni un solo día y han ampliado sus jornadas laborales para potenciar la producción.

Desde el régimen se ha insistido en que, tras haberse conseguido la estabilidad política y militar con el nuevo líder, el Partido de los Trabajadores va a centrar ahora su esfuerzos en desarrollar la maltrecha economía del país en un momento marcado por fuertes sanciones.

Las imágenes de los líderes que antecedieron a Kim Jong-un aparecen en diversos edificios de Pyongyang antes del VII Congreso del Partido de los Trabajdores de Corea del Norte

Las imágenes de los líderes que antecedieron a Kim Jong-un aparecen en diversos edificios de Pyongyang antes del VII Congreso del Partido de los Trabajdores de Corea del Norte. REUTERS

Afrontar reformas o atrincherarse aún más

Los expertos no se ponen de acuerdo en si Kim Jong-un apostará por verdaderas reformas o incluso empezará a asumir cierto sistema de mercado, o más bien optará por centrarse una vez más en la retórica y continuar con su política Byeongjin, que consiste en impulsar a la vez el progreso económico y el desarrollo nuclear.

De lo que parece que no hay duda es de que el Congreso servirá para consolidar el mandato del joven líder, que llego al poder con menos de 30 años. "Este Congreso se celebra por primera vez en 36 años, lo que significa que Kim lo utilizará para perfilar su mandato a través de la sucesión de poder y la estabilidad del sistema", explica Chang Yong-seok, investigador del Instituto de Estudios para la Paz y la Unificación de la Universidad Nacional de Seúl.

Por ello, no se descarta que estos días se anuncie una renovación en algunos puestos que rejuvenezcan la élite norcoreana, en favor de personas más afines al líder, e incluso que encumbre a su hermana Kim Yo-jong, de unos 29 años.

A pesar de las continuas advertencias de Corea del Sur vaticinando que Pyongyang aprovechará la ocasión para realizar su quinta prueba nuclear, los últimos indicios muestran que esta "provocación" no parece muy viable. Según las últimas imágenes de satélite mostradas este jueves, el centro de pruebas nucleares norcoreano de Punggye-ri ha mostrado "escasa actividad" en los últimos días, lo que indica que no parece haber de momento preparativos para realizar un test nuclear subterráneo inminente.

Una mujer pasa cerca de varias banderas con el emblema del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte

Una mujer pasa cerca de varias banderas con el emblema del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte. REUTERS